—Bienvenidos al acuario de la bahía —digo con una sonrisa a través del micrófono. Mis labios suben mucho más al apreciar como la gran cantidad de niños me observan con plena atención al ver que me encuentro delante del tanque para explicarles la historia detrás de este pequeño amigo. Los padres me ven igual de interesados —. Me llamo Kaia Thalía y soy la encargada de la sección de grandes animales en el acuario.
—¡¿Has nadado con ellos alguna vez?! —pregunta una pequeña con su mano alzada. No ha de tener más de cinco años.
—Sí, he podido nadar con el amigo que estamos por ver ahora mismo —le aseguro —. Algunos de ustedes puede que ya lo conozcan si han venido antes, pero otros no. ¿Quiénes aquí saben qué es una ballena?
—¡Yo! ¡Yo! —quiero reír al ver todas las pequeñas manos que se alzan directamente en el aire ante la mención del animal.
—¡Perfecto! Nuestro amigo Lalo tiene aquí más de diez años y es una de las primeras ballenas que trajeron al acuario cuando construyeron el área de grandes amigos —empiezo a contar —. Lalo fue rescatado del océano para traerlo a un ambiente más seguro.
—¿Por qué fue rescatado?
—Lalo había ingerido muchas sustancias tóxicas como plásticos —respondo. Hago una mueca de tristeza, y tengo que obligarme a no sonreír de ternura cuando la tonelada de niños me observa con sus rostros llenos de pena —. Es por esta razón que tenemos que cuidar nuestros océanos. Criaturas como Lalo viven dentro y dependen de nosotros para vivir. ¿Qué podemos hacer para ayudarlos?
—¡No dejar basura en las playas o en el océano! —responden todos al unísono.
Río cuando los aplausos llenan toda la sección. Amo mi trabajo, es una de las experiencias más bonitas del día poder presentar a cada uno de los animales que viven en la zona de grandes criaturas. Especialmente a Lalo, la ballena azul que se ha vuelto el animal marino más famoso de todo el acuario. Los niños lo adoran, ya que parece ser un amante de la atención al acercarse todo el tiempo al vidrio para que lo aprecien mejor.
—¿Lista? —llevo mi mano hacia mi auricular cuando escucho la voz de Gino.
—Sí, abre la puerta —le pido.
Las puertas de titanio impenetrable se abren dentro del tanque, y segundos después el hermoso animal marino sale para mostrar lo bello de él. Nada libremente para alegrarle el día a los niños que se acercan hasta el límite permitido para ver mejor. A pesar que lo he visto varias veces, Lalo me tiene colgada al igual que a los menores. Los padres toman fotografías de él y no puedo evitar sonreír emocionada.
La razón por la que escogí estudiar biología marina es por esto. Porque no hay nada como ver los rostros de las personas al apreciar a los animales marinos. Son tan raros, pero tan hermosos al mismo tiempo. El océano se encuentra lleno de estas criaturas que nos permiten utilizar su hogar para diferentes propósitos. Confían en nosotros, y es una lástima saber que les estamos fallando al contaminar sus zonas de vida. Los del acuario de la bahía tenemos días en los que ciertos grupos salimos a la costa para recolectar la basura dejada en la arena y prevenir que se dirija al mar. Amo mi trabajo, es lo mejor que me ha podido pasar.
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Pasando Límites ©
RomanceUriah Sokolov nunca ha tenido piedad, con nada ni con nadie. Siendo capaz de obtener todo lo que quiere con tan solo parpadear, ha dejado de buscar el verdadero placer que provoca ser feliz. En su lugar, su sed por la venganza es lo único que se apo...