Capítulo 7

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Jason se desmayó en cuanto tuvo contacto con Tim. El sólo verlo le hizo tranquilizarse y bajar la guardia. Tim quedó atónito por su recibimiento y no pudo hacer nada más que tomarlo en brazos antes de que su cabeza tocara el suelo.

-Jay, ¿Qué te pasa?, ¡Jay! ¿Qué le pasó, Damian? –Tim preguntaba angustiado-.

Damian miraba su guante. Algo acuoso se resbalaba en su superficie. Luego, con su lámpara, alumbró el camino que habían recorrido. Un rastro de sangre se fundía en la nieve.

-Creo que Todd está herido. –Damian declaró mientras se acercaba a sus hermanos-.

Se agachó para revisar a Jason. Hizo a un lado su chamarra descubriéndole el costado. Una mancha obscura crecía cada vez más.

-Debió hacérsela al aterrizar. –Damian decía mientras descubría el flanco de Jason-.

Tim y Damian vieron como una laceración florecía sobre la piel del mayor. La sangre caliente brotaba sin ser forzada.

-No es una herida seria, pero debemos evitar que siga perdiendo más sangre. –Tim afirmó-. Tenemos que sacarlo de este lugar.

Damian asintió poniéndose de pie. Ayudó a Tim a cargar a Jason sobre su espalda. Con un par de cuerdas ató al ex mercenario a la cintura de Tim. También ató sus manos para que estás rodearan el cuello de Red Robin.

-Así estará más seguro. –Damian declaró-.

-Gracias, Damian. Ya sabes qué hacer.

-Por supuesto.

-¿Traes bengalas, Damian?

-No.

-¿Puedo saber por qué no?

-Ol... olvidé ponerlas en el cinturón.

Tim frunció el ceño.

-Toma algunas del mío. Dispara una y mantén la zona iluminada mientras bajamos. No dejes que nos quedemos a obscuras. ¿Entendiste, Damian?

Damian chasqueó la lengua.

-¿Entendiste?

Damian asintió con un puchero en la cara. Buscó en el cinturón de su hermano y disparó la primera.

Con el entorno iluminado, visualizaron un pequeño risco. Se acercaron a la orilla, sacaron sus ganchos, los accionaron y comenzaron a columpiarse para bajar de la montaña. No hubo contratiempos en gran parte del recorrido. Tardaron poco más de una hora en bajar. Ya casi llegaban a la base.

Damian bajaba sin dificultad. El viento en su cara le hizo recordar a Jon.

-No debo preocuparme. Sé que él está bien. Es fuerte. –Damian se repetía-. Aún no es tan fuerte como su padre, pero es fuerte. Lo he visto salir de peores situaciones. Jon... Mi Jon...

-Aguanta, Jason... -Tim susurraba-.

El tercer petirrojo aterrizó en una saliente de la montaña. Retrajo su cable al gancho y lo volvió a accionar. Se lanzó de nuevo columpiándose, pero justo en ese momento, la luz de la bengala se apagó. Se quedaron completamente a obscuras.

-¡¿Qué haces, Damian?! ¡La bengala! –Tim gritó-.

Damian se percató que la última bengala que disparó ya se había acabado. Lanzó una nueva al aire, pero fue demasiado tarde. La luz alumbró justamente el obstáculo que Tim tenía enfrente; una roca sobresaliente demasiado grande para poder evitarla. Tim se preparó para el impacto. El golpe no sólo lo aturdió sino que provocó que Jason se resbalara, y aunque las cuerdas en su cintura lo detuvieron, la inercia del movimiento y lo mal ajustadas que estaban, provocó que éstas se soltaran. Sólo sus manos atadas y atoradas al cuello de Tim le impedían una caída sobre los árboles.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora