Capítulo 13

692 72 4
                                    

No sé cuánto tiempo estuvimos así abrazados, hablando sin hablar, tan solo fundiéndonos el uno con el otro. El calor de su cuerpo me tranquiliza y, conforme los latidos de su corazón se van aplacando, mi loco corazón lo hace también.

¿Por qué tuvo que aparecer este hombre en mi vida justo ahora que yo estoy decidida a no buscar un padre para mi hijo?

¿En qué momento nuestros destinos tomaron la decisión de cruzarse?

¿Alguien puede explicarme cómo hago ahora para evitar que este hombre se cuele debajo de mi piel?

Preguntas...miles de preguntas sin respuestas se arremolinan en mi cabeza mientras mis brazos siguen firmemente aferrados a su cintura.

Él tampoco parece tener ganas de separarse de mí, pues su cabeza sigue apoyada en la base de la mía.

Después de un tiempo que no sé como medir, Alex baja su cabeza y me obliga a mirarlo, sus ojos tienen un brillo más intenso aún.

Todo mi cuerpo reacciona ante lo evidente: sólo concentra su mirada en mis labios.

Despacio, muy despacio su labios rozan los míos enviando una corriente eléctrica imparable a todas las terminaciones nerviosas de mi piel. Es solo un leve roce, como si estuviera pidiéndome permiso para seguir avanzando...

La voz de Anne llamando a la mesa nos hace salir de la burbuja en la que estábamos inmersos y una sonrisa entre pícaro y frustrado se pinta en su rostro.

Muy lentamente y sin demasiadas ganas aflojamos en agarre y es ahí, donde caigo en la cuenta que no estaba respirando correctamente.

Aire renovado es insuflado por mis fosas nasales renovando el contenido de mis pulmones, mientras que él deja escapar un suave gruñido, como si le molestase apartarse de mí.

-Creo que casi nos pescan como dos chiquillos- dice con su media sonrisa de hoyuelos fantásticos. No puedo evitar dejar salir una carcajada entre nerviosa y avergonzada.

-Es mejor que nos apuremos, no vaya a ser que tu madre suba y...-

No puedo terminar la frase ya que los labio de Alex se posan en los míos como si fueran mariposas, dejándome más trastornada y nerviosa que una colegiala con su primer beso.

-Te espero abajo- dice mientras me guiña un ojo y se va, llevándose con él el beso que me robó.

...................................................................................................

Mi viejo cacharro está de regreso. Ciro lo acerca con cuidado a la vereda donde estoy con Anne y todas mis maletas, dispuestas para ser cargadas en él.

No me siento bien, a decir verdad estoy totalmente triste y a la vez enojada con migo misma.

Desde el día en que nos abrazamos y me robó el beso, no lo he vuelto a ver.

Me da mucha tristeza reconocer que una vez más permití que jueguen con mis sentimientos. Me da impotencia saber que una vez más permití que me tomen el pelo.

No lo culpo a Alex, porque reconozco que es mía la culpa al ser tan débil y no escuchar a esa maldita voz en mi interior que desde el primer día me avisó que no me meta en problemas.

Pero lo hecho, hecho está.

Así que con todo el dolor del mundo me despido de Anne, esa mujer maravillosa que me albergó en su casa, me trató como una hija se y me cuidó lo más que pudo.

La pobre mujer se deshace en excusas, pidiendo disculpas por la descortesía de su hijo y marido, que "por cuestiones importantes de trabajo" no pueden estar allí para despedirme. Internamente sé que es lo mejor, aunque me duele, porque a decir verdad, hasta último momento esperé que Alex aparezca.

Ciro también me regala un abrazo, que para mi gusto es bastante excesivo. Siempre intuí que él me miraba un tanto raro, pero en mi estado emocional actual, no tengo ganas de sacar ningún tipo de conclusión al respecto.

-Maneja con cuidado Sabrina- dice el morocho de complexión musculosa, sin dejar de abrazarme.

-Seguro que lo haré. Gracias por todo Ciro, si no fuera por ti seguiría varada sin poder llegar a destino- digo sobre su pecho, sin poder zafarme de su agarre.

Ciro suspira contra mi cabello y afloja su abrazo, pero no me deja ir. Siento que la situación me está poniendo nerviosa, cuando escucho la voz de Anne diciendo: - Vamos hijo, deja que se marche ya, tiene muchísimos kilómetros por recorrer hasta New York.-

-Lo siento Sabrina- dice avergonzado al tiempo que me suelta sin ganas.

De verdad que este muchacho me asusta un poco, es más, no lo entiendo demasiado.

De todos modos debo apurarme y lo que menos tengo ganas es enredar mis sentimientos ahora con Ciro. Así que los saludo nuevamente y me subo a mi adorado Ford Fiesta y arranco en busca de mi destino. Sin hombres, pero con el amor incondicional de un hijo, que es lo que más deseo en este mundo.

Un bebé al que pueda darle todo el amor y el cuidado que, de alguna manera yo no tuve de mis padres, no al menos como yo hubiera querido. ..

.................................................................................................

Upsss. Me salió un poco zarpado este Ciro...

¿¿Y Alex???

¿Trabajo???

¿Es que los hombres están locos en esta novela??

¡Gracias por seguir leyendo!!!!

No se olviden de comentar y votar.

Los quiere

Vero

Mi deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora