No puede ser...

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|~Capítulo doce~|

Me siento en el sueño más profundo del mundo, mi cama cálida me abraza de una manera tan agradable que me es imposible prestarle atención alguna a mi despertador. Siento cómo poco a poco me voy despertando, sin embargo, me niego rotundamente a hacerlo. Comodidades cómo las de éste instante pasan muy poco en mi vida y prefiero no desaprovecharlas.

Todo iba bien y sentía como mi sueño volvía, pero en eso, a lo lejos logro escuchar una gruesa voz y no soy tan idiota para no saber quién es. Prefiero ignorarlo y seguir durmiendo...

De repente, mis sábanas son retiradas e inmediatamente el frío golpeó mi pequeño cuerpo, me enrolle en mi lugar y estire mi mano exigiendo de regreso mi manta.

Ya ni dormir tranquilamente se puede en estos días, que tristeza e injusticia.

—Dame mi manta y por favor vete.—dije abriendo y cerrando la palma de mi mano, que me despierten de ésta manera no es la mejor opción, a menos que me quieras ver cómo Satán me posee.

—No me iré hasta que te levantes para ir a la institución, holgazana. ¿Crees que por que estás a mi cuidado no irás? Soy responsable de ti y si tus calificaciones bajan por tus inasistencias será por mi culpa.—aquello me irritó tanto porque tenía razón y no quería admitirlo, me levanté rápidamente para regalarle la mirada más cargada de fastidio y odio que podía dar.

En ese momento no me importó en lo más mínimo algo que tuviera que ver con mi aspecto, ya sea mi cabello totalmente enredado y desordenado o mi cara hinchada.

—Pues te aviso que ésta holgazana no irá a clases hoy, así que...—me levanté y me paré frente a él—Dame la manta y vete.—al momento de tratar de quitarle mi sábana de la mano él la apretó más impidiendo que se la quitara.

—Y yo te aviso que ambos iremos a clases, quieras o no. Sé más madura.

Me reí de forma irónica y crucé mi brazos—¿Quién dice?—es algo gracioso verlo darme ordenes, digo, sé que se molesta fácilmente y tengo ese poder.

—Yo.

Rodé los ojos y hale de nuevo la manta, pero ésta vez Tae aprovechó para atraerme hacía él. Subí mi mirada llena de confusión ante su acto y él comenzó a caminar haciéndome retroceder.

No faltó mucho tiempo para que mis piernas chocaran con mi cama, él seguía acercándose y en intento de alejarme caí en la cama con Taehyung encima.

El pánico me atacó y empecé a respirar desesperadamente, ¿Qué clase de niñero hace esto? Está invadiendo mi espacio personal y mi privacidad.

—¿Q-qué haces?—aquélla pregunta, sólo quedó en el aire, cómo si no existiera.

Su rostro se acerco al mío y cerré muy fuerte los ojos, evitando así mirarlo, no podía con tal vergüenza y miedo. Pude sentir su nariz en mi cuello, su respiración era tan tranquila que eso sólo lograba colocarme peor.

—¡Quítate!—lo empuje, pero no funcionó—¡Idiota te estoy hablando!—siento un suspiro, cómo una risa y sentir el roce de sus labios en mi piel me paralizó.

Sentí castos besos en la zona ya anteriormente nombrada, puedo jurar que en ese momento casi me da un infarto. La sensación causada por la intensificación de los besos era realmente extraña, sus cálidos y húmedos besos contra mi piel se sentía... ¿Bien? Sí, se sentía realmente bien.

De un momento a otro empezó a dar pequeñas mordidas, me empecé acelerar y él lo notó de forma que no dudó en morderme sin un ápice de delicadeza.

ʜᴀʀᴅ ʟᴏᴠᴇ - ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora