Me das lástima

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|~Capítulo nueve~|

Mis ojos se hacían más pesados, lo que Rachel decía lo escuchaba lejano y los golpes que ella me daba ya no los sentía. Escuché un grito, sentí como me dejaron caer al suelo y un inaudible quejido se me escapó de los labios, no me podía mover el cuerpo me dolía demasiado y me sentía muy débil.

Luego, unos brazos me cargaron y con dificultad miré a la persona que me sostenía. Sonreí aliviada sabiendo que ya nada más sucedería, que en sus brazos estoy segura.

—Llegaste...—dije casi en un susurro.

Una lágrima rodó por mi mejilla, no me había permitido llorar frente a esa mujer y sus amigas, no les daría tal gusto. Posiblemente llevábamos un largo tiempo allí, la verdad había perdido la noción del tiempo.

Más voces, pero todo era borroso y cada vez me era más difícil mantener los ojos abiertos, estaba cansada. Siento cómo me separan de Taehyung, comencé a asustarme hasta que vi quien me cargaba.

—Hey, estás conmigo ¿Sí? Todo estará bien pequeña, lo prometo.—se mueve apresuradamente por lugares oscuros—SooMin, mirame, no cierres tus ojos por favor.

La preocupación era palpable en su tono y por más que quise e hice el intento, no pude. Ya no lo veía, su voz se iba desvaneciendo y me sentí más agotada de lo normal.

—Lo siento...—dije como pude.

Entonces, todo se volvió negro y no escuché más nada.

Estaba en el patio de una casa, jugando con una niña la cuál no tenía casi parentesco conmigo, era de tarde y había una gran calma en aquél jardín. De pronto una señora sale de la casa y se dirige hacía nosotras notablemente feliz.

Dice algo que me suena distorsionado y luego nos tomo a ambas entre sus brazos y pude ver su cara con más detalle. Sus ojos tan potentes y de un hermoso color esmeralda al igual que los míos, tenía la piel morena y bien cuidada, su cabello largo, lacio y oscuro.

Entramos a la casa y sentí la calidez que esta emanaba, era tan acogedora y muy hermosa. Al entrar a la cocina vi a un señor de la misma edad de la señora, de piel pálida y bastante alto. El señor nos mira a las tres con preocupación y lágrima en los ojos. Ahora que lo pienso la otra niña se parece más al señor, sus rasgos son asiáticos como los de ella.

Cariño, se tienen que ir, tu y las niñas están en peligro.—ella nos baja y nos toma a ambas de las mano, su ceño está fruncido totalmente confundida.

—Seung, dime que está sucediendo ¿Por qué me dices esto?—el hombre la mira preocupado y niega con la cabeza.

No hay tiempo para explicar, por favor ve y empaquen sus cosas, lo necesario.

La mujer comienza a sudar pero, mantiene un semblante tranquilo. Con prisa nos lleva arriba, el miedo y la preocupación vagan en sus orbes verdes.

Entramos a una amplia habitación rosa, llena de pósters de princesas y con dos camas en ella. La mujer nos sienta en la cama a ambas y se va hasta el closet que está en una esquina, saca una maleta y comienza a meter lo primero que ve.

En el momento que cierra la maleta un fuerte estruendo se escucha en la planta baja, la mujer se paralizó por unos instantes y luego corrió hasta nosotras para cargarnos. Sale del cuarto con cautela y mira para ambos lados, camina en dirección a las otras escaleras.

Siento como comienza a temblar y sus lágrimas comienzan a salir por igual, el hombre de la cocina está tirado en el piso de este. La mujer rápidamente mira al patio y ve a dos hombres de espalda a nosotras, es allí cuándo comienza a correr, a medio camino decide bajarnos a ambas y cogernos de las manos para correr mas ágilmente.

ʜᴀʀᴅ ʟᴏᴠᴇ - ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora