Ingenuidad.

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Anton y Emma habían acordado en irse el día siguiente por la tarde. Él, le había ayudado a arreglar el desastre ocasionado, y mientras hacían eso la pasaban bien. Anton no podía creer la señorita que tenía en frente de él, sabía que Emma sería una persona importante en su vida, sólo con verle por primera vez le llamó la atención, porque físicamente, era como le gustaban.

Ahora, exhaustos y con una caja de pizza frente a ellos, veían televisión por la noche.

-¿Te dije que me gusta tu cabello?-Anton comenzó a tentarlo, y acercó su nariz para olerlo.

-No-Rió-No huele bien-Respondió ella. Tomó el mechón de cabello de sus mano y lo puso detrás de su oreja.

-Huele a cigarrillos-Emma le miró ofendida.

-Creo que tomaré un baño, dormiré. Y fin de la discusión-Cubrió con su mano la boca de este-No fue mi culpa que fumarán detrás mío.

-Tranquila. La vez que me duché aquí, mi cabello terminó con un olor a vainilla, no se me quitó en tres días-Pausó-Bueno, tenía un recuerdo tuyo en mi cabeza-Rieron. Emma le miró, y volvió su vista para tomar los platos que yacían vacíos frente a ellos en la mesa de centro. Anton la miró dirigirse a la cocina.

-¿Me podrás prestar algo para dormir?

-Ya sabes que si. Además, puedes dormir en la habitación de Lucy, está limpia-Apagó las luces y se dirigió de nuevo con él.

-Dormiré contigo-Emma tomó el mando de la televisión y lo apagó. Observó a Anton quién se volvía del lugar y caminaba hacia su habitación

-¡Hey!-Comenzó a reír mientras le seguía el paso. Al llegar, él estaba sentado en su cama quitando sus tenis. La miró y se acostó. Emma se sentó a lado suyo-Está bien, tú ganas. Te daré algo, espera.

Mientras eso, él respiraba la almohada que estaba debajo de su cabeza, se sentía cómodo, en confianza, bien. Podía dormir en esa cama todo un mes sin restricciones.

-Toma-Anton se volvió del lugar, sentándose en la cama y tomó una camisa que tenía Emma en su mano-No encontré algo más, a no ser que quieras que te preste algún short mío pero dudo que te queden-Rió.

-¿Me estas diciendo gordo?

-No gordo, hombre-Rieron-Me voy a dar un baño-Le sonrió y no la volvió a ver.

Anton abrazaba una almohada blanca, mientras encima de esta estaba concentrado en su iPhone revisando sus redes sociales y mandando y recibiendo mensajes con sus amigos.

Sólo escuchó como la manija de la puerta chilló y de ella salió Emma, con un short lo suficientemente pequeño para dormir con él, y una simple camisa delgada blanca. Secaba su cabello con una toalla, que había acabado de cepillar y Anton sólo le seguía con la mirada.

-¿Te quedaste en pantalones?-Le preguntó sentándose en la cama, quedando frente a su mirada.

-Si, después de darme cuenta que estoy gordo.

-No estas gordo, Dios mío Anton, pareces mujer-Rió y se acostó quedando a lado de él. Se voltearon, frente a frente. Contacto. Acercamiento. Se besaron. Emma ahora estaba encima de él, cada una de sus piernas en los costados. Esbozaban sonrisas mientras, podían sentir esa fina sensación de comodidad, complemento y cariño. La triple C.

El tocaba las mejillas de ella con las yemas de sus dedos en círculos, tocando su cabello que olía a una placentera vainilla. Recorría el arco de su espalda con su dedo índice. De arriba abajo y al contrario, para después subir a su nuca, tomarla con su mano, y atraerla más hacia él.

Contigo [Anton Zaslavski/Zedd Fan Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora