16.

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¿Podría ser peor persona?  Pues no, porque ya había echo que Ethan se sintiera como una mierda y lo peor de todo es que yo me sentía así.

-¿Estás bien?.- Le pregunté preocupada, nunca lo había visto así.

Solo asintió y se fue para su habitación.

-Genial Nikki, eres una estúpida.- Pensé en voz alta.

-No, no lo eres.- Reconocí la voz.

-Fer.- Suspiré. -Lo he fastidiado todo.- Comencé a llorar.

-Tranquila Nikki, todo estará bien.- Me sonrió.

-Tu siempre tan positivo.- Fruncí levemente el ceño.

-Es que hay que serlo cariño.- 

-No puedo ser positiva después de como traté a Ethan y de lo que le dije.- 

-Ya me lo ha contado y creo que deberías hablar con él tiene cosas que explicarte.- 

-¿Qué sabes tu que yo no sepa?.- Entrecerré los ojos.

-Eso lo hablas con el, te lo tiene que decir el.- Asentí.

-Bien, hablaré con el.- 

Subí las escaleras y me quedé enfrente de la puerta de su habitación. Estaba nerviosa y no me atrevía a llamar porque no sabía lo que podría salir de mi bocaza. Solo quería disculparme, no era difícil para mi pero con los nervios me bloqueaba. Me armé de valor y llamé. Este me abrió a los pocos segundos.

-H-hola, ¿p-podemos hablar?.- Balbuceé.

¿Quieres tranquilizarte? 

Eso quiero. Cállate.

-Si.- Se echó a un lado y me adentré en su habitación. Me senté en el borde de la cama y el a mi lado.

-Lo siento.- Fue lo que me salió.

Este me miró y yo tenía unas inmensas ganas de llorar.

-No pasa nada, no tienes porque disculparte.- 

-Si, porque te traté muy mal, lo que pasa es que me puse celosa de esa chica.- Hice una mueca y este abrió los ojos sorprendido.

-¿Estás admitiendo que te has puesto celosa de mi prima?.-

-Supongo que.. espera, ¿tu que?.- Me sorprendí al escucharlo.

-Si, mi prima, no sabía de quien hablabas cuando me lo dijiste pero cuando te fuiste hablé con ella y me dijo que te llamó para hablar conmigo.- Me sentí de lo peor.

-Lo siento, yo.. no se que decir, soy una estúpida.- Enterré la cabeza en mis manos.

-No eres una estúpida, yo hubiera reaccionado igual.- Me sonrió dulce.

No lo pude evitar verlo tan vulnerable, así que me acerqué y lo besé. Lo necesitaba, me sentía genial en sus brazos, me sentía protegida y era la mejor sensación que podría tener. Me separé lentamente de el dejando mi frente contra la suya.

-¿Y eso?.- Me preguntó cogiendo el aire que nos faltaba.

-Te quiero, y siento mucho todo lo que te dije, yo quiero estar contigo, pero me es imposible no pensar que soy un estorbo..- Me interrumpió.

-Tu no eres un estorbo, y yo también te quiero.- Me volvió a besar.

-¿Bajamos?.- Le pregunté. -Fer está abajo.-

-Claro, vamos.- Me sonrió y agarrados de la mano bajamos al salón.

Allí estaba Fer viendo la tele. Nos acercamos y nos sentamos con el. Nadie dijo nada, solo nos pusimos a ver la tele hasta que llegaron mi padre y Emma y nos sentamos todos a cenar.

-Mañana es tu cumpleaños.- Dijo mi padre.

-No.- Contesté yo. Este me miró. -Ya sabes que no me gusta celebrarlo.- Estaba seria.

-¿Por qué?.- Me preguntó con delicadeza Emma.

-Porque no, dejémoslo ahí.- 

-El cumpleaños es una fecha muy importante, hay que celebrar que cumples un año mas.- Me dijo Ethan.

-No, y no quiero nada de fiestas ni regalos, os aviso.- Se encogió de hombros. -Ya he terminado.- Me levanté y me fui a mi habitación.

Me desvestí y me puse el pijama. Me metí en la cama y me puse los auriculares con la música al máximo. No quería pensar en nada, solo quería escuchar música y quedarme dormida. Mi cumpleaños no es una fecha que me entusiasme demasiado, es más, odio ese día, me pone de muy mal humor y ojalá desapareciera del calendario. Pero no es posible así que es lo que hay y me tengo que aguantar. Terminé escuchar Cette Idee-La de Amel Bent, me quité los auriculares para así poderme dormir y justo llamaron a la puerta.

-Pasa.- Ethan entró.

-¿Estás bien?.- Asentí. -No sabes mentir ¿lo sabes no?.- Me encogí de hombros.

-Si estoy bien, solo algo cansada.- Este pareció creérselo.

-Esta bien, pues te dejo que descanses.- Se acercó a mi, me depositó un casto beso en los labios y se fue a su habitación.

Me quedé dormida al instante. Las 6:30 de la mañana, me levanté, me puse unos pantalones pitillos, un chaleco de mangas largas, unas vans negras y una chaqueta ya que hacía frío. Ya estaba lista, no cogí nada, ni móvil, ni llaves, nada, solo cogí las flores que tenía preparadas desde ayer. Salí de mi casa y me dirigí al cementerio, no pude evitar las lágrimas. Una vez llegué me posicioné frente a la tumba de mi madre, dejé las flores y me quedé sentada sin poder parar de llorar.

Te extraño mamá, no sabes cuan difícil se me hace todo esto sin ti. Siempre te lo contaba a ti y me siento vacía. Te necesito, te necesito conmigo a mi lado, haciéndome cosquillas, contándome esas sabias reflexiones que tanto me gustaban, preparándome ese vaso con leche y miel cuando enfermaba, y sobre todo te necesito para estar a mi lado.

Estuve toda la mañana ahí sentada hasta que escuché un llanto masculino, me acerqué a ver de quien provenía y me sorprendí. Decidí darme la vuelta para no interrumpirlo pero tarde, ya me vio.

-¿Qué haces aquí?- Me preguntó con la voz entrecortada.

-Vine a visitar un familiar.- Me limpié algunas lágrimas que cayeron por mi rostro. -¿Y tú?-

-Igual, vine a visitar a mi hermano.- Abrí los ojos sorprendida.

-¿T-tú hermano?.- Balbuceé. ¿Es ese?.- Señalé la tumba.- Asintió.

Me acerqué para ver como era y la verdad es que era muy joven.

-Era muy guapo.- Sonreí triste.

-Si.. lo era.-

-¿Cuántos años tenía?- Le pregunté. A lo mejor estaba siendo demasiado entrometida. -Lo siento, no pretendía se entrometida.- Agaché la cabeza y me di la vuelta.

-Veinte.. tenía veinte años.- Una lágrima paseó por su rostro.

-Lo siento mucho.- Lo abracé con vergüenza. Este se quedó estático pero me devolvió el abrazo.

-¿A quien has venido a visitar tu?.- 

-A.. mi madre.- Me aclaré la garganta.

-Oh, lo siento mucho.-

Estuvimos hablando un largo rato y decidí que ya era hora de ir a casa. Era las 10:00 de la mañana. Llegué a casa, abrí con la llave que hay debajo del ladrillo del jardín, entré y subí directamente a mi habitación sin siquiera saludar si es que hubiera alguien en casa. Me quité la ropa, me di una ducha y me puse algo más cómodo, como unos shorts negros, una camiseta azul y unas deportivas azules. Me senté en mi balcón y me quedé leyendo mi libro favorito Pero A Tu Lado de Amy lab.

-¡Nikki baja!.- Me llamó Fer. Espera ¿qué hace Fer aquí?

Me levanté y decidí bajar. Espero que no se les haya ocurrido hacer nada.


Mi insoportable hermanastro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora