CAPÍTULO 51

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CORREGIDO.


Selene esta muy cambiada. Tiene el pelo mucho más corto, por encima de los hombros y mechas rubias. Tiene pequeñas ojeras grises debajo de sus ojos pero la veo mas viva que nunca.

Escucho gritos, disparos y cuerpos cayendo al suelo, algunos heridos, otros sin vida. El olor a pólvora y sangre inunda el ambiente. Dispara a dos rogues, matándolos, mientras corro los pocos metros que me separan de Selene. Flechas vuelan por el aire y gritos llegan desde todas las direcciones. Todo es una catástrofe pero ahora mismo lo único en lo que pienso es que tengo a Selene a pocos metros. 

Nos fundimos en un abrazo que no dura más de dos segundos, pero que hace que se me forme una inmensa sonrisa en el rostro. Nos soltamos y nos ponemos espalda contra espalda con los brazos estirados apuntando a todo el que se nos acerca.

-Joder -dice mientras nos vamos moviendo con la espadas pegadas y disparando a quien nos atacan- como me alegro de verte. Ocho meses -para y le dispara en el pecho a un rogué, este cae al suelo en cuestión de segundo sin vida- se me han hecho enteros. Sin poder entrar, con la duda de si estabas bien o no.

No creo que "bien" definiera como estuve. Pero estoy viva, y eso ya es algo.

Son demasiados rogues, cada vez parecemos menos hombres y los lobos y los rogues aumentan. Hay bastantes humanos en la pelea, para mi sorpresa, pero muchos menos que lobos, lo que más se escucha en a pelea son gruñidos y disparos. 

Disparo en la cabeza a dos rogues y caen al suelo. Selene saca de uno de sus bolsillos algunas navajas y las tira una a una. Las clava a dos rogues, uno en el hombro y otra en la rodilla, ellos rugen de dolor y veo como se comienzan a transformar completamente en rogues. Un disparo entre ceja y ceja los mata. Miro en la dirección de donde vinieron los disparos. Una figura corpulenta y fuerte corre hacia nosotras. Su cabello rubio se movía por la suave brisa que había empezado. Él tiempo en la pelea parece detenerse un efímero segundo mientras reconozco quien es.

Lleva el pelo mucho más largo desde la última vez que lo vi. Le cae en pequeñas ondas rubias hasta los hombros. Tiene un corte en el labio y carece de ojeras. Tiene los brazos musculados, más que antes y su piel adquiere reflejos oro con el sol.

Llega hasta mi y me estruja contra su cuerpo. Sus brazos me hacen sentir como en casa de nuevo. Veo por encima del hombro como Selene sigue disparando y me hace señas de preocupación para que la ayude. Doy gracias por no tener muchas heridas, estos últimos días han sido de los mejores, sino hubiera sufrido mucho con este abrazo.

Me separo de él y le regalo una pequeña sonrisa antes de volver a coger mis pistolas y seguir disparando. No tenemos tiempo que perder, mucha gente está muriendo a nuestro alrededor, y se que lo peor aun no ha empezado, la reina rogue aun no se ha presentado, y supongo que tendrá que venir, no le quedará otra opción.

Daemon se sitúa cerca mía y se agacha hasta mi oído.

-Debo irme. Como humano sirvo menos que de lobo.

-Corre. -le digo.

Lo cubro disparando a rogues que lo quieren atacar mientras sus huesos crujen y cambian de forma, le sale pelo por todos lados, la cara se transforma hasta coger los rasgos de un lobo y me mira por última vez. Asiento y le muestro una pequeña sonrisa.

Sale corriendo y lo último que veo de él es su pelaje brillando bajo el sol.

Sigo disparando y clavo dos navajas más a rogues heridos, matándolos. Pero son demasiados. Las ceras están llenas de sangre y me duelen los brazos de estar disparando y recargando. 

VALIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora