SunHee

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|~Capítulo treinta~|

El humo del café junto a su dulce olor se cuelan por mi nariz, me quedo mirando aquella taza entre mis manos con el líquido obscuro dentro de él, veo el vapor que ésta emana desaparecer en el aire y siento que quiero hacer lo mismo, esfumarme. Suelto un suspiro y trato de calmar mis nervios, desde que me senté aquí no he dicho absolutamente nada, tampoco puedo hallar las palabras correctas para comenzar una conversación.

Doy un pequeño sorbo y el amargo sabor se esparce por mi boca, un olor tan dulce y un sabor tan amargo... realmente contradictorio e irónico. Es lo único que me queda, esconderme detrás del líquido marrón y de la blanquecina taza.

Ella carraspea su garganta llamando mi atención y la miro, se acomoda en su asiento y me pregunta:

—¿Y... cómo has estado?—entrelaza sus manos sobre la mesa antes de tomar una fuerte respiración.

Visualizo sus manos tener un ligero temblor, un claro ejemplo de que ésta nerviosa, eso no ayuda en nada a mi impaciencia con respecto a ésta reunión y mi pierna comienza a tener un tic.

Algo claramente no está bien, sino ¿Por qué ella estaría tan nerviosa?

—Yo... he estado bien.

Como dije, no tenía mucho que decir.

—Me alegro...

La situación se tornaba incómoda y con el paso de los segundos mi curiosidad aumentaba, no estaríamos toda la mañana aquí sin decir nada y simplemente mirándonos las caras.

Decidí hablar, no podía soportar más tanta incertidumbre y tanto misterio, si me había invitado era porque de algún asunto querría hablar, eso era lógico, lo que no lo era es que ella no dijera nada.

Ella toma un sorbo de su late.

—Sra. Kang, yo quisiera saber porqué me citó, no entiendo nada de lo que está pasando y realmente no tengo toda la mañana.—veo como se tensa y con lentitud baja la taza.

Alzo una ceja y ella pasa un mechón de cabello detrás de su oreja, sus ojos son hermosos y llamativos... a simple vista se puede notar su belleza, de joven debió serlo muchísimo más. Su actitud era dulce, no se le veía ni una pizca de malicia en ella ¿Cómo podría ser madre de un chica como Rachel? Digo, se ven totalmente diferente y dudo mucho que esa mujer haya sido mala madre, sin embargo... cada casa es un mundo diferente y un espacio ajeno totalmente desconocido.

—SooMin, antes de hablar quiero que me prometas que mantendrás la calma y tomaras todo con su debida madurez.—la intranquilidad comienza a alterar mi sistema nervioso, asiento lentamente y mi corazón comienza a galopar en mi pecho. Eso no me ayuda en nada a mantenerme al margen, pero hago mi mayor esfuerzo—Sé que no será fácil asimilarlo tan rápido, pero, te lo diré poco a poco así que sé paciente... primero quería saber si aún tienes recuerdos de tu niñez.

Mi ceño se frunce, mi infancia es un tema delicado para mí y no me gusta hablar mucho de tal tema como antes he mencionado. La miro un poco extrañada y de alguna forma me siento intimidada, a ella no le incumbe en lo absoluto ese tema. Además, ¿Qué sabe ella acerca de mi niñez? Lo más probable es que su hija le haya hecho mención del tema.

ʜᴀʀᴅ ʟᴏᴠᴇ - ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora