CAPÍTULO 14

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Tokio hotel~ Monsoon.

CORREGIDO.


Los Rogues seguían aporreando la puerta. Los dos estábamos petrificados del miedo. Un enganche de la puerta ya ha saltado y desde dentro se escuchaban gruñidos, zapatos y ruidos de pisadas.

La puerta solo tenía tres enganches, ahora solo dos. Esa puerta tenía los minutos, quizás segundos, contados para que la derribasen.

Niall me agarra la mano y me estira suavemente. Los dos damos pisadas hacia atrás lenta y suavemente evitando hacer ruidos y movimientos bruscos.

Los dos teníamos la respiración agitada pero intentábamos calmarla. Si tenían los sentidos igual de desarrollados que los hombres lobos nos escucharían.

Andamos hacia atrás hasta que nuestras espaldas chocan contra la pared. No hay lugar para esconderse y evitar enfrentarlos. Estamos totalmente acorralados.

Miramos fijamente la puerta mientras nuestras manos siguen entrelazadas. No hay más salidas, no hay donde ir. La única manera de salir vivos de aquí es por la puerta, la misma por donde van a entrar los rogues.

La puerta es tirada al suelo. Yo aguanto la respiración mientras veo lo que hay fuera, las criaturas más feas y horrendas que he visto en mi vida.

Están sucios y tienen la ropa rasgada. Algunos tienen la cara con trozos de pelo lobunos, otros tienen los ojos completamente blancos, veo que unos cuantos tienen la nariz muy grande o muy chica. Todos están calvos y solo distingo a los hombres de las mujeres por el pecho abultado de las mujeres. Arriba de la cabeza tienen dos cuernos de unos diez centímetros curvados hacia delante de un color rojizos. De la boca le salen colmillos amarillentos.

Algunos tienen patas de lobo en vez de brazos o piernas humanas. Pero todos andan a dos patas.

Hay como unos siete u ocho. Miran al rededor de la sala mientras algunos sueltan gruñidos.

Hasta que dan con nosotros. El más grande y feo es el que entra primero. Suelta gruñidos mientras se acerca.

-Nunca había visto a rogues así. -susurra Niall a mi lado.

Corren hacia nosotros y lo único que hacemos es agacharnos, y gatear unos pasos.

El rogue impacta fuertemente en la pared -que creo que es de madera- y cae al suelo, intenta levantarse, pero fracasa. Se queja de un tobillo. Yo disimuladamente le hago un cortocircuito en el tobillo y el por el dolor se desmaya. Uno menos. Niall no me ve, está ocupado mirando a los rogues que nos tapan la salida.

Nos levantamos rápidamente y miramos a donde antes estaba la puerta. Los Rogue nos miran furiosos, gruñen y sueltan zarpazos al aire. Están completamente descontrolados. Dan miedo así. No piensan lo que hacen, solo lo hacen, da igual las consecuencias sobre ellos después de hacerlo.

Todos corren hacia nosotros. Niall y yo corremos nuevamente hacia a la pared. Al volvernos ellos casi nos han alcanzando. Trago saliva. Son demasiados, ni siquiera soy buena en la lucha cuerpo a cuerpo. Lo único que tengo son mis habilidades especiales. Mis poderes.

Nos matan o utilizo mis poderes.

 Yo doy un paso hacia delante y él me mira. Veo que está apunto de entrar en pánico, más de lo que estamos. No puede hacer nada contra siete rogues. Nadie podría. Ni él, el príncipe.

Alzó mis dos manos hacia el techo, me concentro y dirijo todas mis fuerzas a mis manos, y de ellas sale fuego. A dos de ellos le lanzó fuego y paran inmediatamente de correr por el dolor. Se queman vivos. Gritan de dolor. Y yo tengo que concentrarme en no parar. No quiero hacerle daño a nadie, pero o se lo hago, o nos mataran sin pensarlo si quiera. 

VALIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora