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Camino por las calles del bulevar de San Francisco maldiciendo a cada una de las personas jóvenes que me encuentro

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Camino por las calles del bulevar de San Francisco maldiciendo a cada una de las personas jóvenes que me encuentro. Maldigo a mi primo por haberme hecho salir en un día tan atareado. Muerdo mi labio inferior con molestia al escuchar miles de gritos emocionados por todas las mujeres, quienes no dejan de mencionar lo maravilloso que será tener al famoso grupo del momento caminando en la misma ciudad que ellos.

Ruedo los ojos tomando a Andréi por el brazo para obligarlo a moverse, pero entonces me veo detenido por el gran cártel que tengo delante de nosotros. Es demasiado grande, tanto que media ciudad lo podría observar desde sus balcones al salir. Mis labios se entreabren de la sorpresa, y me pregunto si en estos últimos años he estado tan concentrado en los negocios familiares que no sé absolutamente nada de lo que sucede con las personas que conozco.

Mi primo hermano me pregunta si me encuentro bien, a lo que asiento antes de señalarle el cártel del que las muchachas a nuestro alrededor están hablando al mismo tiempo que toman fotografías. Andréi frunce el ceño, debido a que no le encuentra nada fuera de lo común a los tres artistas que están en la imagen, pero para alguien que conoce a uno de ellos, es completamente entendible.

—Es Park —le digo, a lo que me observa mucho más confundido que antes —. Es quien está en el medio.

—Uriah, todos sabemos quién está en el cártel —dice como si fuera lo más obvio. Mi primo ríe al ver mi rostro lleno de confusión mezclado con sorpresa —. Es Taehyung Neon, uno de los cantantes más famosos del momento. ¿Vives bajo una roca o qué?

—No lo estás entendiendo —le explico rápidamente —. Ese es Taehyung, lo conozco desde que somos niños y dejé de verlo cuando él y Gianna tenían dieciséis años.

—Cuando pasó lo del beso con Thalía —asiento dándole la razón. Sus ojos azules se abren —. ¿Me estás diciendo que eres amigo de uno de los cantantes con más dinero en el mundo?

—No tenía ni idea de que se dedicaba a esto —confieso. En serio necesito salir mucho más.

—Primo, necesitamos sacarte de tu cueva más seguido —concuerda conmigo —. Ahora mismo están haciendo una entrevista en la estación de radio a unas cuantas calles, es por eso la cantidad de gente que hay.

—San Francisco siempre tiene gente, no me sorprende para nada —comento, haciéndole reír —. Hace años que no hablo con él, y no me atreví a preguntarle a su hermana sobre dónde se había metido.

—En serio que estás en la nada, todo el mundo habla de ellos —niega con la cabeza. Entonces sonríe, dándome mala espina —. ¿Quieres tener un momento de fanático? —hace un baile de cejas.

—¿Momento de fanático?

—Vamos a la estación de radio, ha de estar llena de personas —ríe, sonando más que emocionado por la idea de sumergirnos en el mar de gente que probablemente ha de haber en la estación de radio.

Pasando Límites ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora