Sigue tu corazón

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|~Capítulo veinticuatro~|

Como la metiche que soy fui en busca de Alessandra luego de cenar, las chicas vendrían en unos minutos y me alcanzarían. Decidí llevar conmigo una taza de chocolate caliente y una bolsa pequeña que contenían galletas.

Su cabaña era una de las que estaban de primeras, se encontraba un poco retirada de la mía.

Al llegar estuve a punto de tocar la puerta, pero, me detuve en seco al escuchar un quejido proveniente del interior del lugar. La curiosidad me invadió y fruncí mi ceño acercando el oído a la puerta para verificar que el ruido realmente haya salido de allí, miré una vez más el número de identificación y si era la cabaña de estadía de mi amiga.

La puerta se abre lentamente apenas pego mi oído a esta, me sobresalte y dude en mirar dentro o no.

No debí hacerlo.

Mis ojos se abrieron más de lo normal, tanto que dolió. No podía creer lo que mis ojos estaban presenciando.

-Esto no es sano, Jin. Sólo sueltame.-mi amiga tenía la vista fija en él, suplicándole con la mirada.

Él por su parte la tenía totalmente acorralada contra la pared, sostenía sus manos sobre la cabeza de ella impidiendo algún movimiento por parte de Alessandra. SeokJin tenía el rostro en el cuello de Alessa y una mano explorando debajo de su camisa, sin llegar más allá arriba. Por otro lado yo estaba en shock, no me podía mover, no podía hablar, no podía respirar o parpadear, no podía nada.

-Ah, ah...-nego él y puedo jurar que lo vi sonreír-No te soltare tan fácil, no hasta que me diga el porque trabas de darme celos con ese tal Kwon. No me busques Alessandra, te lo digo y te lo advierto... si vuelves a provocarme de esa manera, no dudaré en castigarte. Te juro que te haré gritar mi nombre más de una vez... ahora dime una sola cosa, ¿Por qué no es sano el placer?

Dicho esto beso ferozmente su cuello y luego lo mordió, eso causó que ella soltara un gemido y cerrará los ojos. En este momento me despido de la poca infancia que me quedaba, puedo sentir el arder de mis mejillas.

No podía ver más, esto era invasión a la privacidad y totalmente enfermizo. Soy una pervertida de mierda.

Cuándo estaba a punto de irme y hacer como si nunca hubiera visto nada, la bolsa de galletas se me resbala y cae al suelo. El silencio era tal, que ese sonido se escuchó estruendoso.

Ambos hicieron el amago de mirar y sentí cómo mi corazón comenzó a correr en mi pecho. Lo más prudente que se me ocurrió fue correr con todas mis fuerzas, maldiciendome en el camino por ser tan metiche y curiosa.

Corrí con el corazón en mi boca y con un fuerte ardor en todo mi tórax, el chocolate caliente se había derramado por el ajetreo en toda la extensión de mi pecho manchando mi suéter de un color café.

Había cometido una estupidez grandísima en haberme quedado allí, nunca debí haber venido.

Mis piernas duelen, no sé cuanto corrí pero sé que llegue a un bosque cercano al lago. Me apoyé en un árbol y traté de tomar aire, mis pulmones arden como el infierno y que decir de mis piernas, sólo ruego que no me hayan visto, no podría explicarles y si lo hago lo menos que harían es creerme.

Sentí miedo al escuchar unos pasos rápidos acercándose hacia donde estaba yo, cuando me giré vi la silueta de Taehyung. ¿Qué hace aquí? Está agitado y cansado, hizo lo mismo que yo y se apoyó en un árbol tratando de retomar el aliento.

-¿Qué haces aquí?-es extraño que esté en un lugar como este, igual yo pero, tengo mis razones.

Sus ojos café viajaron a los míos y yo sólo mantuve la mirada, estaba sudado y con los labios entreabiertos, sacudi mi cabeza en un mal intento de quitar los pensamientos pervertidos de mi mente.

ʜᴀʀᴅ ʟᴏᴠᴇ - ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora