-No te vayas. Quédate ahora, cuando más te necesito.
-Lo siento, no puedo- Me toma por las mejillas con fuerza.
Retrocedamos cinco meses antes.
Emma Bradford caminaba por su departamento desesperada por la extraña desaparición de su hermana menor Lucy, quién había hecho una salida dominical con algunos de sus amigos, y para sorpresa no solo de ella, sino de los padres de los demás, habían desaparecido sin dejar rastro. Y aunque Emma sabía que regresarían del lugar donde estuvieran, no sabía como decirle a sus padres quiénes ya le habían preguntado por Lucy.
-¿Ya has sabido algo?- Preguntó con el teléfono inalámbrico de su hogar a Alex, amigo íntimo de Lucy quién había rechazado la propuesta de ir a cierta ciudad.
-Han ido a Las Vegas, están ahí. Sólo que no sé en que lugar específicamente.
-Eso lo resuelvo yo, gracias Alex.
-De nada, cuídate tú y si encuentras a Lucy también.
-Gracias.
Alex, un joven de diecinueve años quién había recibido una llamada minutos antes de comunicarse con Emma de Lucy, diciendo que no se preocuparán, se encontraban ella y los demás en Las Vegas, estaban pasando un muy bien rato y que no regresaría dentro de cuatro días, además de presumir y reprender su negación del viaje vacacional.
Emma se dirigió a su habitación de color beige con tonalidades blancas. Y después de tomar una pequeña valija que llenó de unos jeans, una simple camisa, un abrigo y una pijama, además de algunas cosas personales por si se necesitaban, la rubia tomó su móvil y se dirigió a la habitación de su hermana que se situaba justo a un lado de la suya. Con estampados de alguna comunidad pacifista, una cama la cual parecía haber sido arreglada por unos mapaches y demasiada ropa descansando en el suelo, a grandes zancadas tomó un folleto que se encontraba en el escritorio color grisáceo, encima de una MacBook que era de ella. <<Te estaba buscando>> tomó el equipo de Apple, y el papelillo que era de un lugar de Las Vegas el cual había escuchando por parte de su hermana la excitación que tenía por ir.
Llamó a alguna aerolínea norteamericana, pidiendo un boleto lo más antes posible al aeropuerto de Las Vegas que para su sorpresa, debía aterrizar en Los Angeles y después tomar algún autobús, o auto de sitio si es que no quería llegar al siguiente día. Frustrada con su poca suerte, le concedió su número de tarjeta de crédito y pasaporte a la joven que le atendía del otro lado del teléfono, para que después de esto tomara rienda en un taxi hacia el aeropuerto de Nueva York.
Al llegar al lugar que sufría tráfico humano, se acercó al módulo de atención al cliente de la aerolínea pidiendo su boleto, y después casi corriendo, por la falta de tiempo, hacer lo necesario para subir al pájaro metálico.
Nerviosa, por el simple hecho de que le tenía cierto miedo a tal ciudad, en ese momento deseó un poco de la actitud fiestera de su hermana. Durante sus veintitrés años de edad, había sido el orgullo de sus padres. Tuvo buenas notas en los colegios, le encantaba leer, durante los periodos vacacionales tomaba clases de matemática, o se dedicaba ayudar a personas de escasos recursos. Y además de tener aptitudes matemáticas y musicales tenía como defecto su poco espíritu juvenil; en cambio, Lucy era distinta, aunque no era de excelentes notas como ella, sabía afrontar situaciones como la prueba de drogas y alcohol de la manera más divertida y madura posible y divertida sobre todo, además de conseguir amigos tan fácilmente que el año pasado el día de San Valentín recibió regalos de hombres que ni siquiera recordaba que había conocido a tan corta edad. La misma educación dada a las dos, y distintos comportamientos sociales, pero a pesar de todo, no tenían problemas, y se llevaban bien. A excepción de este. Después de cinco horas de incómodo viaje donde un viejo de ochenta años se quejaba de todo, tocó el concreto del aeropuerto y divisó a un taxi que se dirigía hacia donde ella, que había anticipado su servicio después de haber llamado a la aerolínea e informarse de la hora de llegada. <<He gastado doscientos dólares en ti Lucy>> Pensó aún frustrada por los costosos gastos que le comenzaba a generar la búsqueda de su hermana.
ESTÁS LEYENDO
Contigo [Anton Zaslavski/Zedd Fan Fic]
FanfictionEmma Bradford no era graciosa, mucho menos social. A sus veintitrés años tenía un trabajo que pocas podían haber conseguido. La vida da vueltas, alguna anticipadas, otras inesperadas. Y así como la última, conoció a su dolor de cabeza, su montaña ru...