Capítulo 2

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El camino hacia la casa de Alex es realmente corto y lo hacemos en silencio. Él va sumamente concentrado en la carretera así que aprovecho para mirarlo a mi antojo.

Sus rasgos son varoniles, se lo ve seguro de sí mismo y dueño de una postura muy elegante. Sus brazos son fuertes y se marcan debajo de la suave tela de su camisa.

-¿Ya ha tenido suficiente?- pregunta sin dejar de mirar el camino.

-¿Mmmm?- pregunto sobresaltada por su repentino comentario.

-¿Es de su agrado o no lo que ve con tanto interés?- pregunta mientras se gira para verme y volver su vista rápidamente a la ruta.

Agradezco al cielo que el interior del vehículo se encuentre en penumbras, de otro modo podría llegar a ver mi cara transformarse en un tomate en cuestión de segundos.

-¿Qué cree usted que estoy mirando? - Pregunto mientras trato de aclarar mi garganta y de ganar algo de tiempo. La verdad es que me ha pillado y no sé cómo salir de esta situación bochornosa. Sé que soy descarada pero esta vez que pasé el límite.

-No se...dígamelo usted, parecía bastante entretenida mirándome- dice risueño y las comisuras de sus labios se levantan de costado.! Esa media sonrisa le queda realmente encantadora!

-No miraba nada en particular, solo me preguntaba porque un hombre como usted se molesta tanto por alguien como yo.

BRAVO SABRINA! GOLAZO DE MEDIA CANCHA! Así SE ZAFA DE UNA Situación BOCHORNOSA- chilla mi subconsciente en señal de victoria.

Su actitud relajada cambia en segundos, todo su cuerpo se tensa y de repente el ambiente dentro del receptáculo se torna incómodo.

-No me gusta que las personas que están cerca de mí la pasen mal, eso es todo - dice secamente.

Me ha dejado sin argumentos... parece realmente molesto. Conduce el auto en silencio unos metros más hasta llegar a una callecita parcialmente iluminada. Estaciona hábilmente frente a una casa con un enorme jardín y baja sin decir nada, rodea el vehículo por el frente y me abre la puerta.

-Llegamos- dice secamente.

-Gracias una vez más, no quiero ser una molestia para usted - digo de manera avergonzada por mi comportamiento.

Enseguida se frena frente a mí y toda su actitud corporal se relaja. Parece cansado, rendido después de una batalla interna. No logro darme cuenta que es lo que pasa del todo. Me dedica una suave sonrisa y toma mi bolso de mano con cuidado.

-Discúlpame. No suelo ser tan brusco con mis invitados. Hoy tuve un día demasiado complicado. Te ruego sepas disculpar mi cambio de humor Sabrina. Realmente lo siento. - dice al tiempo que extiende su mano en señal de paz.

-Y yo debo disculparme contigo por ser descarada, me pillaste observándote-me sincero... y eso es de mal gusto-

- Lo siento yo también- le digo mientras tomo su mano a modo de disculpa.

Al simple roce de nuestras manos le sigue una extraña descarga eléctrica que me eriza la piel. Trato de disimular que me ha afectado el contacto de nuestros dedos quitándolos enseguida, pero Alex retiene el contacto por unos segundos más.

Sus ojos se clavan en los míos y me siento realmente avergonzada de lo que siento. Retiro rápidamente mi mano y él, aclarando su garganta, dice con voz ronca, sin despegar sus ojos de mi- entremos que está haciendo frío-.

Asiento con mi cabeza y lo sigo. No sé qué fue eso que nos pasó ahí afuera pero creo que él sintió lo mismo que yo.

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La casa es grande y espaciosa. Los muebles se encuentran distribuidos con elegancia y buen gusto. Se nota la presencia femenina en las bellas cortinas y en la alfombra. Hay pequeños adornos hechos en madera esparcidos con buen criterio por todo el lugar.

De las paredes cuelgan pequeños cuadros con imágenes minimalistas pintados a mano en tonos grises y sepia. Todo el lugar desprende calidez y prolijidad.

-¡Bienvenida querida!- una voz femenina suena a mis espaldas. Una mujer entrada en años me saluda desde la puerta de lo que supongo es la cocina.

Alex se adelanta y saluda con un sonoro beso en la mejilla a la mujer.

-Hola mamá. Te dije que no te preocupes y que te acuestes-le reprocha cálidamente.

-No importa hijo, a las visitas hay que recibirlas como se merecen- dice risueña la mujer mientras me guiña un ojo.

Alex se sonroja hasta más no poder y esa actitud envía señales cálidas a mi sistema. Me parece de una ternura increíble que un hombre como él se sonroje ante el inocente comentario de su madre.

-Disculpe la molestia señora, le prometo que solo abusaré de su hospitalidad unas horas. Mañana por la mañana me voy ni bien tenga mi auto reparado.- digo mientras me acerco para saludar.

-De ninguna manera mi niña, para nosotros no es ningún problema recibirla el tiempo que sea necesario.- dice amablemente la señora al tiempo que me envuelve en un abrazo cerrado.

Alex mira a su madre extrañado, levanta sus cejas en señal de sorpresa y dice- ven, te mostrare donde vas a dormir-.

La madre de Alex me suelta lentamente y me dedica una sonrisa sincera.

-Hasta mañana hermosa- dice y se gira para retirarse.- Deje algo de comida preparada por si desean comer- agrega mientras sube lentamente las escalera hacia el piso superior.

-¡Es extraordinaria tu mamá!- digo en voz baja mientras la veo desaparecer por el corredor que esta al final de la escalera.

-No te creas, a veces puede ser una leona y mostrar sus garras para defender a su familia- ríe Alex entre dientes. -Vamos sígueme, es por aquí. Lo sigo callada, todavía envuelta en el aroma de esa maravillosa mujer que es la madre de Alex.

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-Listo, creo que es todo lo que necesitas- dice mi anfitrión dejando sobre la pequeña mesa de la habitación un juego de toalla y tallón limpios, jabón, dentífrico y un cepillo dental nuevo.

-Deberé trabajar horas extras para poder pagar todo lo que has hecho hoy por mí- respondo sentada sobre la espaciosa cama de la habitación.

-No te preocupes, te dije que te ayudaría. No te pedí nada a cambio -dice Alex apoyándose en el marco de la puerta.

Es tan imponente su presencia en la habitación que ésta parece reducir su tamaño a medida que él se va acercando mí.

-Mañana debo madrugar- dice en voz baja. Su aroma a limpio invade mis fosas nasales debido a su cercanía y me hace recordar que aún no me he bañado. Me alejo disimuladamente sintiendo mi cara quemar de la vergüenza.

-Necesito bañarme digo avergonzada- tomando el toallón e interponiéndolo entre ambos.- Gracias una vez más por todo.

Alex entiende mi incomodidad y camina hacia atrás con las manos en alto, como si fuera a rendirse en un asalto. Una sonrisa curva aparece en sus labios, sus ojos se achican cada vez que sonríe y unos pequeños hoyuelos se marcan en sus mejillas

.-Muy bien, hora de dormir- dice mientras se va de la habitación y cierra la puerta.

Me quedo mirando la puerta fijamente sin saber bien que pensar al respecto.

Para ser el primer día de mi nueva vida creo que fue bastante emocionante.

Me dirijo al baño y me doy una reconfortante ducha de agua bien caliente. Todos mis músculos se relajan y el cansancio comienza a hacer estragos en mí. Una vez seca, me pongo ropa interior limpia y una camiseta y me refugio entre las sábanas de esa enorme cama.

No tardo demasiado en conciliar el sueño. Ojos celestes me miran divertidos.

Son lo mejor que me paso el día de hoy.

Mi deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora