Round 2.

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–???: ¿Está todo despejado?– Preguntó un pegaso de color martillo que portaba una armadura dorada a su compañero de color azul detrás suyo con la misma armadura puesta.

–???: Sí. Parece que esas bestias ya se fueron.

Tras asegurarse de que era seguro salir, los dos guardias novatos Flash Centry y Sapphire Gate alzaron el vuelo sobre las calles del devastado Canterlot luego de que Ánimo llegara con sus criaturas y se apoderara del castillo, manteniendo a todos los guardias reales retenidos adentro mientras eran vigilados por algunas de sus mascotas. Pero esto último era algo de ambos no estaban enterados.

La llegada del científico loco ocasionó que ahora los habitantes se escondieran en sus casas o negocios para impedir ser vistos por las extrañas criaturas que ahora rondaban por todas partes en busca de cualquier cosa que estuviera viva.

Mientras Gate volaba al lado de su amigo y compañero, y veía en lo que se había convertido su hogar, no sabía cómo sentirse al respecto. Varios edificios y casas destrozados y algunos incluso en llamas en la parte superior o en sus interiores.

–Gate: ¿Cómo es que ocurrió esto?.

–Flash: No tengo la más mínima idea. Por eso tenemos que llegar al castillo sin ser vistos por esas cosas. Averiguar qué es lo que está pasando y ayudar a todos esos ponis que están escondidos.

–Gate: E informar lo que ocurrió con la princesa Luna y el Guardián de Equestria.

–Flash: Sí.

–Gate: Pero, ¿No has notado que hay algo extraño?.

–Flash: ¿Por qué lo dices?.

–Gate: Si todos estos monstruos han causado tanta destrucción, ¿Por qué los demás y la princesa Celestia no han hecho nada por combatirlos?.

Flash miró hacia abajo ante las palabras de su amigo, y tal como él decía, no había ni un solo guardia en tierra que tratara de enfrentar a las criaturas o detener los incendios en las distintas partes de Canterlot como mínimo. Una sensación de preocupación recorrió su cuerpo al pensar que posiblemente algo les había ocurrido a sus compañeros, pero pronto tendría una respuesta ahora que ya se encontraban cerca de la entrada del castillo.

Ambos bajaron cuidadosamente aún procurando de no ser vistos por esas enormes aves de fuego y murciélagos que andaban por los aires o de esos enormes lobos de madera de color rojizo con seis patas. Sin embargo, tan pronto como se acercaron a las puertas, una explosión que vino desde el interior las derribó y los hizo retroceder al mismo tiempo que comenzaron a volar para esquivar las monstruosas llamas que surgieron. Los dos se quedaron inmóviles con la boca medio abierta de haberse salvado de quedar como una pila de carne humeante de no esquivar la explosión a tiempo.

De pronto, lo que parecía ser un oso de gran tamaño, rocas ardientes como piel y llamas rodeando completamente su cuerpo, salió del castillo rugiendo y corriendo detrás de un halcón completamente hecho de diamantes que salió volando antes que él, y se fueron alejando hasta perderse entre las calles la ciudad.

–Gate: E-Eso estuvo bastante cerca– Dijo, sin poder salir de su asombro luego de esquivar casi literalmente su muerte.

–Flash: Y que lo digas, amigo.

Flash agitó su cabeza saliendo de su nube, y rápidamente se dirigió nuevamente a la entrada del castillo.

–Flash: ¡Vamos, Gate! No sabemos si esas cosas pueden regresar, tenemos que apresurarnos y entrar para averiguar que tan grave es la situación.

–Gate: ¡¿Entrar?! ¡¿Estás loco?! ¿No acabas de ver que esas cosas acaban de salir del castillo como si nada y no sospechas nada? ¿Qué tal si todos los demás evacuaron el castillo junto a la princesa y solo nos topamos con más de ellos?.

Vamos Otra VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora