Capítulo 1

1.2K 77 13
                                    

El calor del bar que está pegado a la estación de servicio, aunado al delicioso aroma a café recién hecho envuelven mis sentidos haciendo que me olvide por un segundo que estoy perdida en el medio de la nada, rescatada por un hombre al que le rompí la nariz de un puñetazo antes de saber siquiera su nombre.

-Aquí tiene- dice seriamente acercándome una bandeja de café con edulcorante y unas galletas dulces.

-G...Gracias –le respondo esquivando su mirada y tomando lo que me ofrece. –No era necesario- continúo, aclarando mi garganta para evitar que note lo nerviosa que me encuentro.

Ahora que lo veo de cerca, mientras se sienta frente a mí, noto que es alto, muy alto y delgado. Va vestido de manera elegante y de colores oscuros. Sinceramente me parece haberlo visto antes. Aunque sé que es obvio que no es posible, jamás había transitado por esta ruta en mi vida. En realidad, es la primera vez que me aventuro en coche a cambiar de estado. Mi objetivo es llegar antes de navidad a casa de mi amiga Kim que vive en New York. Si llego a tiempo será la primera vez en mi vida que pasaré Navidad en la nieve. No hay nieve en La Florida para Navidad.

-¿Me recuerda su nombre por favor?- pregunta con voz de presentador de televisión.

-Sanders, Sabrina Sanders- repito de manera rápida.

-Su café se enfría señorita Sanders- dice seriamente señalando mi taza.

-El café no me gusta sólo- contesto manteniéndole la mirada. –Lo tomo rebajado con leche- contesto.

Sin dejar de mirarme seriamente se levanta de la mesa, gira sobre sus talones y se dirige hacia el mostrador. Luego de unos segundos aparece con una jarrita con leche espumante.

No sé qué hacer, me pongo nerviosa, así que tomo la jarrita y rebajo mi café con un poco de leche.

-¿Y hacia dónde se dirigía usted tan apurada, que por poco no se mata?- pregunta luego de unos incómodos minuto de silencio.

- A New York, a pasar la Navidad en casa de una amiga, y si me es posible a establecerme allí por un tiempo.- contesto nerviosa. Su presencia me intimida.

-Creo que su auto no va a funcionar por un tiempo, por lo que vi está bastante averiado- comenta mientras termina su café.

El intenso azul de su mirada parece perforar la mía. Desvío mi mirada porque no sé qué pensar de este tipo, pregunta mucho, mira demasiado, huele rico, es guapo y su voz es de película. No quiero hacerlo otra vez.

Me prometí...me juré... me recontra juré una y otra vez que no caería nuca más en promesas vacías ni cuentos de hadas. Esta vez debería ser a manera.

Yo quiero formar una familia, con o sin un hombre al lado. Ésta vez priorizaría mi sueño de ser mamá. Mi reloj biológico está llegando a un momento culmine y si el padre de mi hijo no había parecido aun, lo haría sola.

Sabrina Sanders sería madre soltera.

Ese era mi objetivo y la real razón de mi viaje a New York. Realizarme un extenuante y caro tratamiento de fertilización en la exclusiva Mother and Child Clinic, de esa ciudad. Esa fue la razón por la que vendí todo en La Florida: casa, muebles, libros, mis tan amados zapatos y carteras que fui recolectando a través de mis viajes por américa y el caribe, mi bella colección de pinturas... todo todo.

Sólo mi auto y un poco de ropa se salvaron de la venta de garaje.

Y sin más, emprendí una vez más mi aventura.

Mi deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora