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Grayson me mira directamente a los ojos, después me toma de la mejilla y me besa suavemente. Delicado y con calma, sus labios acarician los míos.

—Te amo —se separa un poco, y me susurra sonriente.

Sonrío, y lo tomo del cuello para volverlo a besar, ahora un poco menos lento. Su mano, que anteriormente estaba en mi mejilla, baja por todo mi cuerpo y se detiene en la zona baja de mi espalda, pegándome más a él.

Segundos después se aventuran y bajan más, deteniéndose en mi trasero.
Me río entre el beso y lo miro sorprendida.

—¿Sexo de reconciliación? —alzo una ceja curiosa y él suelta una de esas risitas que tanto me gustan.

—¿Sexo? —frunce el ceño. —yo no lo llamaría así nada más —me agarra de la barbilla y me besa nuevamente.

Sonrío contra sus labios y le sigo el beso. Me toma de las caderas y me empuja levemente hacia atrás para caminar y llegar sin caer a la habitación.

Sé que no hace falta cerrar la puerta, pero Grayson lo hace por costumbre, mientras yo me recargo en la pared y lo espero ansiosa.
Se acerca a mí de inmediato y sus labios estampan bruscamente contra los míos. Me acorrala, y después empuja la lengua dentro de mi boca al mismo tiempo que enredo las manos entre su cabello mojado.

Sigo con su camiseta, la cual le quito por la cabeza y la dejo caer al suelo. Huele increíble, como siempre.

Sus labios encuentran el camino hasta mi cuello, y sus grandes manos se clavan en mi cintura. Las mías, sin embargo, se posan en su torso desnudo, y acarician cada zona de su espalda, se siente bien tocarlo.

—¿Tomaste la pastilla? —se separa un poco para preguntar, únicamente se rozan nuestras narices.

¡Carajo, la pastilla!. Mis ojos se abren como platos, y agradezco que no pueda ver mi rostro completo, porque seguramente estoy pálida.

—Sí —suelto rápido y trago saliva viendo sus labios, si lo miro a los ojos no podré mentirle.

Me matará si se entera que no lo he hecho. Supongo que no hay problema si no la tomo en seguida, aunque ya pasaron más de veinticuatro horas. Mierda. La tomaré a penas acabe con esto.

Empiezo a sentir el palpitar entre mis piernas, no me detengo mucho tiempo a pensar en eso, quiero disfrutar de este momento, además mis pensamientos se esfuman cuando me toma fuertemente de los muslos y me carga. Por instinto, enrollo las piernas sobre su cadera y termino tirada boca arriba en la cama, con él encima.

De un jalón me quita la blusa blanca que traigo puesta, y vuelve a mi cuello mientras sus manos se encargan de tocar cada parte de mi cuerpo. Empieza apretujando uno de mis pechos y termina acariciando mi pierna. Suelto un jadeo y siento su sonrisa sobre mi piel.

—¿Sabes qué es lo único bueno cuando peleamos? —se separa un momento para mirarme y susurra con un tono de voz más grueso.

—¿Qué? —pregunto confundida mientras acaricio su mejilla.

—Que cuando estás enojada me dan más ganas de cogerte —sonríe pícaro. —alguien tendrá que castigarte por ser tan respondona —me agarra de la barbilla y me vuelve a besar, ni siquiera me deja procesar las palabras.

No me da tiempo de abrir la boca sorprendida o susurrarle algún insulto a la defensiva, aunque sabe de sobra que me gustan sus comentarios sucios.

Grayson.

La siento reír sobre mis labios, sé que le gustan mis comentarios, aunque actúe ofendida. Tengo miles de ellos, pero casi siempre prefiero guardármelos. No quiero que piense que soy un pervertido, y que lo único que me importa de ella sea su cuerpo o tener sexo, porque no es así. Lo de pervertido sí es un poco cierto, lo otro no.

Me separo un poco para desabrocharle los jeans que trae puestos, se los bajo impaciente y después me deshago de ellos tirándolos en alguna parte de la habitación.

Carajo. De solo verla así siento que termino con todo. Puedo notar el rubor que le sube a las mejillas, como una niña inocente, pero retiro las palabras de mi mente cuando a los dos segundos siento su pequeña mano en mi entrepierna. La miro ceñudo pero divertido.

Me baja el cierre del pantalón y mete la mano en seguida. Creo que esto no está funcionando como yo lo planeé, porque al parecer ella me está torturando a mí.

—Mierda —jadeo. Sabe bien cómo hacerlo.

Respiro y la miro, sus ojos verdes me observan traviesos y esperanzados, entonces sonríe de lado, haciéndome sentir la excitación en todo su esplendor.

Me baja los pantalones junto a los bóxers de un jalón hasta las rodillas y se vuelve a acostar en la cama.

—Te necesito, ya —me suplica.

Hago lo que me pide, porque yo también estoy impaciente por sentirla. Me estiro un poco hacia el buró, y saco del cajón un preservativo. Los fui a comprar en la mañana.

Justo me lo pongo, y no pierdo más el tiempo, aprieto el cuerpo contra el suyo, y la vuelvo a besar cuando mi boca reclama la suya.

Le bajo los panties rápidamente y me flexiono sobre sus piernas abiertas para entrar lentamente. Gime en cuanto lo hago y se cubre la boca. Todo mi sentido común desaparece, necesito unos pocos segundos para recuperarme.

—Mierda —gime, y sus uñas se clavan en mi hombro.

No puedo evitar seguir moviéndome, mientras ella se muerde el labio y aprieta los ojos cada vez que entro y salgo con más fuerza. Su cuerpo parece tan suave y cálido, es jodidamente perfecto y hecho a la medida para mí.

Sus manos se posan en la parte baja de mi espalda, donde me presiona aún más, enterrándome profundamente en ella. Sus gemidos se hacen más cortos conforme me deslizo en su interior al mismo ritmo.

Pero cuando aumento, siento que debo detenerme, tengo que parar, mierda.

—Carajo —jadeo involuntariamente e intento respirar. —un poco más, nena.

En segundos noto como se tensa todo su cuerpo debajo de mí, y aprieta las piernas con fuerza sobre mi cintura.

—Grayson —me dice al oído cuando incremento la velocidad, y echa la cabeza hacia atrás.

Me lamo los labios y vuelvo a enterrar la cara en su cuello. No tarda mucho en llegar, y yo también lo hago. Sabía que no iba a durar mucho con semejante visión.

Salgo inmediatamente, agitado y con el corazón acelerado. Me quito el condón y le hago un nudo tirándolo al suelo.

Me caigo a un lado de ella y cierro los ojos intentando regular mi respiración y todos mis sentidos.

—Joder... —digo. —¿te dolió? —la miro preocupado. Creo que fui un poco brusco.

—Me encantó —deposita un beso corto sobre mis labios. —como siempre... —acaricia mi mejilla con una sonrisa y se levanta. —iré a tomar agua.

Leah.

Doy unas palmaditas en su pecho y me levanto jalando una de las sabanas de la cama, me enredo en ella y salgo de la habitación.

Justo salgo, y a pasos rápidos camino a mi bolsa, donde rebusco desesperada la pastilla que compré. Ahora me dirijo a la cocina, y me tomo esta dando un trago al vaso de agua que me sirvo segundos antes.

Ruego en mis adentros que esto realmente funcione. Me muerdo el labio ansiosa y coloco un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Estoy ligeramente angustiada, pero por ahora no necesito, ni quiero preocuparme por eso.

Tal vez no les pude dar un maratón tan pronto, pero les regalo un capítulo entero de puro smut JAJA

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora