Instintos salvajes: Parte 3

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Tras haber desaparecido en un destello de su reloj, las palabras de Victor dejaron un hilo de inseguridad dentro de la cabeza de la unicornio sobre lo que estaban haciendo al ocultar algo tan importante como lo era el hecho de que su vida peligraba a su amigo.

Si era correcto o no, esos pensamientos pasaron a segundo plano cuando las puertas detrás de las alicornios y de Twilight se abrieron.

–Twilight: ¿Qué es lo que piensas estando aquí?.

Adam salió de su habitación aún cojeando y Twilight corrió hacia a él para que se apoyara sobre ella. Las miradas de sorpresa de las dos gobernantes de Equestria no había que mencionar que se marcaron en sus rostros.

–Adam: No pienses que me quedaré acostado mientras aún haya trabajo que hacer.

–Twilight: Adam, por favor. Ya oíste las ordenes de la princesa. Solo descansa.

–Adam: Lo lamento. Pero si en verdad creen que haré caso, de seguro no les ha quedado en claro que mi terquedad es casi idéntica a la suya.

–Luna: ¿En serio vas a seguir llevándonos la contraria?.

–Adam: Sí, está bien. Tal vez no sea de mis mejores ideas provocarte, pero hay que hacer algo respecto a lo que encontramos en Manehattan.

–Luna: Ya te lo dije. No voy a permitir eso» Dijo, adquiriendo una actitud seria e imponente.

Adam no se quedó atrás y afiló su mirada de igual forma.

–Adam: Y yo no retrocederé a lo que dije.

El ambiente tenso entre ambos se hizo más pesado. Celestia se encontraba simplemente parada al lado de su hermana mientras que Twilight tomó a Spike, haciéndose ambos a un lado de lo que parecía ser el inicio de un gran problema inminente.

–Luna: ¿Y bien?.

–Adam: No lo volveré a repetir. Y no me iré aunque me obliguen a la fuerza.

–Twilight: (Esto no va a terminar bien).

(Minutos después).

–Adam: Yo y mi gran bocota.

–Twilight: Bueno, era algo de esperarse» Dijo, mostrando una sonrisa nerviosa mientras que el tren en el que iban, abandonaba la estación.

Después de aquel breve intercambio de palabras dentro del castillo, dos guardias llegaron al lugar para escoltar tanto a Adam como a Twilight junto con Spike hacia fuera para tomar el tren en el que ahora iban de regreso a Ponyville. Y contando con el debilitado estado del pegaso en estos momentos, hacerlo no fue problema. Aunque en un principio dudaban en acercársele.

–Twilight: No estás muy tranquilo, ¿Verdad?» Preguntó al notar el constante golpeteo del casco trasero de su amigo con el suelo.

–Adam: ¿Se me nota?» Dijo en tono bromista» Pero sí, es verdad. Lo que está pasando en Manehattan en estos momentos no me deja tranquilo. Ese lagarto... Fuera de su tamaño inmenso, también parecía ser alguna especie de mezcla entre Cannonbolt.

–Twilight: ¿Qué?. Eso no puede ser posible, ¿O sí?.

–Adam: Lo es. Y tenemos una prueba de eso con los lobos de madera. Pero ese fue un caso especial ya que, después de estudiar a Frag por tanto tiempo, la vez que Dusty causó un desastre en Ponyville, la onda expansiva emitida por el Omnitrix los afectó enormemente hasta el punto de otorgarles los poderes alienígenas de mi lista en esos momentos.

–Twilight: Entonces eso significa que ese lagarto pudo haber estado también involucrado esa vez.

–Adam: Podría ser, pero aún así no encaja porque incluso después de la explosión, ninguno de los animales que estaban en casa de Fluttershy mostró algo similar. Y además del lagarto pelota, el aprendiz de ese señor Fist había mencionado algo sobre una gigantesca ave de fuego que irrumpió con anterioridad en su taller.

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