I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)

51

Volvemos al departamento, donde vemos a Trina con una sonrisa emocionada. Nos reparte pastel y a Grayson le prepara su café, eso no puede faltar.

Me siento en la barra a un lado de él, y le pedimos a Trina que nos acompañe en el desayuno. Tengo la sensación de que esto va tan perfecto, que algo malo puede ocurrir en cualquier momento.

Y justo así, tal como lo pensé, el celular de Grayson vibra, así que contesta en menos de cinco segundos.

—¿Si? —dice. —¿es importante? —pregunta y hace una pausa. —Bien, estaré ahí. —cuelga en seguida.

—¿Todo bien? —pregunto preocupada.

—Tengo que ir a la oficina —contesta irritado. —lo siento nena, te prometo que en la tarde seré todo tuyo —hace una mueca.

—Cambié mi horario de trabajo y el de hoy lo acomodé en la tarde.

Tenía planeado pasar toda la mañana con él, pero ahora veo que planear las cosas no es tan bueno.

—Entonces ven conmigo, lo arreglaré lo antes posible y nos vamos.

—Bien —le sonrío.

—Me daré una ducha —me devuelve la sonrisa y deposita un beso corto sobre mis labios.

Se da la vuelta y camina a la habitación cerrando la puerta.

Miro a Trina, termina su pedazo de pastel y lo deja sobre el lavavajillas. Luce incómoda pero decido no decir nada respecto al tema.

—Creo que también me ducharé —me levanto de la barra y le sonrío. —el pastel está delicioso, por cierto.

—Me alegra que te gustara, linda.

Entro a la habitación de huéspedes y me doy una ducha en ese baño. Estoy algo intranquila, y no sé realmente por qué.

Salgo enrollada en una toalla y me pongo algo lindo pero sencillo. Todavía queda algo de ropa mía en el armario de esta habitación, necesito cambiarla al otro cuarto.

Me paso rápidamente la secadora y después me aliso el cabello, optando por dejarlo suelto. Finalmente tomo una bolsa y salgo de la habitación encontrándome a Grayson sentado en la sala, viendo un partido de fútbol americano en el televisor.

Vestido como siempre, con un traje negro, un reloj y sin faltar, su peculiar aroma que me llega hasta aquí. Este hombre podría romperle el corazón a cualquier chica si quisiera, hasta a mí misma.

—¿Ya? —se levanta examinándome. —qué guapa.

—Gracias —sonrío.

—Trina, volveremos mas tarde —le avisa.

—Está bien —nos sonríe a ambos.

Salimos del departamento en seguida, y una vez en el estacionamiento, Grayson me mira sonriente.

—Deberíamos estrenar la motocicleta —la señala y yo niego divertida.

—Vas de traje, no creo que sea una buena idea.

—Estoy deseando usarla.

—Bien, sólo porque es tu cumpleaños —ruedo los ojos. —sabes que no es lo mío.

—Tu madre te metió esa idea —ríe subiéndose. —antes morías por subirte a una.

—Tenía 17 años.

—Vamos, te va a encantar —me dice seguro, así que subo atrás de él y me aferro a su espalda.

(...)