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Grayson

Habían pasado cinco días, y supuestamente Leah seguía en Virginia, pero había algo que no terminaba de convencerme.

He tenido viajes de negocios y ninguno ha durado más de cinco días, quiero decir, mejor que nadie puedo entender un ámbito laboral de ese tipo, y estoy seguro de que Leah no está ahí, y si lo está, ya no es por trabajo.

No contesta casi ninguna de mis llamadas, y cuando lo hace no me dice más de diez palabras, así que decido llamar a Grace, quizás ella pueda saber algo, pero no ha sabido nada de Leah desde hace una semana, no responde sus mensajes ni los de Ethan.

La preocupación empieza a crecer en mi interior, necesito saber dónde está por el simple hecho de saber si se encuentra bien, y saber qué está pasando, porque hasta el día de hoy no entiendo absolutamente nada.

Después termino por contactar a Adam, es un viejo amigo de mi padre entonces tengo su contacto desde hace tiempo. Cuando le llamo me dice que está en New jersey desde hace tres días. Siento que la garganta se me cierra en cuanto lo escucho, pero todavía no hago ninguna conclusión. Intento preguntarle por Leah, y justo lo que pensaba, tenía razón.

En seguida llamo a Margo, desesperado y con los pelos de punta. Aunque se niega a hablar al principio, le digo que es algo urgente y que necesito hablar con Leah de algo importante. Finalmente me dice dónde está, y cuando lo dice, ni siquiera sé con exactitud lo que siento.

Y es así como me presento en su casa sin avisarle, y tal como esperaba no me recibe con entusiasmo, de hecho creo que no le alegra en nada verme.

Algo en mi interior me revuelve el estómago, siento una tranquilidad y una emoción tremenda cuando la veo, pero al mismo tiempo una sensación horrible.

Leah no parece enfadada, sólo está nerviosa, y me percato en la poca seguridad que muestran sus ojos.

—Hola —le digo con voz ronca.

—Hola —traga saliva. —¿qué estás haciendo aquí?.

—No, ¿qué haces tú aquí? —mi voz acelera al mismo tiempo que mi corazón pero me tranquilizo de inmediato. —¿qué carajo está pasando?.

Me mira unos segundos, sin decir nada, sólo me mira y traga saliva, me pongo aún más nervioso que ella y alzo una ceja exigiendo saber.

—¿Podemos hablar adentro...?.

—Siempre y cuando de verdad hablemos, Leah —digo un poco duro.

Pero joder, hace cinco días que no la veo y no he sabido nada de ella, en realidad siento que ha pasado una eternidad desde la última vez que le di un beso, o desde la última vez que me dijo un te amo sincero. Quiero abrazarla y decirle cuanto la extraño, pero hacer eso ahora mismo no estaría bien, debería estar furioso.

Entro a la casa con ella delante, cierro la puerta y camino hasta adentrarme a la sala, donde se sienta en el sillón, pero yo no soy capaz de sentarme, estoy intranquilo y nervioso. Necesito calmarme.

—¿Qué ocurre contigo? —le pregunto con el ceño fruncido. —¿Por qué estás evitándome?.

—Lo lamento, lamento haber actuado así. Necesitaba tiempo para mí.

Leah.

¿Tiempo para mí? Mierda, necesito soltar algo que tenga pies y cabeza, necesito desaparecer en pocas palabras.

—Bien, pues pudiste avisarme que querías tiempo para ti y te hubiera dado todo el maldito tiempo que necesitaras, pero en vez de eso no me dijiste nada, ignoraste mis mensajes, mis llamadas y me mentiste, Leah.

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora