¿Podría ser peor persona? Pues no, porque ya había echo que Ethan se sintiera como una mierda y lo peor de todo es que yo me sentía así.
-¿Estás bien?.- Le pregunté preocupada, nunca lo había visto así.
Solo asintió y se fue para su habitación.
-Genial Nikki, eres una estúpida.- Pensé en voz alta.
-No, no lo eres.- Reconocí la voz.
-Fer.- Suspiré. -Lo he fastidiado todo.- Comencé a llorar.
-Tranquila Nikki, todo estará bien.- Me sonrió.
-Tu siempre tan positivo.- Fruncí levemente el ceño.
-Es que hay que serlo cariño.-
-No puedo ser positiva después de como traté a Ethan y de lo que le dije.-
-Ya me lo ha contado y creo que deberías hablar con él tiene cosas que explicarte.-
-¿Qué sabes tu que yo no sepa?.- Entrecerré los ojos.
-Eso lo hablas con el, te lo tiene que decir el.- Asentí.
-Bien, hablaré con el.-
Subí las escaleras y me quedé enfrente de la puerta de su habitación. Estaba nerviosa y no me atrevía a llamar porque no sabía lo que podría salir de mi bocaza. Solo quería disculparme, no era difícil para mi pero con los nervios me bloqueaba. Me armé de valor y llamé. Este me abrió a los pocos segundos.
-H-hola, ¿p-podemos hablar?.- Balbuceé.
¿Quieres tranquilizarte?
Eso quiero. Cállate.
-Si.- Se echó a un lado y me adentré en su habitación. Me senté en el borde de la cama y el a mi lado.
-Lo siento.- Fue lo que me salió.
Este me miró y yo tenía unas inmensas ganas de llorar.
-No pasa nada, no tienes porque disculparte.-
-Si, porque te traté muy mal, lo que pasa es que me puse celosa de esa chica.- Hice una mueca y este abrió los ojos sorprendido.
-¿Estás admitiendo que te has puesto celosa de mi prima?.-
-Supongo que.. espera, ¿tu que?.- Me sorprendí al escucharlo.
-Si, mi prima, no sabía de quien hablabas cuando me lo dijiste pero cuando te fuiste hablé con ella y me dijo que te llamó para hablar conmigo.- Me sentí de lo peor.
-Lo siento, yo.. no se que decir, soy una estúpida.- Enterré la cabeza en mis manos.
-No eres una estúpida, yo hubiera reaccionado igual.- Me sonrió dulce.
No lo pude evitar verlo tan vulnerable, así que me acerqué y lo besé. Lo necesitaba, me sentía genial en sus brazos, me sentía protegida y era la mejor sensación que podría tener. Me separé lentamente de el dejando mi frente contra la suya.
-¿Y eso?.- Me preguntó cogiendo el aire que nos faltaba.
-Te quiero, y siento mucho todo lo que te dije, yo quiero estar contigo, pero me es imposible no pensar que soy un estorbo..- Me interrumpió.
-Tu no eres un estorbo, y yo también te quiero.- Me volvió a besar.
-¿Bajamos?.- Le pregunté. -Fer está abajo.-
-Claro, vamos.- Me sonrió y agarrados de la mano bajamos al salón.
Allí estaba Fer viendo la tele. Nos acercamos y nos sentamos con el. Nadie dijo nada, solo nos pusimos a ver la tele hasta que llegaron mi padre y Emma y nos sentamos todos a cenar.
-Mañana es tu cumpleaños.- Dijo mi padre.
-No.- Contesté yo. Este me miró. -Ya sabes que no me gusta celebrarlo.- Estaba seria.
-¿Por qué?.- Me preguntó con delicadeza Emma.
-Porque no, dejémoslo ahí.-
-El cumpleaños es una fecha muy importante, hay que celebrar que cumples un año mas.- Me dijo Ethan.
-No, y no quiero nada de fiestas ni regalos, os aviso.- Se encogió de hombros. -Ya he terminado.- Me levanté y me fui a mi habitación.
Me desvestí y me puse el pijama. Me metí en la cama y me puse los auriculares con la música al máximo. No quería pensar en nada, solo quería escuchar música y quedarme dormida. Mi cumpleaños no es una fecha que me entusiasme demasiado, es más, odio ese día, me pone de muy mal humor y ojalá desapareciera del calendario. Pero no es posible así que es lo que hay y me tengo que aguantar. Terminé escuchar Cette Idee-La de Amel Bent, me quité los auriculares para así poderme dormir y justo llamaron a la puerta.
-Pasa.- Ethan entró.
-¿Estás bien?.- Asentí. -No sabes mentir ¿lo sabes no?.- Me encogí de hombros.
-Si estoy bien, solo algo cansada.- Este pareció creérselo.
-Esta bien, pues te dejo que descanses.- Se acercó a mi, me depositó un casto beso en los labios y se fue a su habitación.
Me quedé dormida al instante. Las 6:30 de la mañana, me levanté, me puse unos pantalones pitillos, un chaleco de mangas largas, unas vans negras y una chaqueta ya que hacía frío. Ya estaba lista, no cogí nada, ni móvil, ni llaves, nada, solo cogí las flores que tenía preparadas desde ayer. Salí de mi casa y me dirigí al cementerio, no pude evitar las lágrimas. Una vez llegué me posicioné frente a la tumba de mi madre, dejé las flores y me quedé sentada sin poder parar de llorar.
Te extraño mamá, no sabes cuan difícil se me hace todo esto sin ti. Siempre te lo contaba a ti y me siento vacía. Te necesito, te necesito conmigo a mi lado, haciéndome cosquillas, contándome esas sabias reflexiones que tanto me gustaban, preparándome ese vaso con leche y miel cuando enfermaba, y sobre todo te necesito para estar a mi lado.
Estuve toda la mañana ahí sentada hasta que escuché un llanto masculino, me acerqué a ver de quien provenía y me sorprendí. Decidí darme la vuelta para no interrumpirlo pero tarde, ya me vio.
-¿Qué haces aquí?- Me preguntó con la voz entrecortada.
-Vine a visitar un familiar.- Me limpié algunas lágrimas que cayeron por mi rostro. -¿Y tú?-
-Igual, vine a visitar a mi hermano.- Abrí los ojos sorprendida.
-¿T-tú hermano?.- Balbuceé. ¿Es ese?.- Señalé la tumba.- Asintió.
Me acerqué para ver como era y la verdad es que era muy joven.
-Era muy guapo.- Sonreí triste.
-Si.. lo era.-
-¿Cuántos años tenía?- Le pregunté. A lo mejor estaba siendo demasiado entrometida. -Lo siento, no pretendía se entrometida.- Agaché la cabeza y me di la vuelta.
-Veinte.. tenía veinte años.- Una lágrima paseó por su rostro.
-Lo siento mucho.- Lo abracé con vergüenza. Este se quedó estático pero me devolvió el abrazo.
-¿A quien has venido a visitar tu?.-
-A.. mi madre.- Me aclaré la garganta.
-Oh, lo siento mucho.-
Estuvimos hablando un largo rato y decidí que ya era hora de ir a casa. Era las 10:00 de la mañana. Llegué a casa, abrí con la llave que hay debajo del ladrillo del jardín, entré y subí directamente a mi habitación sin siquiera saludar si es que hubiera alguien en casa. Me quité la ropa, me di una ducha y me puse algo más cómodo, como unos shorts negros, una camiseta azul y unas deportivas azules. Me senté en mi balcón y me quedé leyendo mi libro favorito Pero A Tu Lado de Amy lab.
-¡Nikki baja!.- Me llamó Fer. Espera ¿qué hace Fer aquí?
Me levanté y decidí bajar. Espero que no se les haya ocurrido hacer nada.
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Mi insoportable hermanastro.
Roman d'amourEntré al baño y vi a Ethan con solo unos boxers puestos. -¿Te gusta lo que ves?- Me preguntó alzando una ceja. -No.- Respondí cortante. -Que pena que no te lo creas ni tu cariño.- me sonrió con una ceja levantada. -No soy tu cariño, imbécil.- Frunc...