Comienzan los juegos.

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Ante la mirada desconcertada del guardián de Equestria, Luna se limitó primero a hablar sobre un cierto asunto antes de responder a su pregunta.

–Luna: Adam, antes de darte una respuesta, hay algo que tienes que ver. Guilda, ¿No es cierto? ¿Nos dejarlas un momento a solas?.

–Guilda: Está bien, supongo– Dijo para después volar hacia abajo con los demás Grifos.

Por su parte, Luna y Adam se adentraron más en el agujero en el que estaban, intentando estar lo más fuera de la vista de todos posible.

–Adam: Luna, ¿Qué es lo que está pasando? ¿Dónde estamos? Seguimos en la cueva, ¿No? ¿Por qué todos esos grifos...?

–Luna: Primero que nada, tranquílizate un poco, ¿Si?.

–Adam: Emm... Está bien, mamá Luna.

Una vez que Adam mostró estar un tanto más calmado, respirando profundo un par de veces, fue entonces que Luna levantó su casco frente a ambos. Ella tenía sosteniendo aquel misterioso cubo brillante y semitransparente que Discord había dejado al momento de desaparecer.

Adam inclinó la cabeza de confusión al igual que sus orejas las dobló hacia al frente.

–Adam: ¿Y eso es...?.

–Luna: Este cubo apareció justo después de que Discord desapareciera.

–Adam: ¿Desapareciera? Entonces ese infeliz escapó– Dijo, comenzando a alterarse nuevamente por el desagradable recuerdo del draconecus que se había atrevido a tocar a su ahora prometida.

–Luna: ¿Qué fue lo que te dije?– Reprochó seria.

–Adam: Lo siento... Ahora estoy bien. ¿Qué es lo que sucede con esa cosa?.

–Luna: Bueno....

–Adam: No lo sabes, ¿Verdad?

–Luna: No...– Admitió con la cabeza agachada de una manera graciosa ante la vista del semental.

–Adam: Je... A ver, préstame esa cosa.

Ella le entregó el objeto, y Adam comenzó a mirarlo de todas partes. Le parecía algo familiar tenía que admitir, a pesar de sus colores.

–Adam: Esto me recuerda a algo a decir verdad.

–Luna: ¿En serio? ¿A qué exactamente?

–Adam: No lo tengo muy claro, recordar no es algo que se me esté dando muy fácil últimamente. Pero... Si no estoy mal era un rompecabezas. Veamos...

El cubo, en cada una de sus seis caras, era totalmente liso, no había absolutamente nada que fuera llamativo en él además de la apariencia dada por Discord. Claro, eso sería si no fuera por un pequeño cuadrado en medio de una de sus caras que parpadeaba cada ciertos segundos elevando su color y solidez para hacerse notar.

–Adam: ¿Ya habías visto eso?.

–Luna: No... No lo había hecho.

–Adam: Posiblemente esta sea una idea estúpida, aunque no es demasiado raro viniendo de mí, pero...

Adam colocó el cubo en el suelo para después dirigir el mismo casco con el que lo estuvo sosteniendo, lentamente hacia el mismo objeto. Luna solamente se quedó expectante a lo que podría pasar hasta que, aún sabiendo lo podría pasar, su amigo presionó el pequeño cuadrado parpadeante. Pero casi al instante, esa acción provocó que una luz cegadora amarilla, que fue vista por algunos grifos en la parte de abajo y llamó su atención, estallará en el agujero donde ambos se encontraban.

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