Capítulo 45

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El vaivén en su cuerpo lo percibió sólo unos instantes, Jason realmente estaba más alejado de su realidad y de su consciencia que cualquier sueño o producto de su imaginación. Si no murió fue por los años de entrenamiento, por su fuerza y resistencia físicas, así como su profundo temor a la muerte que lo hacía rehuirla hasta lo último de su aliento. No volvería a ese lugar, no mientras tuviera un soplo de vida para defenderse a sí mismo y aferrarse a este lado del mundo. No moriría, no lo haría.

"No moriré..." Se repetía sumido en su delirio. Ningún otro pensamiento atravesaba su febril y débil mente. Nada le preocupaba tanto en esos momentos como luchar y no bajarse de aquella barca que poco a poco lo cruzaba al otro lado del río Aqueronte. "No moriré, no quiero morir..." Se decía sin sentir dolor, sin percibir su propio cuerpo; lo que lo aterró de sobremanera. "¿Ya estoy muerto?" Se preguntó mientras lloraba desconsoladamente. "¡No! ¡¿Por qué?! ¡No quiero! ¡No quiero! ¡¿Por qué no siento dolor?! ¡Ya morí, ¿cierto?! ¡¿CIERTO?! ¡NO, POR FAVOR, NO! ¡NO!" Gritó hasta desgañotarse, lanzándose al piso, suplicando que la embarcación se detuviera, que lo regresara al lado de los vivos.

"Jason..." Escuchó una voz fugaz, como si le estuvieran susurrando dulcemente a su cuello. "Jason..." Volvió a atender. Miró en todas direcciones, asustándose, alterándose, sintiendo el pánico entrando por su garganta. "Jason..." Lo oyó detrás de sí. Le dio tanto miedo voltear, esa voz continuaba llamándolo, buscándolo. "Jason, soy yo..." Advirtió su corazón salirse del pecho. "Jason... ¿no me mirarás? Soy yo..." Pero el joven ojiturquesa se paralizó apuñándose a la barca, cerrando sus ojos tan fuerte que los sintió hundirse en sus cuencas. "Mi amor, soy yo... Soy Tim." Se aquietó tensando los músculos, su respiración, sus latidos. "¿Tim?" Reflexionó unos segundos. "Sí, creo que conozco ese nombre..." Se dijo aun sin levantarse. "Jason, mírame... Levántate y mírame..." Escuchó mientras sentía la barca moviéndose. "No, no te muevas..." Quiso gritarle, pero estaba tan asustado que ninguna palabra salió de su boca. "Jason, amor, no te rindas..." Le indicó aquella manifestación. "Jason... vamos... arriba, de pie." El renegado negaba con su cabeza, todavía llorando, apegándose a la embarcación como si así aliviara su angustia. "Jason... mi Jason..." Oyó la voz más cerca, distinguiendo los movimientos ondulares de alguien que camina sobre la ya desestabilizada barca. "Jason... mírame..." Volvió a insistir la presencia. "Soy Tim. Jason... Jason..." Le llamó una última vez antes de sentir cómo el ente posaba sus manos sobre su espalda y su hombro. El segundo petirrojo apretó los labios suplicando segundos más de vida. Pero sólo sintió como su dorso era acariciado, así como su cabello era peinado. "Jason, mírame. No tengas miedo. Soy Tim." Le dijo aquella silueta, pasando su mano por debajo de la cabeza del renegado y con la otra forzándolo delicadamente a voltear su cuerpo.

Lentamente se vio tiernamente atrapado entre aquellos cálidos brazos, acostado sobre ese dócil regazo. Temblaba estancado en la aterradora desesperación por no morir, tanto que cuando sintió que su mejilla era acariciada, se sobresaltó gritando. "No, no, no, Jason. Todo está bien. Todo estará bien. No temas, soy yo. Abre los ojos y mírame. Soy yo, amor, he estado buscándote. Abre los ojos. Jason..." Esa entidad pronunció su nombre antes de inclinarse y besar pacientemente los labios de la segunda ave. La acción lo inmovilizó hasta casi hacerlo desfallecer, provocándole un llanto más lastimero y profundo.

Sin embargo, la gélida conmoción le duró unos suspiros; paulatinamente, el calor de aquel acercamiento comenzó a expandirse desde el origen hasta el pecho, su estómago, sus piernas y sus manos entumecidas. Su tensión era gradualmente interrumpida y cambiada por una sensación de paz y mucha nostalgia. De pronto, su arrítmica respiración se calmó, sus palpitaciones aceleradas se tranquilizaron, la angustia hiriente se fue. Su llanto se esfumó, así como el miedo y sus ofuscaciones. Relajó sus párpados y suspiró distendiéndose a aquel encuentro. "Jason... Amor, mi amor... Abre los ojos..." Le pidió afablemente aquella figura en cuanto se separó un poco. Lo oyó obedeciendo sin nada que perder. La calidez que su presencia le obsequiaba de cierto modo le dio valor.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora