Desde otro punto de vista.

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16 Años atrás...

-Adam: ¿En donde está esa navaja que dijo?.

Era un agradable día fresco y soleado en el hogar del pequeño Adam de tan solo 7 años. Pero desafortunadamente para él, su padre estaba en casa, y no iba dejar pasa su único día libre a la semana del trabajo para arreglar algunos problemas que tenía si hogar. Como reparar una tubería.

Así que para enseñarle algo sobre la vida, Erald le pidió a su único hijo que fuera por una herramienta en uno de los cajones de su habitaciones, mientras que él y su esposa se encontraban felizmente en el patio disfrutando de la refrescante brisa. Erald abrazó a su esposa Teresa repentinamente por detrás, la cual estaba regando algunas plantas, por lo que por lo inesperado de la acción accidentalmente soltó la manguera y se mojó tanto a su esposo como a ella misma.

-Teresa: ¡Erald! Te he dicho que dejes de hacer eso.

-Erald: Aww, vamos, un poco de afecto de mi parte no te hará daño, ¿O sí?.

-Teresa: ¿Sabes? A veces me pregunto si todavía sigues siendo la misma persona con la que me encontré aquella vez.

-Erald: Bueno, técnicamente no lo soy. Jeje.

La feliz pareja compartió un cariñoso beso hasta que se vio interrumpido cuando su hijo regresó con ellos.

-Erald: Oh, ¿Encontraste lo que te-?

Antes de que Erald pudiera terminar, todo su cuerpo se quedó inmóvil al instante y su sangre se heló rápidamente cuando se dio cuenta de lo que traía Adam en sus manos. Teresa y él se miraron mutuamente con la misma expresión de terror mientras el niño seguía leyendo de aquel viejo y maltratado diario de cuero que había encontrado en la habitación de sus padres.

-Adam: Oye, papá, ¿Qué es esto que dice acá sobre Equestria o algo así?.

Rápidamente Erald le arrebató el diario a Adam y lo escondió detrás suyo.

-Adam: ¿Eh? ¿Qué pasa?- Preguntó por la manera brusca en que su padre le quitó el diario de sus manos, y la manera en la que él y su madre lo veían- ¿Hice algo malo?.

-Teresa: Claro que no, mi amor.

-Adam: ¿Entonces por qué me miran tan molestos?.

Tras haberle dado una vista rápida al pequeño diario, Eral lo guardó en la bolsa trasera de su pantalón y luego se arrodilló frente a su hijo para quedar a la misma altura. Colocó sus dos manos sobre sus hombros y luego alborotó su cabello con una de ellas, dejando ver por unos instantes un pequeño mechón blanco entre su cabellera castaña. Luego, le mostró un cálida sonrisa.

-Erald: No has hecho nada malo, pequeño, es solo que todavía no estás listo para saber lo que está escrito en este diario.

-Adam: ¿Por qué? ¿Tiene bombas?- Preguntó a modo de broma.

-Erald: Jajajaja. No, no es nada de eso. Lo único que tienes que entender por ahora, es que dentro de ti hay mucho más de lo que crees y eres más especial que cualquiera. Ya lo verás. Y cúando llegue ese momento, este diario te dará todas las respuestas que necesitas. ¿Sí?.

Vamos Otra VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora