Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]

Capítulo 44

Dos silentes figuras en medio de la noche fría y su encanto perpetuo se ajustaban propiamente sus nuevas máscaras. Realmente no tuvieron tiempo de elegirlas, sólo tomarlas y echar el vuelo. Los límites del bosque les otorgaban la barrera perfecta. La obscuridad mimetizada con los rayos de la Luna creaba ilusiones perfectas para no delatarlos, además de la profunda quietud que en los parajes nacía y no revelaba los pasos viajantes de aquellos dos extranjeros.

Ambos permanecieron mudos luego de arribar a aquellos bordes de la pradera. Pero lejos de hacerlo para conservar sigilo, en realidad sus palabras fueron arrebatadas por la impresionante e imponente ciudadela, erigida en la cima de una vasta colina con su humilde población en los alrededores.

Su paisaje nocturno, envuelto en cálidas centellas forjadas con las cientos de antorchas que alejaban las penumbras, no hacía justicia a los imperiosos muros o columnas que protegían y decoraban la fortaleza central. La vista era soberbia e ilusoria, como si el panorama albergara hadas y magia. Un escenario que cautivó a los dos muchachos que sinceramente nunca imaginaron toparse con semejante monumento a la arquitectura defensiva y social.

La ciudadela no mostraba perfectamente sus relieves debido al manto nocturno que ya los cobijaba, sin embargo, sí danzaba orgullosa con su silueta ornamentada entre murallas y fachadas rocosas, reflejantes y brillosas gracias a su piedra firme y ancestral.

-¿Cómo es que no la vimos antes? –Demandó Jon embobado por la imagen-.

-Estábamos muy lejos y el bosque era realmente frondoso. –Respondió Timothy ajustándose las correas laterales de su armadura prestada-. Sin mencionar que literalmente bajamos a la planicie, estábamos en medio de las montañas, pienso que jamás habríamos dado con este lugar de no ser porque aquí nos hubieran conducido.

-Es realmente preciosa, ¿no crees?

-Ciertamente lo es. Posiblemente sea un punto estratégico comercial o religioso. Por eso ha de llamar tanto la atención-.

-También es inmensa. Y ese edificio... es enorme. –Comentó Jon refiriéndose a una estructura cilíndrica iluminada en el exterior, de muros alargados y contados ventanales-. ¿Qué crees que sea?

-No tengo idea. Pero lo sabremos en cuanto lleguemos.

-Y esa torre... -Señaló el menor colocándose un casco-. Es tan alta que incluso la puedes ver sin los binoculares.

-¿Lo dices por mí? Perdón si no tengo visión telescópica... -Comentó Tim irónico-.

-No, no lo dije por eso, es que de verdad es... es...

-¿Quieres dejar de halagarlos? –Mencionó Tim asegurándose de los detalles de su disfraz-. Son los malos, ¿lo olvidas?

-No, no lo olvido, pero es que... Bueno...

-¡Como sea! ¿Ya estás listo? –Preguntó Tim tomando los catalejos, mirando a través de ellos, repasando las superficies del edifico que parecía más llamativo, sobre todo de una torre que complementaba una especie de palacio adjunto a la figura cilíndrica que Jon acababa de enunciar-.

-Sí. Ya.

-¡Bien! Ya sabes que hacer, por favor sólo sigue las instrucciones y no improvises a menos que yo te diga lo contrario, ¿entendiste?

-Sí.

-¿De verdad entendiste?

-Sí.

-¿Seguro? Porque no quiero ni necesito que dejes que tus sentimientos se apropien de tu raciocinio. No debemos llamar la atención. ¿Está claro, Jonathan?