I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)

52

Llegamos a casa después de un tiempo en la oficina, me había quedado un rato más para felicitar a Ethan y ver a Grace.

Grayson saca las llaves de su bolsillo y abre la puerta del departamento. Y por segunda vez en el día, pegamos un brinco.

Grayson sonríe cuando ve a sus padres, ambos se acercan a abrazarlo, y después lo felicitan alegremente. Finalmente me toca a mí, sólo me saludan con una enorme sonrisa.

—¿Qué tal la has pasado? —le pregunta su madre.

—Bien, más que feliz —sonríe como un niño con un nuevo juguete.

—Ya lo veo —ahora interviene su padre. —¿qué te tiene tan feliz?.

—Leah me ha regalado una motocicleta.

—¿En serio? —ambos preguntan sorprendidos.

—Eso es un lindo detalle de tu parte —me sonríe Lisa.

—Bueno, no fue nada en realidad —me encojo de hombros; tímida.

—No puedo dejar de mirarte como un bebé —Lisa se acerca a él y lo abraza. —estoy orgullosa de lo que han logrado Ethan y tú.

—Gracias —le responde este. Un poco apenado conmigo.

—¿Qué les parece si van a cenar hoy? —interviene su padre. —no nos podemos quedar sin celebrar.

—No sé, lo que Leah diga —Gray me mira.

—Es tu cumpleaños, tú decides —le sonrío.

—De acuerdo, ahí estaremos.

—Bueno, nosotros nos vamos, no queremos molestar.

—No son ninguna molestia —río.

—¿No quieren quedarse a tomar algo? —pregunta Grayson.

—Gracias, cariño, sólo pasábamos a felicitar, de igual manera nos vemos en la noche —se despide de nosotros al igual que su padre y en seguida salen del departamento.

—¿Qué hora es? —Grayson me pregunta.

—No sé, ¿por qué?.

—En diez comienza el partido —se quita el saco y se tira en el sillón poniéndose cómodo.

—¿Qué? —frunzo el ceño. —¿eso es lo que harás? —me paro frente a él.

—¿Tienes mejores planes, preciosa? —intenta hacerme a un lado para encender el televisor.

—Parecías un tigre hambriento exigiendo sexo en la oficina.

—Lo estaba.

—¿Ya no? —me desabrocho los dos primeros botones de la blusa. —pensé que querías tu otro regalo de cumpleaños.

—¿Valdrá la pena no ver el partido? —me sonríe pícaro.

—No lo sé... ¿Por qué no me quitas la ropa y lo descubres tú mismo?.

Sonríe de oreja a oreja, emocionado. Y no tarda en tomarme de la cintura y ponerme sobre su regazo. Le sonrío pícara y lo jalo de la corbata para besarlo.

Sus labios, como siempre, están carnosos y húmedos, llenos de deseo, sus manos son frías y muy grandes, perfectas para hacerme sentir en el cielo con sólo una caricia. Y sus ojos, me miran exigente, como si no le bastara nada.

Entonces me quita de un jalón la blusa, antes de mirar el sostén de encaje que me puse especialmente para él. Me apretuja, haciéndome sentir un escalofrío y me besa en seguida, sin dejarme al menos soltar un suspiro.

Es obvio quién lleva el mando, y eso no me agrada, se supone que yo tendría que premiarlo.

Me alejo de golpe y le tomo desprevenido las manos, poniéndolas a los costados. Me sonríe desesperado, entonces paso a besarle con lentitud en cuello.

—Ya, por favor —me suplica. —no esperes que aguante mucho.

Río aún en su cuello y me levanto de su regazo. Sonrío malvada, y después me quito lo que me queda de ropa lo más sexy que mis nervios me permiten.
Él me mira tan penetrantemente, me estudia con detenimiento y no deja pasar ni un sólo movimiento, lo cual sólo hace que me ponga de nervios.

—Chicos, la recamar... —se escucha una voz proveniente de la habitación. —¡dios, lo siento mucho! —grita Trina avergonzada.

Me cubro con una almohada y Grayson se levanta de inmediato del sillón, poniéndose frente a mí.

—Perdón, Trina, olvidamos que estabas aquí —responde él, un poco menos avergonzado. A mí me arden las mejillas.

—No, no, sigan con lo suyo chicos —ríe rompiendo la tensión. —yo ya me iba —camina hacía la mesa, y agarra sus cosas. —felicidades, Grayson, disfruta tu día.

—Gracias —le sonríe normal.

—Adiós, Leah —me sonríe divertida mientras abre la puerta.

—Hasta luego, Trina —aun con la almohada sobre el pecho, le sonrío hecha un tomate.

Finalmente cierra la puerta y desaparece. Grayson se gira para verme y se echa a reír. Le pego con la almohada y me cubro la cara.

—¿Qué? Es Trina...

—Eso fue demasiado vergonzoso —lo miro.

—Bueno, pues ya pasó. ¿Continuamos? —se acerca para besarme pero giro la cara.

—Al menos deja que mis mejillas vuelvan a su color normal —le tapo la boca.

—No es para tanto, sólo vio tus pechos y tu baile sexy tres segundos.

—No necesitaba más —vuelvo a reír.

—Vamos —me pide. —mi amigo ya estaba preparado. O le diré que se relaje y sigamos viendo el partido.

—Sería grosero de mi parte hacerlo esperar... —lo vuelvo a besar.

Sonríe en medio del beso, pero yo me alejo al segundo, yo tampoco puedo esperar más. Le desabrocho el pantalón y me quito el sostén. Inmediatamente me posiciono sobre él, y lo beso meneando las caderas. Sé lo mucho que eso le gusta.

—¿Tienes un condón? —me pregunta.

—No, pensé que tú tendrías —le digo entre el beso.

—Se terminaron —exclama separándose. —carajo.

—Descuida, compraré pastillas.

—¿Estás segura? —frunce el ceño.

—Sí, sí —digo desinteresada. Estoy lo suficiente atenta a él para que algo más logre importarme.

—De acuerdo... no las vayas a olvidar —me advierte serio.

—No —lo tomo del cuello y lo beso.

De verdad les pido una disculpa desde el fondo de mi corazón. No sé desde cuando no actualizo pero sé que les debo mucho. Gracias por tenerme paciencia, he tenido algunas complicaciones pero al parecer ya estoy de vuelta, y ya espero publicar más seguido❤️lo prometo
Les pido perdón, y gracias, las adoro❤️