2.

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-Las 4:30 am, mierda.- Murmuré.

No podía dormir, no tenía narices de pegar ojo y realmente estaba cansada pero es que hoy me han dado mucha información y mi cerebro aún no la procesaba. Estaba dando vueltas en la cama y decidí bajar a tomarme un vaso de leche, antes siempre me lo tomaba con mi madre cuando me desvelaba en la madrugada. Me levanté de la cama, bajé las escaleras con cuidado ya que no había mucha luz, solo la de la luna entraba por la ventana, entré en la cocina y me serví el vaso con leche, me di la vuelta y vi a alguien sentado en el sofá, me acerqué y vi a Ethan.

-¿Se puede saber que haces despierta a esta hora?- Me preguntó soprendiéndome.

-¿Y tú?- Le pregunté

-¿Nunca te han dicho que es de mala educación contestar una pregunta con otra?- Me preguntó con cierto sarcasmo.

-¿Y a tí nunca te han dicho que cuando alguien te saluda se le devuelve el saludo por educación?- Pregunté en el mismo tono.

-Eres increíble.- Sonrió.

No me había fijado, pero tiene una hermosa sonrisa, ¿qué coño dices Nikki? no pienses eso idiota, pensé mientras me daba golpes mentalmente para que mi mente se callara.

-Lo sé.- Dije seca.

-No era un cumplido.- Levantó una ceja mientras me sonreía burlonamente.

-Lo sé.- Le sonreí y me volví a mi habitación, necesitaba dormir un poco.

Cuando llegué a mi habitación me tomé el vaso con leche, me tumbé en la cama, me tapé con las finas sábanas y me quedé dormida a los pocos minutos. Al día siguiente me desperté ya que mi móvil no paraba de sonar, era Fer, así que lo cogí.

-Cariño, te voy a matar.- Le dije nada mas descolgar.

-Yo también te quiero mi vida.- Rió.

-¿Qué pasa? Me has despertado.- Me hice la enojada. La verdad que con este chico no podía enfadarme, era el mejor y aunque me haya despertado no estaba enfadada con él, si hubiera sido otra persona pues si me hubiera enfadado.

-Nada, solo quería ir a tu casa y bañarnos en la piscina.- Me dijo.

-Oh claro, avisa a los demás.- Sonreí. Tenía muchas ganas de pasar el día con mis amigos y amigas.

-Lo he hecho, solo pueden venir Clara, Christian y Thomas.- Me respondió.

-Oh bueno, está bien, pues ellos, yo desayuno y ya, ahora me pongo el bikini, id viniendo para la casa.- Le dije.

-Vale, ahora nos vemos, te quiero.-

-Te quiero más.- Le dije y colgué. 

Me levanté de mi cama y busqué en los cajones de mi armario un bikini, estaba dudosa entre dos, pero al final me decidí por uno azul con pequeñas flores amarillas de palabra de honor, me puse unos pantalones cortos y un top, no es plan de ir por ahí enseñando aunque me vieran después pero era mejor así, me coloqué una toalla alrededor del cuello y bajé a la cocina donde todos desayunaban.

-Buenos días.- Saludé con una sonrisa. -Buenos días mi preciosa nana.- Besé la mejilla de Rose.

-Buenos días.- Saludaron al unísono.

-Buenos días mi niña, ¿cómo amaneciste?- Me preguntó con una sincera sonrisa.

-Muy bien, muy contenta.- Me senté para tomar el desayuno. -Ah papá, van a venir unos amigos a la piscina ¿vale?.- Le dediqué una sonrisa.

-Claro que si, déjame adivinar ¿Fer?.- Preguntó alzando una ceja.

-El es imprescindible en mi vida, siempre está en mi planes, ya lo sabes.- Le guiñé un ojo, le di un beso en la mejilla y fui a abrir ya que llamaron a la puerta.

Mi insoportable hermanastro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora