Capítulo 9

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Ruidos y un grito ahogado llegan a mis oídos de pronto. La grave voz de Alex sobresale sobre los murmullos. Parece asustado. Me acerco a la puerta y pego mi oído en ella. No quiero ser indiscreta pero al parecer hay problemas allí abajo.

Abro despacio y las voces son más nítidas.

-Mamá, por favor no me hagas esto. Despierta!- la voz de Alex suena angustiada. Creo que algo no está bien. Bajo rápido las escaleras y me dirijo veloz hacia la gran cocina de la casa. Lo primero que veo son los pies descalzos de Alex detrás del mesón, está en el piso. El padre corre con un vaso de agua y la expresión en su rostro es terrible, esta pálido y tiemblan sus manos con el vaso de manera peligrosa.

Me acerco detrás del mesón y veo a Anne tendida en el piso con su cabeza sobre el regazo de su hijo. Alex golpea su cara para despabilarla pero ninguna reacción aparece en el inerte cuerpo de la mujer.

Me arrodillo a su lado y tomo con cuidado la cabeza de Anne, la apoyo en el suelo, corro delicadamente las manos de Alex del cuerpo de su madre para tener mejor acceso a ella. Coloco mis dedos en su yugular y compruebo que esta con vida, solo es un desmayo, probablemente un bajón de presión.

-Tráeme un almohadón, rápido - le indico a Alex que parece que está ausente, con su mirada en su madre pero inmóvil.

- Apúrate Alex, trae lo que te he pedido, solo esta desmayada. - agrego con calma.

Como si de un resorte se tratase, se levanta rápidamente y se va corriendo hacia el living, un segundo después estoy colocando el almohadón debajo de las piernas de Anne para favorecer su circulación y así volverla de su desmayo.

Unos minutos después esta todo en orden, la mujer abre sus ojos aunque está un poco aturdida todavía. El color vuelve poco a poco a su rostro, y al de su hijo y de su marido también.

Ayudamos a Anne a sentarse en una silla y su esposo le acerca un vaso con agua y azúcar para favorecer su recuperación.

-Gracias hija- atina a decir la madre de Alex intentando una cansada sonrisa. -Hoy fue un día bastante largo y cansador, muchas emociones para un solo día- dice mirando a su esposo.

Alex se mantiene a un costado de su madre inmóvil, parece todavía asustado. No entiendo muy bien porqué tanto miedo en su expresión. Luego de unos minutos llega la emergencia y atienden a Anne, la revisan y comprueban que solo fue un bajón de presión debido al estrés del día. Le aconsejan descansar y por las dudas hacer un control de rutina en los próximos días.

Como a la hora todo vuelve a la calma en la casa. Anne y su esposo se retiran a descansar, Alex parece todavía afectado por los sucesos así que se queda un rato más sentado frente al mesón de la cocina.

-Hasta mañana- digo suavemente para no sacarlo de su ensimismamiento. No contesta, así que me giro sobre mis talones y me dispongo a subir las escaleras para ir a dormir cuando siento una mano enorme posarse sobre la mía. Alex me mira con una expresión entre asustado y agradecido. El tacto de su mano en la mía provoca una extraña corriente eléctrica que me recorre por completo.

-Gracias- susurra. -Me asusté muchísimo, no quiero perderla a ella también dice mientras baja su mirada.

-No es nada- contesto sin comprender del todo lo que acaba de suceder.

- No sabes lo mucho que me has ayudado, si no hubiera sido por tu rápida acción tal vez mi mamá...-no termina la frase.

-Alex, no te sientas mal, cualquiera hubiera hecho lo mismo. Tu mamá es una mujer fuerte. Sólo es el cansancio que le jugó una mala pasada.-

Alex se levanta de su asiento y sin ningún preámbulo me envuelve en un abrazo de oso, apoya su mentón sobre mi cabeza y susurra: -Gracias Sabrina-

Todo mi cuerpo reacciona ante su acción. Yo no sé si él es consciente de lo que provoca en mí pero yo no puedo dejar de absorber su presencia, su aroma a jabón y crema de afeitar.

-Se hace tarde- mi cerebro atina a ordenarle a mis cuerdas vocales emitir.

-Lo siento- dice apenado mientras me suelta despacio- no fue mi intención ser atrevido-

-Está bien- digo mientras hago lentamente mi camino hacia mi habitación.

Muchas, muchísimas emociones por hoy. Darme cuenta que Alex no es el hombre que siempre imaginé en la radio... ¿O sí?

La fiesta con tanta gente en la casa.

La visita de Alex en mi habitación.

La noticia de que al fin podre estar en casa de Kim en Navidad.

El desmayo de Anne y que "no quiera perderla a ella TAMBIEN". ¿Aquien demonios se refería?

Alex... Alex... y Alex otra vez. Mejor dejo de pensar y me duermo.

¿Podré?

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Antes que nada quiero agradecerle a Luiza Tribiño por la hermosisima portada que me hizo, por la paciencia y por haber escuchado cada uno de mis pedidos. Me sentí muy comoda trabajando con ella.

También quiero agradecer a todos lo que le estan dando una oportunidad a esta historia. Ojalá me acompañen durante todo el recorrido y sean tan felices leyendo como yo escribiéndola.

¿Qué les parece la historia? ¿Se divierten? ¿Sufren? ¿Les late fuerte el corazón cuando esos dos se abrazan ?

¡Ojalá así sea!!!!

Vero.



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