Luz de mi vida (Victuuri / Yuuvik)

23. Ecos del pasado.

Yuuri se quedó asombrado al ver la decoración,  pude ver qué quería llorar.

— hiciste todo eso por mi!?

— por supuesto!.. te gusta?

— me fascina!

— Chris me ayudó con todo, quería que se viera lo más japonés posible, Aunque podrás entender que no puedo dormir en un futon.
reímos divertido.

— esta bien así cariño.

Me abraza afectuosamente.

— tú le has dado color a mi vida... Yuuri... te amo!

Unimos nuestros labios, Yuuri me a hecho adicto a sus besos, necesito estar junto a él, sentir el roce de sus manos en mis mejillas o en mi nuca, como acaricia mi cabello entre sus dedos, como me toma entre sus brazos, como si fuera lo que más atesora en la vida, me susurra al oido palabras de cariño, ver como me sonríe, cuando nos vemos hay destellos en su mirada! No pensé sentir esto con otra persona, sólo espero que no sea una ilusión,o algo pasajero ..

No fui tan mujeriego como creen algunos, era conocido como el soltero Nikiforov, tuve pocas relaciones estables, la única que pensé que llegaría al matrimonio fue con Selisha llevábamos 3 años juntos, antes del accidente, creí que con ella formaría mi hogar.

Pero después del accidente, me volví tan frío, tan obstinado, no quería ver a nadie. Siempre decía cosas hirientes para que se alejaran de mi, no creía que podría vivir después de eso. Incluso le grité cosas a Selisha para que me dejará en paz.

Por un tiempo dejo de venir, pero se acercó de nuevo, después de más de un año sin saber de ella, fue extraño para los dos al principio, sólo permitía que Chris se acercará a mi, y era extraño interactuar con alguien que te conocía muy bien en las intimidad.

— cariño.... porque no buscamos otro médico tal vez él si pueda ayudarte.

— ya lo intente.... es inútil quede condenado a esta silla....

— no cariño...no llores todo va estar bien... yo te apoyaré.

Ella deseaba sacarme de nuevo, pero todavía tenía miedo de dar ese paso, se aburría horrible, no le gustaba estar en San Petersburgo, quería que nos fuéramos a mi apartamento en Moscú.

A veces miraba cuando cambiaban los tubos donde hacia mis necesidades,  su cara era siempre de asco, fingia no darme cuenta, me dolía que me mirará así, a veces preguntaba casualmente si eso le molestaba, a lo cual sólo sonríe y con amabilidad dice que no.

— Víctor cariño.... ya sano tu herida?

— si.... ya está sanando.

— qué me alegra que te quitaran esos horribles tubos.

— así....que...horribles.

— no me mal entiendas amor, pero con esos tubos encima de ti, como qué me mataban la pasión.

Se sube encima de mi y se quita con sensualidad la camisa, quedándose en brassier de encaje.

— Víctor...te extrañe.... Mi cuerpo también.. aprovechemos que estamos solos.

Se acerca y nos besamos, sube un poco más para que sus pechos queden a la altura de mi cara, los beso, extrañaba sentir otro cuerpo sobre mi.

— Víctor....quiero tenerte.... estuve leyendo como podríamos complacernos, así que... intentaremos hacerlo....no...

Nos quedamos viendo con lujuria, asentí con mi cabeza, ella besa con devoción mi cuello, mientras mis manos pasean por sus muslos, levantando le la falda.