El regreso de la yegua bienechora: parte 2

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Después de haberse alejado de aquel lugar, Adam y Trixie fueron en dirección a lo más profundo del bosque para después encontrarse con una cabaña vieja en medio de este.

–Adam: No ha cambiado en lo absoluto desde que vine la primera vez, ¿Eh?» Dijo al notar el mal estado de la cabaña.

–Trixie: Si sigues hablando, te convertiré en sapo o en algo peor.

–Adam: Veamos, mientras no sea un reggaetonero estaré bien con cualquier cosa.

La unicornio chasqueó la lengua a modo de molestia por la habladuría de su acompañante, así simplemente le dio la espalda y prosiguió a entrar a la cabaña.

–Trixie: ¿Te vas a quedar afuera todo el día?.

–Adam: Ah, claro» Dijo, entrando de igual manera» Con permiso.

–Trixie: ¿Por qué eres tan formal.

–Adam: Porque... Los modales hacen al hombre. Jaja.

–Trixie: Oye. Si vas a estar en mi casa, que te quede claro que no dirás ninguna de tus incoherencias, ¿Entendiste?» Amenazó mientras hacía resplandecer su cuerno en un aura roja.

–Adam: Está bien. Mantendré la boca cerrada. Tal vez...

–Trixie: ¿Qué es lo que dijiste?.

–Adam: ¡Nada!.

La maga entonces dejó salir un largo suspiro y caminó para después sentarse sobre una almohada en el suelo en medio de esa única habitación que era toda la cabaña. De la misma manera y con una expresión seria, Adam se sentó sobre otro frente a ella y compartieron miradas por unos momentos a medida que la mirada de la yegua pasaba de una con el ceño fruncido a otra más suave que denotaba una pequeña sensación de tristeza.

–Adam: Entonces... ¿Puedes decirme que fue lo que te pasó allá?» Dijo con delicadeza para no sonar como si le estuviera exigiendo a la maga contarle sobre sus problemas.

Trixie aún dudó por un instante sobre si dejar a un lado su orgullo y el enojo que tenía hacia el semental, pero a la final decidió tratar de hacerlo, aunque fuera por una vez, al alguien ofrecerse a escucharla voluntariamente después de tanto tiempo.

–Trixie: Hay un pueblo cerca. Una que otra vez me he acercado en algunas ocasiones. Pero… Cada vez que lo hago, son pocas las veces en las que soy al menos bienvenida de mala manera por los ponis de ahí.

–Adam: ¿No eres bienvenida dices?» Comentó poniendo un casco sobre su barbilla» ¿Les hiciste algo para que ellos actuaran de esa manera contigo?.

–Trixie» ¡Por supuesto que no! ¡¿Por quién me tomas?!» Negó con algo de rubor sobre sus mejillas» Bueno... Al menos no algo muy serio.

–Adam: ¿Muy serio? ¿Qué hiciste, Trixie?.

–Trixie: ¿Que qué hice yo? Mas bien, ¿Qué hizo tu amiga Twilight Sparkle?.

–Adam: ¿Twilight?.

–Trixie: ¡Sí! ¡Después de hacerme quedar en ridículo, este pueblo fue uno de los primeros en enterarse y hacerme de menos como basura!.

Los ojos de Trixie y el amuleto en su cuello se llenaron de un aura roja mientras más crecía su enojo, pero, también dos pequeñas lágrimas asomaron por ellos.

–Adam: Trixie, relájate.

–Trixie: ¡No! ¡No lo haré! No perdonaré jamás a ninguno de ustedes dos por haberme hecho nada más como una mentirosa e inútil farsante.

Sin embargo, las palabras de Adam se debían a que inconscientemente la magia de la unicornio se había manifestado alrededor de todos los objetos y al de la misma cabaña donde se encontraban, haciéndolos comenzar a levantarse del suelo poco a poco.

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