Pasó un mes desde que encontraron otro cuerpo en las orillas del río Newyear.
Según decían los del noticiero, su rostro quedó irreconocible. Más de dieciséis cortaduras y veintitrés apuñaladas en la entrepierna.
Me pregunto quién es capaz de cometer semejante inhumanidad, y si es el mismo responsable de los demás. Podría ser un asesino serial de quién se trata, si no hubieran tantos involucrados. Después de todo, detuvieron a dos el año pasado, luego a otros seis en 1986.
Mi madre insiste en rezar por que algún día esta caza de brujas acabe. Pero rezar... rezar no está ayudando. A ninguno... Los homosexuales siguen siendo asesinados y yo... no sé que hacer.
Maldición, estoy aterrado. Me siento como un completo inútil.
Sólo quiero correr a cualquier sitio en donde Yoongi se encuentre y besarlo. Fuerte, y despacio. Luego más rápido. Acariciarlo. Pedirle perdón, y luego, que Dios me ampare, decirle lo que me ha estado pasando con él.
Pero no sucederá. Lo sé. Me conozco lo suficientemente bien.
Yo lo ví.
Ví con mis propios ojos lo que le hacían a un maricón por sujetarle la mano a su pareja en plena calle.Y no quiero terminar así. No con Yoongi involucrado.
Así que no dejo de evitarlo y fingir que esa noche del cinco de septiembre yo no besé ningún muchacho y que a ese muchacho yo no le gusto tanto como él a mí.
En este período de tiempo me he hecho alguno que otro amigo. Todos los del equipo de Fútbol me han estado sugiriendo que sea su ala. Sin embargo, Yoongi creía que se me dan bien los instrumentos. Tanto, que podría dedicarme a ellos. Pero él no está aquí y yo no he tocado mi guitarra en dos años. Es una de las tantas cosas que dejé desde que mi padre murió. Como fumar a escondidas o beber del whisky de mamá cuando se embriagaba en las fiestas. O insistir con conducir el mustang de papá.
Ese mustang está enpolvado en la cochera. Nadie se le ha acercado, yo incluido. Y no pienso hacerlo. Ese auto exhala el aroma a él y de alguna manera me sigue poniendo triste el hecho de que ya no esté aquí.
Cuanto me gustaría tenerlo a mi lado sólo un segundo y decirle que lo siento. Porque estoy tan enamorado de Yoongi, papá. No podrías creer cuanto. Y que me hayas dejado a cargo de todo aquí me lo está haciendo difícil.
Dios, que estás ahí... No hago más que escuchar las mezclas viejas que me ha dado conjunto a los años y lamentarme, ¿no es ese suficiente castigo? Me compadezco de mi mismo desde que noté esa voz creciendo en mí, por eso, yo me pregunto... ¿Es necesario no volverle a ver?