Epilogo

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Alguna vez escuche por ahí que los sueños siempre se pueden hacer realidad en la medida en que nuestras energías estén bien dirigidas al objetivo. Yo no sé si es tan así, solo sé que uno debe luchar por lo que uno quiere.

En este largo proceso por conseguir mi deseo de ser mamá aprendí que a veces un sueño no se cumple tan al pie de la letra como uno quiere pero por eso no deja de ser valedero.

Yo luché a brazo partido por ser madre y tome la decisión de ser madre soltera.

Tal vez no resulto exactamente como me hubiese gustado... pensándolo bien salió mejor de lo que hubiese soñado porque descubrí el amor de un hombre maravilloso que me respetó desde el principio y me abrió las puertas de su corazón y de su familia. El lazo de amistad con Kim se hizo más fuerte, adopte como hijo a Izan, un niño maravilloso al que amo con el alma y por si fuera poco mi princesa llego a mi vida poniéndola de cabeza.

¿Qué aprendí de todo esto? Que la vida hay que vivirla a pleno porque es cortita y se va demasiado pronto. Descubrí que la felicidad no es algo que se pueda planear, solo ocurre y también descubrí los momentos de felicidad no son eternos... son pedacitos de cielo que Dios nos regala día a día. Aprendí que cumplir con un deseo a veces implica dejar de lado muchas cosas como el orgullo y la vanidad y que no siempre todo sale como nosotros queremos.

Ahora que soy mamá comprendí que Dios existe en las pequeñas cosa de todos los días: una noche sin dormir por las pesadillas infantiles, un dibujo con crayones en la pared, una caricia con manitos sucias de barro...

Tal vez mis palabras sirvan para alentar a aquellas personas que por diferentes motivos no pudieron cumplir su deseo (cualquiera que haya sido), quiero decirles que sigan adelante con su búsqueda porque tal vez, solo tal vez lo que buscan está a la vuelta de la esquina.

Solo hay que tener el corazón dispuesto para captar las señales, los ojos bien abiertos para descubrir cuál es el camino correcto y la esperanza, ese pequeño motor que tenemos los humanos, siempre alerta para detectar las señales.

Les deseo todo el amor que el universo les pueda otorgar y un sinfín de felicidad y buena vibra para poder conseguir, como yo, ese tan preciado deseo.

Sabrina Sanders

Mi deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora