Capítulo XVII
Un respiro
A David le sorprendió lo silencioso y estable de aquella nave. Sólo cuando miraba por la ventana recordaba que en efecto, iba a varios kilómetros por hora por encima del mar.
La chica que les había dado la bienvenida a bordo ahora se encontraba repitiéndole las indicaciones al piloto, quien simplemente asentía como autómata. La chica era bonita, trigueña, y de cabello rizado. Cuando abandonó la cabina se dirigió a Tessa y le abrazó por segunda vez. Ésta respondió apenas con una media sonrisa.
La nave era cómoda; tenía un par de asientos tan extensos como el ancho del jet, suficientes para que diez personas pudiesen viajar sentadas y con el suficiente lujo. No había duda de que Trish (nombre de la trigueña) era del mismo círculo social de Tessa.
Kira y Razi permanecían inconscientes pero en perfecto estado.. Cuando Tessa pasó a curar las heridas de David, el cálido tacto de la chica le llevó a desviar la mirada, evitando discretamente sus ojos y por el silencio entre ambos, parecía que ésta pasaba por una situación similar. Hubo una sonrisa incómoda al final, pero nada más.
Trató de darle sentido a lo que la sello había insinuado minutos atrás, pero debido a la siempre hermética actitud de la chica, sólo podía conjeturar; decidió pues, ocuparse por resolver lo inmediato.
-Disculpa… ¿Trish, cierto? –le preguntó a la recién conocida- ¿cómo supiste dónde encontrarnos? No me mal interpretes, te lo agradezco, pero…
-Sí… –dijo ella en tono comprensivo, mientras tomaba asiento al lado de su amiga-. Hace unos meses, Tessa me explicó todo, y me refiero a todo –David parpadeó rápidamente, como captando con dificultades lo que le decían; por un breve instante le dedicó una mirada a Tessa-. Yo había pasado casi un año llorando su pérdida y un día me cuenta que es una súper heroína, y que además ¡no era la única!
-No, no –le interrumpió Tessa, pretendiendo un ánimo alegre que en realidad no tenía- yo nunca dije nada sobre ser una heroína.
-No, pero estaba implícito en la descripción de tu nuevo trabajo –replicó ella en tono burlesco-. Como sea. Me advirtió que algún día podría llamarme en busca de ayuda ¿Cómo dices que no a eso? Y, ayer, un chico de apariencia destartalada me contactó, jurando que mi amiga Tessa necesitaba que la recogiese en este lugar a esta hora. Tomé uno de los aviones de mi padre y aquí me tienen –señaló con inocente orgullo; claramente sentía que estaba sumando esfuerzos a una causa estoica-. Así que –agregó ella con tono inquisidor- tú eres David. Tessa me ha…
-Tu padre –le interrumpió Tessa con rapidez y atropelladamente; como si estuviese improvisando un parlamento- ¿no se molestará cuando descubra que le hace falta un jet en el garaje?
-Suelo tomar sus naves para excursiones y cosas así –respondió Trish confundida, en un tono que le daba a entender a Tessa que ella mejor que nadie debería saberlo-, además, nunca está en casa.
-Pues, como sea –interrumpió David- me da gusto que así lo hayas hecho –le sonrió a Trish y después se volvió hacia con Tessa-. Parece que tenías todo muy bien delineado.
-Sí –respondió ella mirando el piso de la nave-, tengo meses pensando en esto.
El ligero zumbido del motor fue lo único que se escuchó por largos dos minutos. David tratando de no ahondar en el tema y Tessa sin poder sacárselo de la cabeza.
Para David quedaban claras un par de cosas. Hasta que no terminasen de cerrar los portales, Tessa no dejaría ese ánimo taciturno; y había algo, muy enterrado en la mente enredada de la chica, que estaba conduciéndola paso a paso a un precipicio emocional. Esto había quedado al descubierto a la sombra de aquella casa en ruinas del pueblo pesquero abandonado. No sólo cargaba con la culpa que para todos resultaba obvia, sino que llevaba a cuestas un bulto sentimental que, por lo que David había alcanzado a comprender, estaba firmemente aunado a su familia.
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Focus Lumen 2: Los herederos de Escanón.
Novela JuvenilDavid ha tenido sueños muy extraños, tanto, que su mente ya no sabe distinguirlos de la realidad. En otro mundo, muy lejano, una guerra entre dos dimensiones pone en peligro la existencia que con tanto trabajo, los humanos han logrado establecer. El...