El elegante pájaro metálico aterrizó, y con ello Emma se levantó de la cama plegable que estaba a un costado del avión. Acompañada por su soledad nada más, Richard no podía estar con ella ahora.
No había diferencia horaria entre Bélgica y Barcelona, y para bien, no duraba mucho el vuelo. Sólo cuarenta minutos. Los países europeos-Excluyendo a Rusia-eran pequeños y de gran beneficio para el tiempo. Sólo cruzó en sí Francia para llegar al poblado de Bruselas, Bélgica.
Tomó su bolso, y salió del jet, bajó las escaleras y al tocar el concreto de la pista, divisó un BMW color negro aproximarse a donde ella se encontraba. Rápidamente dos hombres tomaron el equipaje de Emma y lo introdujeron a la cajuela del auto.
De este, salió una amiga suya que casualmente vivía ahí temporalmente, Blair.
Era castaña, de piel tostada, y tenía unos ojos verdes que le recordaban a otros que conocía muy bien.
Caminó hacia ella y la abrazó.
-Gracias Blair.
-No podía dejarte sola. ¡Me prestaste un dólar!
Era pasada la media noche, y Blair se dirigía a su hogar donde Emma sería huésped algunos dos o tres días, dependiendo de lo que ocurriese.
-¿Entonces por qué has venido?-Le preguntó la inglesa conduciendo.
-Debo entregar algo muy importante, será rápido. Mañana por la tarde. Perdón... Hoy.
-Me ha gustado la portada de Vogue, sales hermosa.
Le sonrió y miró el transcurso. Ya no sabía que responder a los cumplidos de las personas, solo se había acostumbrado a sonreír. Era un nuevo gesto de agradecimiento, no palabras, sutileza al cien por ciento.
-¿Tienes todo?-Le preguntó el caucásico en su oficina.
-Si... Todo.
-No se preocupe Bradford, esta todo en buenas manos. ¿Por qué ha accedió a nuestra propuesta?-Sirvió un poco de Bourbon en dos vasos de cristal.
Recapitulemos.
-¡Eres una maldita... Espera, no te diré nada. Ya sabes lo que eres.
-Tú has tenido la culpa. Todas las noches en la que estas en un concierto me engañas, lo sé Anton, no soy tu sumisa, mucho menos tu estúpida.
-¿Y?
Recapitulemos una vez más.
-¿Por qué lo hiciste Emma? ¡¿Por qué carajos lo hiciste?-Tomó muy fuerte su brazo y trató de calmarse.
Cerró sus ojos, tenía miedo.
Otra vez.
-No tuviste que haberlo hecho-Le dijo entre toda la música que se escuchaba.
-No tuve opción.
-¿Ofrecer mi información era tu escapatoria? ¡podías haberme engañado de vuelta!
<<Fui una estúpida>> Pensó Emma mientras cerraba sus ojos y su nuca la apoyaba contra el respaldo del auto.
Era cierto, había vendido información personal de él, fotografías, datos de nacimiento y familia, pero las más íntimas se las había guardado. Todo era una venganza, Anton la había engañado con una rubia igual que ella, y había tenido el descaro de compartirlo por medio de las redes sociales. Se sintió defraudada, y buscó una vía alterna de expresar su enojo. Pero después de que esa noche había ocurrido, en la que él se enteró de ello después de que el caucásico anterior le hubiese llamado informado lo ocurrido (Otro fraude por si fuera poco) regañó y le gritó a Emma como nunca jamás. Al día siguiente, aún arrepentida por lo que hizo, acudió a una oficina del famoso chisme y farándula Thirty Mile Zone, "TMZ" en Nueva York, regresó el dinero y la información le fue devuelta cien por ciento intacta. Aquello Anton aún no lo sabía a pesar del tiempo. Estaba demasiado ocupado como para informarse acerca de lo que hablaban de él por medio del internet, que afortunadamente no fue nada.
Emma había recapacitado.
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Para avisar que ya casi se va acabar:)
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Contigo [Anton Zaslavski/Zedd Fan Fic]
FanfictionEmma Bradford no era graciosa, mucho menos social. A sus veintitrés años tenía un trabajo que pocas podían haber conseguido. La vida da vueltas, alguna anticipadas, otras inesperadas. Y así como la última, conoció a su dolor de cabeza, su montaña ru...