Vamos Otra Vez

El regreso de la yegua bienechora: parte 1

Black.S: Pequeña aclaración antes de comenzar. Cuándo se muestren los diálogos de los personajes envueltos entre paréntesis (), significan los pensamientos de cada uno.

Sin nada más, Black Sparrow fuera.

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Entre toda la gran vegetación y cantidad de árboles del bosque Everfree, una criatura verde parecida a una planta llevaba entre sus brazos a una potrilla de color naranjo y una pegaso amarilla corriendo su lado mientras que escapaban de una gran bestia de tres cabezas.

–Adam: ¿Cómo fue que se metieron en este problema ambas?» Preguntó subiendo ligeramente su tono de voz.

–Scootaloo: Lo siento. Fui yo quién le pidió a Fluttershy que me acompañara a ver a Zecora, lo siento.

–Adam: Después hablaré contigo. Pero ahora.

Adam dejó de correr y colocó a Scootaloo en el suelo.

–Fluttershy: Adam, ¿Qué es lo que vas a hacer?» Preguntó preocupada.

Después de todo, Adam no era el más cuerdo cuando se trataba de actuar a último momento y todo lo que hacía tenía que incluir lo que el llamaba cómo su "instinto".

–Adam: Quédense, detrás mío» Dijo dando media vuelta hacia atrás» Tan solo le dejaré en claro a esa hidra de no meterse con esta planta.

Dicho monstruo apareció en ese momento de entre los árboles. Fluttershy tomó a Scootaloo entre sus cascos a la misma vez que Adam se ponía frente a ellas para protegerlas.

–Adam: ¡Oye! No te quiero hacer daño, así que mejor regresa a la cueva de la que saliste.

Como respuesta de la hidra, la cabeza central se adelantó a las otras para tratar de atrapar a Adam entre sus fauces. Pero antes de que lo lograra, Adam se colgó de unos arboles con ayuda sus brazos, esquivando el ataque. Las otras dos cabezas al ver su oportunidad de atrapar a la planta viviente que estaba justo en medio de ambas, también se lanzaron a morder.

–Scootaloo: ¡Adam, cuidado!.

Sin embargo, ninguna de las dos pudo ejecutar su cometido cuando de repente dos de las extrañas semillas que colgaba de la espalda de Adam fueron arrojadas por él mismo hacia sus bocas abiertas. Confundidas, las cabezas se las tragaron como si nada, pero al mismo tiempo Adam salió rápidamente de su posición con ayuda de sus brazos, al ya saber lo que estaba por pasar.

–Adam: ¡Chicas, al suelo!» Alertó tomado a las dos equinas entre sus brazos para cubrirlas con su cuerpo.

La cabeza central del monstruo vio su oportunidad en atacar con su presa ahora dándole la espalda, pero entonces, una extraña sensación vino desde el estómago de la bestia, y seguidamente pudo escucharse algo parecido a una explosión provenir del mismo lugar.

Pequeñas cantidades de humo salieron por las fosas nasales de las tres cabezas de la hidra, para después esta caer inconsciente al suelo.

–Adam: Hm. Parece que no les gusta el picante después de todo» Bromeó devolviendo la vista hacia la  criatura» ¿Chicas, están bien?.