Padres/No lo necesito/Loco.

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Se envolvió en una amplia toalla color beige, después de haber secado su cabello con esta.

Vistió lo mismo de la noche anterior, a obvias razones que no deben ser explicadas. Secó lo que pudo aún más su cabello, para cepillarlo con sus dedos y atarlo en una cola de caballo. Tomó la máscara de su bolso y colocó un poco en sus pestañas, al igual que brillo en sus labios.

Tomó la camisa a cuadros, su bolso, iPhone en mano y salió del lugar.

Se encontró a Anton sentado en la pequeña sala de estar con su propio dispositivo en sus manos, y MacBook en sus piernas. Revisaba atento, tecleaba, lo observaba desde el marco de la puerta del baño. No tenía expresión alguna ella. Razonaba lo que había ocurrido, era normal en su edad, si. ¿Pero qué pensara Anton ahora de ella?

-Ahora nos vamos-Le dijo él cerrando su computador, para dejarlo a un lado y caminar hacia el baño, claro, pasando a lado de ella. Se posó en frente del espejo, Emma lo miraba. Se colocaba perfume, y acomodaba con sus manos su cabello. Anton giró su mirada, y dio contacto con ella.

-¿Me observas?-Preguntó, ahora frente a ella recargado en el taburete del lavamanos.

-¿Te incómoda?

-No-Pausó y le sonrió-Me gusta. Vamos-Salió del baño, tomó su billetera y móvil y los introdujo en los bolsillos de sus vaqueros. Mientras, Emma colocó la camisa a cuadros encima de la valija de este, y colgó su bolso en su hombro.

Salieron de la habitación.

-¿A qué hora debes estar en el aeropuerto?

-El vuelo sale a las siete, pero debo estar treinta minutos antes, Emma-Lo miró, presionando el botón para llamar a un elevador.

-¿Alemania?

-Alemania.

-¿Cervezas?

-Cervezas.

-¿Familia?

-Familia-Rieron y dieron rápidas zancadas hacia el elevador que para ser temprano, se encontraba vacío.

—Así como tú—Le dijo él—En ocasiones me cuesta trabajo estar lejos de ellos-Emma tomó la mano de Anton y la apretó. Le sonrió, y él también. Anton entendió que ella le mostró esa preocupación, y con el acto le quiso dar un poco de "fuerzas". Le gustaba la idea de como se comportaba con él. El saber que ella le tomaba importancia de una manera maternal, lo volvía loco.

-Tu hermano, tus padres, y demás deben estar orgullosos de ti-Seguían tomados de las manos.

-Como no te imaginas. ¿Y los tuyos?

-Igual, pero creo que si supieran que soy alguna cantante famosa, que recibe frutos económicos lo triple de lo que gano, y me aluden en las televisoras y sitios web, estuvieran más-Rió Anton.

-¿Artísticamente que sabes hacer?-Salieron del elevador, para después del hotel. Y tomar un taxi en la avenida, el había dado una dirección y ella no presto atención. Seguían hablando.

La madre de Emma quién había sido en sus quince primeros años de madre maestra de ballet, después de que a la edad de veintiún años hubiera sido arrollada por un auto, obligándola a retirarse del baile, pero dejándole todo lo necesario para enseñar a pequeñas niñas y adolescentes del pueblo, le había servido a su hija mayor, Emma, de mucho.

Durante la niñez y pubertad de Emma, su madre después de la escuela, le enseñaba rutinas de baile, sometiendo su cuerpo al arte músico-corporal. Pero eso no lo fue todo, Cate Palermo, una señora de sangre española, italiana y americana-De ahí su gusto por el arte-le había mostrado una partitura de una canción del grupo inglés The Beatles,Yesterday, y le había enseñado como se tocaba en piano. Y desde entonces la mayoría de las noches, cuando su esposo dormía, y los pequeños Lucy y Curtis igual, le comenzaba a dar lecciones. De piano fue violín, de este guitarra. Hasta los dieciocho años, cuando a Emma le llegó una carta desde New Jersey, con destinatario, la Universidad de Princeton. Una beca.

El padre de Emma y Lucy, Peter Bradford, un escritor, que terminó siendo columnista de un periódico de la ciudad, que en sus tiempos libres tomaba a sus hijas e hijo y los llevaba a pescar, o a hacer fogatas con su amada, como se acostumbraba en el pueblo, le había enseñado el arte de la cocina. Además, Emma había mostrado interés en la profesión de su padre, y este le mostró obras de Shakespeare, Stephen King, Stoker y demás. Y de ahí, el gusto de la americana por leer, y escribir poesías con Jim.

Todo aquello se lo había comentado a Anton, respondiendo la pregunta del principio. Él, así como ella, la escucha atento, sintiéndose sorprendido de todo lo que había detrás de aquella cara bonita. Había más, todavía más que quería saber. <<¿Qué fue de ella en la Universidad? ¿Allí conoció a Jim? >>

-No sé pescar. Nunca he pescado. ¿Por qué no me enseñas tú?-Le preguntó acercándose a ella. Aún no llegaban a su destino, pero no faltaba mucho.

-Porque no se encuentra ningún río cerca, genio-Rieron-Estamos en New York- Dijo sarcástica. Sintieron derrapar el auto. Anton pagó, y bajaron.

Se adentraron a un café llamado Village of coffee , y después de haber pedido cada uno, una bebida y un platillo. Tomaron asiento en la terraza de este.

Platicaban, en momentos de ella, en momentos de él. Había coincidencias en ellos, y otras no. Era como una plática que no tenía fin, que conforme más intercambian palabras, más temas había por discutir y conocer.

-¿Arkadi?

-Arkadi Zaslavski-Le mostró una foto de el en su iPhone.

-Se parece mucho a ti, pero no. Él es más... No sé.

-Lucy no se parece a ti-Le interrumpió.

-¿Qué dices? Somos como dos gotas de agua, sólo que ella es castaña.

-No, no lo digo por sus rostros. Si no en su comportamiento. Ella es más extrovertida, y tú eres como... Una dama-La miró-Educada, refinada, inteligente, pero en su momento eres graciosa. No me contaste que pasó en la universidad, ¿cómo te fue ahí?-Emma le miró. Sorprendida por la pregunta.

-Ingresé, estudié Administración empresarial, y conocí mucha gente-Suspiró-con algunos mantengo contacto, con otros sólo sé que siguen vivos. Tal vez fue la etapa más placentera, donde esas amistades eran las que no las podías dejar ni siquiera en periodos vacacionales. Viví experiencias, momentos inolvidables. Después me gradué, mi padre tenía que asistir a una cena de gala para redactar un artículo para una revista de moda. Y ahí conoció al Señor Larry, uno de los cinco directivos Tiffany & Co, yo le acompañé. Y ahí comenzó todo. Fui su asistente, y me pidió que me mudara a Nueva York.

-¿Conociste a Jim ahí?-Le preguntó comiendo su último trozo de tarta de chocolate blanco con zarzamoras sentado frente a ella.

-No- Se apresuró en responder-Él no estudió la universidad, lo conocí en una biblioteca. Él era, o es, no lo sé, esa clase de chico que sólo vivía por drogas, y paz.

-¿Y qué pasó o con él?

-Nunca supe que pasó con él a ciencia cierta Anton. Después de estar cierto tiempo detrás de unos postes de hierro, entró a rehabilitación. Es lo único que sé.

-¿Lo extrañas?

-No Anton, no lo extraño. No lo necesito. Lo he superado, me ha costado, pero lo he logrado—<<Y con lo que pasó entre nosotros dos, más>>—¿Y tú? ¿No te has encadenado a algún amor?

-No. Pero creo que pronto alguna persona me traerá loco-Le miro y sonrió.

Contigo [Anton Zaslavski/Zedd Fan Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora