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Leah

Llegar al trabajo después de dos semanas es diferente, después de todo lo que pasó me es más difícil concentrarme, Aaron me ofrece ayuda más de cinco veces, pero le niego cada una. Estoy bien, realmente bien, sólo necesito enfocarme.

Pido un café en la zona de almuerzos para reactivar mi cerebro, estoy quedándome dormida. Cuando regreso hacia mi pequeña y cómoda oficina, no dejo de trabajar, ni siquiera puedo tomarme un pequeño descanso, tengo que recuperar toda la semana perdida que tuve, así que la siguiente hora me la paso intentando diseñar la nueva portada del mes para la revista. Es una nueva oportunidad para enseñarle a Adam de qué estoy hecha, pero hoy, a mí mala suerte, no me siento inspirada.

No sé si es esta silla la que me provoca un horrible dolor de espalda y cuello, o sean todavía los resultados del accidente, de igual forma me siento fatal. Intento recargarme y cerrar los ojos, estoy que no puedo más, llevo más horas de lo que debería encerrada aquí.

Justo cuando cierro los ojos, la puerta de la oficina se abre, me pongo derecha de inmediato y veo a Aaron en la puerta, menos sonriente que de costumbre, me dice que hay alguien que quiere verme.

Frunzo el ceño de inmediato y a pesar de preguntarle varias veces sobre quién se trata, insiste en que lo vea yo misma.

Decido salir finalmente, y al estar a un paso de entrar a la recepción me llevo una sorpresa.
Alcanzo a ver al padre de Grayson.

Arrugo la frente en cuanto lo veo, con un traje negro, parece desesperado. Luce impecable como siempre y no es hasta que me ve que deja de mover su pie impacientemente.

—Leah —me habla una de las secretarias del recibidor. —te buscan.

—No tengo mucho tiempo —le susurro a esta nerviosa.

—Descuida, Leah —me dice Adam, saliendo de repente de su oficina. —tómate tu tiempo —me sonríe comprensivo. —y me saludas al señor Dolan.

Le sonrío forzadamente y camino a pasos seguros hacia ahí, donde el padre de Grayson me examina de pies a cabeza, apenas intenta sonreírme y extrañamente lo logra.

—Leah, hola —me estira la mano, la cual estrecho amablemente.

—Señor Dolan, no lo esperaba —coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja y me cruzo de brazos.

—No voy a robarte mucho tiempo.

—¿Qué ocurre? ¿Todo está bien? —trago saliva y me dispongo a quedarme quieta como una roca.

—Bueno... no en realidad —se cruza de brazos. —Leah, sabes que no vendría si no me importara.

Y justo con eso tengo la sensación de que sé exactamente de lo que quiere hablar.

—Lo sé, señor —le digo a toda prisa.

—Verás, es sobre Grayson, me preocupa bastante —su tono de voz es tan frío como el horrible café que me hice esta mañana.

—¿Por qué? —pregunto intentando sonar sorprendida.

—Quiero ser sincero contigo.

—Por favor.

Se mete las manos a los bolsillos de su pantalón negro, y me resulta tan molesto ver su gran parecido a Grayson. Sólo que Gray no tiene esas facciones tan duras, a menos que esté furioso.

—Creo que mejor que nadie sabes el desinterés que Grayson está teniendo hacia su trabajo. Parece como si ya no le importase.

—¿Eso le preocupa? —me atrevo a preguntar.

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora