I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)

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Grayson

Hace una semana que no tengo tanto tiempo para estar con Leah, a pesar de que compartimos el mismo techo sólo la veo por la mañana y por la noche, si no es que llego y ya está dormida.
Todo se ha puesto raro, lo poco que la veo es como si fuera diferente, intento pensar que todavía está triste por lo de la perdida, o si sigue molesta conmigo por algún motivo, la verdad es que no lo sé.

Hoy intento salirme de la empresa sin que mi padre se de cuenta, aunque quizá termine enterándose, la verdad es que no me importa.
Subo a mi auto y antes de llegar a casa para sorprender a Leah, me detengo en alguna tienda para llevarle algo de comer, opto por comprarle una caja con donas de chocolate, sé que eso le gustaría bastante, son sus favoritas.

Abro la puerta del departamento y me encuentro con Trina en la cocina, no se ve muy feliz tampoco.

Me acerco en cuanto me quito la corbata y el saco y los dejo en la mesa de la entrada. Dejo la caja de donas sobre la barra y le pregunto por Leah.

—Está en la habitación, llegó hace una hora —responde.

Asiento agradecido y camino hacia la habitación.
Leah está ahí, hablando por teléfono hasta que se da cuenta de mi presencia. Se despide de no sé quién y me mira... ¿nerviosa?.
Hay una pequeña maleta sobre la cama, lo cual me desconcierta desde el primer segundo que pongo un pie dentro.

—Grayson... ¿qué haces aquí?.

—Vivo aquí —respondo confundido.

—¿Qué haces aquí tan temprano? —corrige bajando la maleta de la cama.

—Vive a verte —frunzo el ceño y me cruzo de brazos. —¿Por qué empacas?.

—Ah —traga saliva y me mira segura. —iré a unos cursos, por parte del trabajo.

—¿Y hasta hoy tenías planeado decírmelo? —me cruzo de brazos.

—Me enteré ayer, y no te vi en todo el día.

—Leah, creo que deberíamos hablar —me acerco, y al tomarla de la mano me siento en la cama con ella en frente mío.

—¿Qué pasa? —pregunta entrecortada.

—Te siento distante —le digo finalmente.

—He estado ocupada... y muy cansada, ya lo sabes.

—¿Segura?.

Ella suspira.

—Ya te lo dije —insiste.

—Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad?.

—Lo sé, Gray, sigo pensando en el accidente, ya sabes que estoy en ello —dice. Pero ha pasado tiempo desde entonces.

—Bien, voy a creerte —me levanto nuevamente y le acaricio la mejilla. —te extraño.

Ahora la tomo por ambas mejillas y le beso la frente. Después me tomo unos segundos para mirarla a los ojos. Ella también me mira, de una forma diferente, como si estuviera a punto de soltar un mar de lágrimas. Sé que lo del bebé le afectó bastante, pero ya no sé qué puedo hacer para ayudarla. O simplemente no sé si sigue siendo eso lo que la tiene tan preocupada.

—Debo empacar —se separa de mí y camina al armario.

—¿Cuántos días te vas? —pregunto sentándome en la cama, mirándola detenidamente.

—No lo sé muy bien...

—Ojalá no mucho tiempo, ¿qué haré sin ti?.

—Lo llevarás bien —me sonríe.