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Grayson

Me obligo a controlarme, aún teniendo semejante visión. Detenerme para no saltar sobre ella es bastante difícil, hacer lo que he estado esperando cada maldito segundo que la tengo de frente. Lo necesito ya.

Leah se sube encima de mí rápidamente, desesperada. Y yo quizás esté todavía más desesperado, pero quiero ir despacio, quiero disfrutar cada detalle sin correr.

—Espera —le pido mirándola a los ojos.

—¿Qué sucede? —se hace a un lado y me mira avergonzada.

Maldigo cuando pone esa cara. Es imposible querer ir lento con ella.

—Déjame besarte un poco más —pongo una mano en su mejilla para acercar su cara a la mía.

Mis labios se mueven lentamente pero al ritmo perfecto con los suyos. Con su cuerpo semidesnudo frente a mí, agradezco infinitamente el hecho que después de dos años, aquí esté de nuevo con ella. Y esta vez no pienso arruinarlo.

Apoyo todo mi peso con el brazo cuando me coloco sobre sus piernas abiertas, donde un escalofrío me recorre todo el cuerpo.
No pierdo más tiempo así que me quito los pantalones, y antes de estar lo suficiente excitado para detenerme, busco un condón en el cajón.

Vuelvo a besarla, y segundos después me sumerjo felizmente en su cuello.
Me bajo los bóxers y me coloco el preservativo lo antes que mis manos me permiten.
La miro atento para presenciar con detalle el bendito momento en el que entro. No importa cuantas veces lo haga, nunca será suficiente si se trata de Leah Johnson.

Suelto un suspiro y vuelvo a enterrar la cara en su cuello. Sus uñas se clavan en mi espalda y simplemente suelto un gemido lleno de placer.

Acelero mis movimientos y me abstengo a mirarla, si lo hago sé que me vendré en menos de dos segundos.
Siento que abandona mi espalda, y con cada embestida más violenta sus manos se aferran con fuerza a las sabanas.

Finalmente, decido mirarla cuando su cuerpo comienza a tensarse. Tiene la boca entreabierta y grita derrumbándose. Con eso, ya no puedo aguantar más.
Cuando escucho mi nombre salir de sus labios, eyaculo en el condón casi sin respiración.

Suelto un jadeo y salgo de inmediato tirándome a un lado. La miro en seguida, tiene los ojos cerrados y su pecho subiendo y bajando con rapidez. La sensación es exquisita, pero puede que haya sido un poco brusco al final, aunque sé que también le gusta.

—¿Estás bien? —le pregunto mirándola.

—Sí —me mira con una enorme sonrisa y se acurruca junta a mi cuerpo depositando un beso corto en mis labios.

—Te quiero tanto —le digo abrazándola.

—Yo también —dice con un tono de voz suave y tranquilo.

—Buenas noches.

—Descansa —sonríe tierno y besa mi mejilla.

No evito soltar una risa, y cerrar los ojos mientras me cubro con las cobijas.

Leah.

Abro los ojos a la mañana siguiente, sintiendo las finas sabanas rozar mi cuerpo semidesnudo.
Miro hacia los lados y me doy cuenta de que estoy sola en la cama. Pero al escuchar el agua caer de la regadera en el baño me siento más tranquila.

Me acomodo en una orilla de la cama e intento adquirir la energía suficiente para levantarme.
Mi cuerpo pega un brinco cuando la puerta de la habitación se abre.

Me giro inmediatamente y veo a Grayson entrar sin camisa, con una toalla amarrada a su cintura.

Me sonríe y cierra la puerta para después acercarse a mí. Se inclina y me besa.

—Buenos días —acaricia mi mejilla.

—Hola —le sonrío.

—Voy a darme una ducha —camina hasta el baño y antes de cerrar la puerta me mira. —llámame si necesitas algo.

Asiento y desaparece.
Me levanto por fin de la cama y camino hasta mi ropa, con la cual me visto. Más tarde me daré una ducha y me pondré ropa limpia.

Escucho que el celular de Grayson comienza a sonar en la mesita de noche. No le doy mucha importancia y sigo con lo mío.

—Nena, ¿podrías contestar? —me grita Grayson desde el baño.

Corro desde un extremo de la cama hasta el otro para alcanzar la llamada, pero se termina segundos antes de que llegue.

—Colgaron —le aviso en voz alta.

—¿Puedes ver quién llamó? —pide.

Prendo nuevamente su móvil y lo desbloqueo sin trabajo alguno, no tiene ninguna contraseña.
Entro a sus contactos y busco la llamada, sólo Ethan.

—Fue Ethan —le digo.

—Gracias.

Estoy a punto de dejar el celular sobre la mesa, pero hay algo que llama mi atención.

Hay un número conocido, un número que yo también tengo en mis contactos. Y cuando leo el nombre, intento escuchar una explicación antes de alarmarme.

Holaaaa hermosisimas, ya salí de vacaciones, ya tengo más tiempo para escribir y me siento inspirada lo cual es raro 😂😂

Ya publiqué la nueva novela de Ethan😍 me he tardado porque tenía cinco capítulos y tuve que borrarlos porque no me gustaron así que comencé de nuevo

Gracias, las amooo💕

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora