-Por favor dime que no es cierto-
-Kim apúrate, por favor!
-Pero me habías prometido que justo hoy no seria, eres una traidora- grita histérica mi amiga mientras con manos temblorosas revuelve su bolso buscando las llaves.
-Por favor Kim apúrate que ya va a nacer!
Una maldición escapa de la bocota de Kim al no encontrar las llaves de su auto. Revuelve con furia su bolso y no aparecen.
-Toma las de mi cacharro, grito cuando siento una nueva contracción presionando mi vientre.
-¡Tu cacharro no! Me niego rotundamente a manejar esa cosa- llorisquea mientras sigue en su frenética búsqueda de las llaves de su auto.
-¡KIM BASTA YA! Te necesito aquí y ahora, concentrada. Toma mi cacharro y ya vámonos!
-Mierda, mierda, mierda!. ¿Cómo es posible que justo hoy a nuestros hombres se les ocurra salir de pesca! ¡Mierda!
Lágrimas de dolor se escurren por mis ojos al sentir una nueva contracción, esta vez más fuerte y seguida de la anterior.
-Ok. Vamos
*******
-¿Y bebé ya nació? ¿Puedo alzarlo papi?-la vocecita infantil de Izan se hace escuchar en la silenciosa sala de espera de la clínica.
-Todavía no sabemos pequeño- susurra Alex en su oído.- Cuando bebé llegue casa lo podrás cargar un rato. ¿De acuerdo?-
-Siiiiii! ¡Bebé en casa así jugamos!- Festeja el pequeño Izan mientras su papá lo carga por el corredor de la clínica de maternidad.
Alex luce asustado más allá de lo normal, todavía lleva puesta la ropa que estaba usando en su día de pesca. La verdad que había planeado esta salida junto a su padre y a Ciro un tiempo atrás pero la salud de su padre había imposibilitado hacerlo antes.
Sabrina había insistido que vaya de pesca argumentando que estaría bien, que todavía faltaban bastantes días para la fecha prevista del parto. Alex había insistido mucho para que Kim se quedase con ella hasta tanto el regrese de pescar con su padre y su amigo. Era la primera vez que abandonaba a su familia y aparentemente todo estaba bajo control... todo salvo el pequeño detalle de que el bebé nazca antes de lo previsto. Con Sabrina habían acordado en no saber el sexo del bebé hasta su nacimiento. Querían que sea una sorpresa para toda la familia, incluidos ellos dos. Lo cierto es que ahora mismo necesitaba saber cómo estaba su mujer y su niño o niña.
-¿Se sabe algo?- pregunta Ciro mientras se acerca a Alex. Kim todavía no se repone del susto de manejar con una parturienta de copiloto y un niño que lloraba angustiado por la situación.Esta callada y ausente. Se nota que no puede digerir la situacion todavia.
-Nada aun.
Una puerta es abierta en el fondo de la sala y una mujer menuda con aspecto juvenil, se acerca al grupo reunido en el corredor.
-Buenas noches, soy la doctora Green. Quería comentarles que la mamá y la beba están en perfectas condiciones de salud. En unos momentos ambas serán trasladadas a la sala y una vez ahi podrán ser visitadas por la familia-
-Muchas gracias doctora- murmura Alex mientras una sonrisa de felicidad amenaza con partirle la cara en dos.
*****
Alex abre la puerta de la habitación con sigilo, quiere hacer el menor ruido posible. No sea que Sabrina este dormida. Pero grande es su sorpresa al comprobar que sus dos reinas están despiertas una al lado de la otra. Sabrina sonríe suavemente mientras recibe de Alex un suave beso en sus labios. Luce tan cansada que oscuras ojeras surcan el contorno de sus ojos.
-Hola hermosa susurra Alex contra sus labios. –Estas bien?
-Tuve momentos mejores- bromea Sabrina
-Hola belleza- susurra mientras toma con delicadeza a la niña que duerme en los brazos de su mamá. La pequeña duerme plácidamente en los enormes brazos de Alex que la mira embelesado. – Es perfecta- dice besando su pequeña manito.
-Gracias
-¿Por qué? Tu hiciste todo el trabajo duro- sonríe Alex al tiempo que con su mano libre acaricia el rostro de Sabrina.
-Gracias por permitirme formar parte de tu vida, gracias por permitir que ame a Izan como si fuera mío, gracias por aceptarme así, tal cual soy llena de dudas y de miedos, por ayudarme a construir este sueño de formar una familia. Gracias amor, gracias. – dice entre lágrimas Sabrina.
-Tu deseo poco a poco se transformó en Mi deseo también. Al principio no fue nada fácil, lo sé. Pero de apoco entendí que mi lugar era aquí, junto a Izan y a ti.
Y ahora junto a mi princesa.
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Mi deseo.
RomanceSabrina Sanders busca comenzar de nuevo. Aunque nunca le faltó nada económicamente, su vida siempre fue muy solitaria. Desea por fin formar una familia pero no quiere compromisos ni ataduras con nadie. Está decidida a ser madre soltera a pesar de su...