Capitulo 32

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Alex-

Cuando la luz roja de AIRE se apaga, Nick el operador me indica que ya está la cortina musical así que me quito los auriculares y los hago a un lado. Me levanto y retiro de la sala dejando a mis compañeros haciendo la pre producción del programa de mañana.
Reviso mi teléfono y veo que tengo un mensaje de Rose. Me avisa que ya está afuera con mi pequeño. Agradezco al cielo el haberme cruzado con gente tan buena como ella que sin ningún problema se ha ofrecido a darme una mano con el pequeño Tom.
A pesar de que nunca fuimos amigos Rose siempre estuvo en contacto con mi familia, ella fue la mejor amiga de mi hermana y en honor a ella mantuvo contacto con mis padres después de su muerte. Al principio me negué terminantemente a que me ayude, pero después de dos días luchando entre los horarios del trabajo y el pequeño decidí que era una muy buena idea aceptar su ayuda. Mis padres aún no saben que es hijo mío. Prefiero contarles la verdad más adelante, cuando yo realmente asuma mi paternidad como corresponde. Tengo miedo, miedo de no ser lo suficientemente bueno para el niño, de no poder cuidarlo como corresponde, de que él no me acepte del todo como su padre, No tengo ni idea de cómo hacerle entender que su mamá no volverá jamás y que su tía prácticamente lo ha abandonado en mis manos. Además está Sabrina... la mujer que amo con locura pero no sé si ella siente lo mismo por mí. Para colmo la última vez que estuvimos juntos le deje en claro que la paternidad para mí no es primordial cuando ella me conto que su principal objetivo es ser madre.

Salgo a la calle y el frío me da de golpe haciendo que cierre los ojos por un momento. Levanto el cuello de mí chaqueta para darme algo más de calor cuando escucho el chillido infantil- Papii!
Abro mi paraguas y alzo al pequeño que me agarra con fuerza la cara con sus regordetas manos y me estampa un beso al tiempo que susurra un tímido - hola-
No puedo menos que abrazarlo, me da pena lo sólo que ha quedado, en un abrir y cerrar de ojos, con un padre que no sabe cómo actuar y una mujer que, a pesar de tener dos niños más ha aceptado tenerlo a su cuidado hasta que yo pueda encontrar la manera de manejar la situación con mis padre y sobre todo con Sabrina
Sabrina...
Creo estar volviéndome loco pero la figura de Sabrina aparece ante mí de repente. Esta parada bajo la lluvia en la acera de enfrente mirando toda la escena con una mueca de dolor en el rostro.
Esto no puede estar pasando. Se supone que ella debería estar en su casa en Nueva York. Cierro los ojos rápidamente y los vuelvo a abrir intentando comprobar si no se trata de mi imaginación traicionera, pero no, ella sigue parada ahí, mirándome con una expresión desencajada por el dolor y la tristeza.
-No, no, no. Por favor Rose sube al auto y espérame ahí.
-¿Qué sucede?-
-Solo espérame un segundo-digo mientras le entrego al pequeño en un rápido movimiento.
Cruzo la calle sin mirar para ningún lado, mis ojos están clavados en la mujer que esta clavada en la acera de enfrente bajo la lluvia. Me duele ver su expresión de tristeza y sobre todo me abruma la decepción que tiñe su mirada.
-Sabrina. ¿Qué haces aquí? Te hacia todavía en New york- la palabras se niegan a salir de manera fluida de mi garganta
-Ni te atrevas a tócame Alex- su voz esta tan fría como su mirada
-Déjame explicarte...
Sabrina se aferra a su abrigo y suelta con dolor: -No hace falta, una imagen vale más que mil palabras. Solo me hubiera gustado que seas honesto conmigo. No debiste ocultarme esto.
Y juro por la memoria de mi hermana que mi intención jamás fue ocultarle nada, la necesito tanto que no sé cómo voy a lidiar con todo esto yo solo.
-No te lo he ocultado solo que....
-Ya está, duele demasiado- susurra mientras se gira sobre sí misma, para un taxi, sube y se va.
Nunca creí que el amor dolería tanto, jamás imagine poder sentir de manera física la sensación de tener el corazón roto en mil fragmentos... pero aquí estoy, parado bajo la lluvia viendo como el amor de mi vida se va, viendo como mi vida se desmorona y yo no tengo la capacidad de reinventarme y seguir adelante....
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Gracias a todos los que se toman un ratito de su vida para leer esta historia.
¡Para mí es muy gratificante saber que están ahí!
Vero

Mi deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora