¿Por qué sonríes?

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|~Capítulo veintiocho~|

Me desperté debido a los ligeros rayos de sol que se colaban por las cortinas, de inmediato reconocí que ésta no era mi habitación. Abrí poco a poco mis ojos tratando de acostumbrarme a la luz mañanera, miré a un costado encontrándome con una mesita de noche y un reloj que marcaba las once y treinta y nueve.

Me giré y allí lo vi, durmiendo plácidamente. Varios flashback de la noche anterior se cruzaron por mi mente, sonreí y mis mejillas comenzaron a arder. Su brazo derecho estaba en mi cintura y cuándo sintió el más mínimo movimiento por mi parte me apretó más contra él, gruño y arrugo sus cejas en un gesto de disgusto.

Me acosté de nuevo quedando frente a frente y no límite a mirarlo mientras dormía, se veía tan tranquilo y podría decir que inocente. Su respiración era pausada, sus labios entre abiertos soltaban unos que otro ronquidos casi inaudibles y su despeinado cabello castaño sólo me hicieron reír, era una imagen bastante tierna.

Abrió un ojo y miró para los lados y luego a mi, seguido abrió el otro y comenzó a pestañear en repetidas ocasiones acostumbrándose igualmente que yo hace unos minutos, su boca tenía un ligero puchero y retregaba sus ojos con sus puños.

Parece un niño pequeño.

—Buenos días...—deposité un beso en su nariz a la vez que sonreía.

Me sentía bastante feliz, los sentimientos positivos abundaban mi ser y mi corazón galopaba en mi pecho. Él me hace sentir así, con cada segundo, minutos, horas que pasan yo sólo me siento más afortunada de tenerlo a mi lado.

—Buenos días.—sonrió dándome un beso. Me miró y su vista bajó a mi cuerpo desnudo cubierto por las sábanas, me sonroje ante tan latente mirada—Necesito controlarme...—susurró para lo que yo supongo era para sí mismo, yo me río negando con la cabeza y él se sonroja.

Me dio un corto beso y se sentó en la cama, las sábanas cayeron dejando su torso y espalda al descubierto, traté de respirar de nuevo y sólo admire su belleza natural.

—¿Qué quieres desayunar?—giro su cabeza mirándome con media sonrisa.

Pensamientos impuros salgan de mi mente ahora, pensamientos limpios y lindos vengan a mí.

¿Cómo es posible que sea tan... sexy? Debería ser ilegal y lo peor de todo es que él lo sabe, es consiente de su atractivo. Mi corazón dio un vuelco de un momento a otro y me sentí nerviosa, me parece estúpido después de lo sucedido la noche anterior. Pero tienen que entenderme... es inevitable con semejante obra hecha por los mismísimos dioses.

—Yo quiero...—trataba de pensar en algo pero mi mente no se centraba—De verdad no sé que quiero en estos momentos, haz lo que quieras desayunar.—ante esa estupidez dicha me sonrojé y él sólo sonrió negando.

Ay padre santo... ¿Por qué soy tan estúpida?

—Entonces será sorpresa...—se levantó y las sábanas cayeron de nuevo a la cama dejando a la vista su cuerpo desnudo.

Taehyung me daba la espalda y dejándome una vista que no permitía respirar, sus piernas gruesas que sólo me hacían temblar, su trasero que ha decir verdad sólo me dejaba sin aliento y luego su espalda ancha llena de marcas de mis uñas de la noche anterior.

ʜᴀʀᴅ ʟᴏᴠᴇ - ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora