CAPÍTULO 25

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Avril Lavigne~ sk8er boi

CORREGIDO.

Podéis encontrarme en Instagram como juliaamontero_☺

Creo que mi dignidad está por el suelo. Estoy atónita y totalmente estática en medio de todos los cuerpos moviéndose al compás de la música. Él se ha ido, sin más. Después de haber estado bailando y besándonos. Se va. Sin ningún tipo de explicación. 

Esto así no funciona, no podemos irnos en esta clase de situaciones como si nada hubiera pasado. Yo se lo hice una vez, ahora él me la ha devuelto. Esto es totalmente inmaduro. Aunque el puede que tuviese una buena razón, yo en realidad no la tuve. Solo necesitaba salir de allí, justo lo que me pasa en este mismo momento. 

Salgo de la pista de baile y me dirijo a la barra. 

Me hago sitio entre los huecos que deja la gente mientras baila, y esquivo a todos como puedo. Necesito algo fuerte ahora mismo. Los tacones empiezan a doler mientras ando, ya estaban tardando. No debería de haber hecho caso a Lydia, pero es demasiado insistente, y hubiera hecho lo imposible por callarla en ese momento. 

Seguramente el maquillaje que era precioso al salir de mi casa, ahora hasta asuste. El pelo debe estar completamente despeinado y se me pega a la nuca. Tengo demasiada calor, y el sudor y el movimiento de los cuerpos pegados que me rodean no ayudan en nada.

Cuando llego a la barra me siento en un taburete libre y veo que ya no están los que estaban antes atendiendo. Ahora sirve las bebidas un chico de unos veinte años moreno, vestido con las mismas ropas que los de antes, completamente de negro y lleva el pelo rapado a los lados y algo más largo por arriba. Se ve musculoso y alto.

Se acerca a mi y veo que sus pómulos están marcados y le cubre una fina capa de barba oscura. Él me sonríe y se apoya en la barra mientras me mira.

-¿Qué le sirvo? -me pregunta.

Yo pienso unos segundos, pero no se que pedir.

-Sorprendeme, -termino diciendo- y que sea algo fuerte.

Él sonriendo, se va por mi bebida.

No pienso quedarme de brazos cruzados pensando donde podrá haber ido, ni la razón de su marcha. Ni en sueños. Voy a beber, bailar y pasármelo estupendamente. He venido a divertirme y a acompañar a Lydia, la cual no veo desde hace bastante rato. 

Él chico se acerca y me da otro vaso rojo con alguna bebida dentro. Yo le sonrío y me llevo el vaso a la nariz, sí que huele fuerte. Pero me da igual y le doy un largo trago. El líquido baja por mi garganta dejando un agradable picor por ella.

-¿Es de su gusto, señorita? -dice el chico desde detrás de la barra.

-Si. Y no me llames señorita, por dios. Soy Delia. -le digo simpática.

-Un gusto conocerte, señorita -dice burlón- soy Álex.

-Encantada. -le digo sonriendo y me llevo de nuevo el vaso a la boca.

Le pego un buen trago hasta acabarlo.

-¿Me traes otro? -le digo agitando el vaso.

Él levanta una ceja mirándome, todavía no voy borracha así que acepta.

-Enseguida.

Él se va de nuevo y vuelve con otro vaso idéntico segundos más tarde.

Charlamos de cualquier tontería, no viene mucha gente por bebida, pero cuando lo hace me deja un momento y los atiende, luego vuelve de nuevo a hablar conmigo. Es muy simpático, y esta haciendo que mi noche sea mucho mejor de lo que yo esperaba que lo fuera.

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