Hablar.

518 43 0
                                    

Después de que le maquillaran, y vistieran com algunos seis atuendos para una pequeña sesión en la cual tuvo a Richard a lado de ella brindándole algunos consejos junto con Sienna, la fotógrafa, y dos técnicos de apoyo, el joven que había acabado de conocer le invitó un café directo desde Turquía de un puesto local de Nueva York para compadecerse de una noche fría y blanca en la ciudad que nunca duerme. Se había ofrecido a llevarla a su departamento, no estaba dispuesto a dejarla así en medio del frío esperando un taxi que en esa época pasaban la mayoría, ocupados.

Aparcó frente al edificio en un Porshe bastante elegante. Emma aún tenía el humeante café en sus manos en el termo especial, y le sonrió a Richard.

-Gracias, te debo un café.

-Creo que debería acompañarte a tu departamento. Debo ser cordial.

No le discutió, cedió ante su propuesta.

Al salir del elevador, caminaron por el pasillo, y se congeló al ver quién estaba afuera. Dio un paso atrás, y Richard la tomó por la espalda. Podía morir de la estupidez que había cometido. Tomó con fuerza el envase del café, e incluso sintió una pequeña gota derramarse sobre su pulgar, al parecer había rasgado el cartón. El joven alzó la mirada, y pudo observar al indiscutible Zedd recargado en la pared color ámbar a lado de la puerta esperando a obvias razones a Emma. Este se enderezó y fulminó con la mirada al americano. Sabía que debía dejar a su chica.

-Un gusto Emma-La miró. Tenía su mano sosteniendo su frente queriendo casi morir, tratando de calmar con la mirada a su novio. Le acarició la espalda, no podía darle un beso en la mejilla, mucho menos abrazarla. Sólo le acarició en forma de resignación y con su mirada cabizbaja en símbolo de perdón.

Dio la media vuelta y desapareció en el elevador.

Anton esperó a que las puertas grises se cerrarán. Y habló:

-¿Y bien? ¿Podría saber quién era?

-Richard, lo he conocido hoy. Al parecer será mi publicitario. Lo siento Anton, no es lo que piensas. Me invitó un caf...

-¡No me interesa!

Caminó a temblorosos pasos hacia la puerta y buscó las llaves en su bolso. Abrió y después de que Anton pasara la volvió a cerrar encendiendo las luces en una noche post navideña.

-Lo siento Anton, te lo juro. Sólo es un desconocido.

-Emma...-Su tono de resignación se apoderó su boca. Se acercó y la abrazó estando a lado de la sala. Respiró su cuello, le hizo recordar que nadie se compararía a ella-Yo... Lo siento mucho, perdón por no responder. Sé que estás enojada.

-Muchísimo.

-Debo hablar contigo, y creo que tú también conmigo.

-

Quitó su blazer y lo dejó encima de la isleta de la cocina junto con su bolso, y tomó asiento con Anton quién estaba sentado en la sala apreciando a la ciudad de Nueva York.

-¿Qué quieres decirme?-Preguntó Emma frente a él en el mismo sofá.

-He escuchado que los rumores corren como el agua. Y... Con eso de que tú serás modelo, y yo estoy en esta posición creo que deberíamos tratarnos como unos desconocidos que se conocen muy bien frente a todos-Pausó-Emma, seremos nada frente a tus amigos, los míos. Sólo amigos de hola y adiós. Claro, cuando sea el momento.

Comprendió perfectamente y él continuó:

-Entiéndeme. No es difícil. Sé para lo que te están preparando, conozco ese mundo. Y... Lo mejor será que socialmente nos desvinculemos de cualquier relación. Cuando tú estés en portadas de revistas, cuando más marcas te manden contratos, cuando seas una socialité.

Frunció el ceño.

-¿Cómo sabes que eso sucederá?

-Me han llamado, y me ha dicho el plan que tienen para ti, y lo relacionaron conmigo, necesitan que sea tu ayuda para que llegues más rápido al conducto de la fama. Y no quiero eso, no solo por mi, si no por ti. Te arrepentirás si te ayudo en eso. Así qué...

-Es difícil Anton.

-¿Qué?

-Estar contigo. Es difícil-Desvió su mirada y observó el ventanal-Sé que debo entenderte-Continuó con aire en sus palabras-Sé que tú eres uno ahí afuera, y dentro eres otro, que quieres ser un artista olvidado y neutral frente al medio. Sé qué sólo juegas conmigo Anton...

-No Emma, no...

-¿Crees que no me enteré lo que hiciste una noche antes de Navidad? Anton... Te dejaré hacer lo que quieras, porque sé que esa persona que esta ahí afuera no la conozco. Me enamoré de Anton, no de Zedd, y a él no estoy dispuesta a conocerlo.

Anton se volvió del sofá y caminó hacia el ventanal, metió las manos a los bolsillos de sus vaqueros, y observó como pasaban autos por la avenida justo a las diez de la noche.

-No quiero dejarte Emma, no ahora.

Contigo [Anton Zaslavski/Zedd Fan Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora