26

2.2K 145 60
                                    

Muerdo mi labio inferior al sentir su cuerpo detrás del mío, con su pecho firme contra mi espalda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muerdo mi labio inferior al sentir su cuerpo detrás del mío, con su pecho firme contra mi espalda. Su mano izquierda recorre mi brazo al mismo tiempo que la derecha acaricia mi vientre con sus traviesos dedos. Trato de pretender que estoy dormida, pero eso no le prohíbe bajar sus dedos hacia el lugar entre mis muslos que muere por sus caricias a pesar de que no quiera admitirlo.

Retengo la respiración cuando sus caderas se mueven en deliciosos círculos contra mí. Su miembro está entre mis pliegues húmedos y se desliza contra la sensible superficie. Me sonrojo profundamente al pensar en lo mucho que quiero que se hunda en mi interior. He estado tan privada de él todas estas semanas que no soy capaz de controlar mi necesidad de su cuerpo sobre el mío. Gimo bajo cuando pasa la lengua por mi nuca, y su mano sube mi pierna hacia atrás para ponerla alrededor de su cadera, solo para poder sentir mi zona contra la suya. Inhalo hondo cuando frota mi clítoris en esos tentadores círculos que me mojan mucho más.

—Uriah —muerdo mi labio inferior tratando de evitar otro sonido de placer. Le da pequeños golpes a mi centro que me hacen temblar de gusto. Se siente demasiado bien —. Ya no, no más... —gimo, pero él sabe a la perfección que quiero que continúe.

Muerde mi cuello, perdido en su propio placer mientras continúa moviendo sus caderas contra mí, lo que enciende cada partícula de mi cuerpo. Se masturba al mismo tiempo que me estimula a mí, lo que me parece increíblemente placentero. Quiero decirle que lo sucedido entre nosotros no debió pasar, no tuvo que tomar lugar porque no es lo correcto.

Pero, si no es lo correcto, ¿por qué se siente tan bien?

Mis hormonas responden por sí solas, las cuales han estado demasiado alborotadas gracias a la pequeña persona que crece dentro de mí. Me giro para poder juntar mi boca con la suya en un feroz beso. Mi lengua y la suya se mueven en sincronía y termina robándome bajos gemidos cuando cuela su mano entre nosotros para continuar acariciando mi centro.

—Estás tan mojada —susurra contra mi boca.

—Es porque... —gimo cuando encorva sus dedos y encuentra un punto demasiado sensible en mi interior. Mi cuerpo tiene un pequeño espasmo que le hace sonreír.

—¿Eso se siente rico? —su lengua se desliza por mi labio inferior.

—Sí —digo con voz ahogada.

Mi mano baja por su marcado pecho para no quedarme atrás. Mis dedos se aprisionan alrededor de su duro e hinchado miembro para darle el mismo placer. Mi deseo puede más que los nervios y siento que mis ojos se nublan de placer al oírlo gemir dentro de mis labios. Amo los sonidos que hace. Amo apreciar la manera en que pierde el control gracias a mi toque. Muerdo su labio inferior, y agradezco que estamos en medio de un bosque ya que no estamos siendo para nada silenciosos.

—Más —ruego en su boca.

—¿Así? —introduce dos dedos. Gimo cuando los mueve en círculos antes de sacarlos y volver a repetir la misma acción —. ¿Así te gusta, amor?

Pasando Límites ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora