Capitulo 21

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Y a es viernes, me dedico a arreglar varios asuntos puramente burocráticos como hablar con mi casero, cerrar un par de cuentas que tengo en el banco y hace meses que no uso. Buscarme un buen abogado para temas más complicados, poner en venta mi estudio y mi coche y trabajar en mis dibujos. 

Decido hacer una pequeña colección de sentimientos. En honor a mi madre, que siempre me pedía que dibujara lo que sentía. Así que voy a pintar lo que me transmiten las cosas que me emocionan. 

Me pasaré la próxima semana en la playa dibujando lo que me inspire el océano. Un océano nuevo que estoy descubriendo, un lugar que me aterraba y ahora me llama, me arrastra, me pide que me hunda en él, que me sumerja, que lo descubra. Mañana llegan Cloe y John, me apetece mucho presentarles a Narel, pero con Mark aquí será complicado. 

No paro de dar vueltas a la idea de sugerirle a Mark que no hace falta que venga este fin de semana y cada vez me parece mejor idea. Pero por otro lado, me da rabia que lo pase con Thais. No me entiendo ni a mí misma, no entiendo cómo funciona mi cabeza, si yo a estas alturas estoy haciendo lo mismo con Narel.

 Finalmente decido pensar solo en mí y dejar mi ego aparte. Olvidarme de con quién pasará Mark el fin de semana. Así que sin darle más vueltas lo llamo: me gustaría pasar el máximo tiempo con ellos. 

Hace mucho que no los veo y me sentaría mal que vinieras y no hacerte mucho caso.

 —Mmm... 

—Mark duda—.

 ¿Prefieres que me quede?

 —Bueno, la verdad, como prefieras. Es solo que no quiero estar incómoda ni sintiéndome mal por dejarlos de lado a ratos para estar contigo, o al revés. 

—No sé, cielo, tenía ganas de hablar contigo... 

—Ya, pero con ellos aquí tampoco es plan, ¿no? 

—Ya..., también es verdad. ¿Necesitas estar con ellos a solas y desconectar? 

—No te lo tomes a mal, pero la verdad es que sí. —Entiendo. Lo noto raro, como disgustado. ¡Encima! 

—No te enfadas, ¿no?

 —No no, tranquila. Nos vemos la próxima semana, ya de aquí a nada, en un mes, tengo vacaciones y ya veremos cómo lo montamos. Tendremos mucho tiempo. 

—Es verdad, no me acordaba. 

—Maldigo por dentro esos planes. No tengo ningunas ganas de pasar con él tres semanas. Pero bueno, aún queda un mes para eso. 

¿Pues nos vemos la próxima semana? —Vale, cariño, pásalo bien. ¿Podemos hacer Skype esta noche al menos? 

—Claro. Hablamos luego. 

—Un beso, cariño. 

—Adiós —le respondo seca y cuelgo de golpe.

 Menudo peso me he sacado de encima. Resoplo y me siento aliviada. Sé que a Narel también le alegrará la noticia aunque él nunca me pediría nada similar. Me apetece que conozca a mis amigos como yo hice con los suyos. Decido darle una sorpresa a Sam e ir a buscarla al colegio sin avisar. Llego antes que Narel, que tampoco sabe que voy, y me siento a esperar. Empiezan a aparecer los niños y distingo a Sam, que sale con su profesora. Me acerco a ellas.

Una mirada al océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora