Capítulo 8

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No hizo falta alborotar a todo el campamento. Los tres ingresaron entre las filas de aquellos hombres en armadura. Tim y Jason buscaron información acerca de su situación, no iban a descansar hasta saber por qué se encontraban en aquel lugar. Buscarían una salida y al responsable del portal. Mientras tanto, Damian se encargaría de encontrar y poner a salvo a Jon. 

No tardó mucho; bastó con acercarse a una tienda que era custodiada por varios guardias. Los dejó fuera de servicio en menos de un santiamén. Todo bajo el estilo de un ninja de su calibre. Ni siquiera se oyeron los cuerpos azotar contra el suelo.

Ingresó silenciosamente en la tienda. Se sobrecogió con la imagen que tenía frente a sus ojos; Jon yacía maniatado sobre un lecho improvisado. Se quejaba mientras lloraba desconsoladamente. No podía hablar debido a la mordaza en su boca.

Damian se sonrojó al mirarlo tan indefenso y vulnerable. Acortó la distancia entre ellos con pasos suaves y discretos.

-No te preocupes, Jon... -Damian susurró-. Nos vamos a divertir.

Jon se estremeció al escuchar semejante comentario y ver la mirada lasciva que Damian le profesaba mientras se lamía los labios.

De un momento a otro, Damian se percató que ya no portaba su uniforme de Robin, sino uno de los uniformes de aquellos hombres a caballo. No le dio importancia. Se acercó a Jon sacando una navaja. Jon comenzó a llorar más fuerte. Quería llamar por ayuda, pero sólo emitía gemidos ahogados. Jon estaba realmente asustado.

Damian puso la navaja en la garganta de Jon.

-No temas, juro que te va a gustar... -Damian susurró al oído de Jon-.

Superboy luchaba para alejarse, pero lo único que consiguió fue caerse de aquel lecho. Comenzó a arrastrarse lejos de Damian, pero este lo prensó del tobillo y lo jaló para quedar arriba de él. Se posicionó hasta estar cómodo y emprendió sus caricias sobre Jon. Inició con besos en el cuello, manoseando su pecho con ambas manos. Jon lloraba y se retorcía. Luchaba incluso con su respiración.

Damian era paciente, así que disfrutó cada toque y cada forcejeo. Marcó cada zona del cuello de Jon. Se tomó el tiempo para desnudarlo y descubrir su zona inferior. Prontamente, Damian era consumido por un deseo inapagable.

-No... no puedo más, Jon. Quiero hacerte mío. Sólo mío. –Damian pronunció exigente y malhumorado-.

Abrió las piernas del muchacho luego de dejarle marcas y moretones por todas partes, pues Jon, pese a sus heridas y cansancio, en ningún momento dejó de resistirse. Hacia el final de su labor, Damian debió ser rudo.

No lamentó en lo absoluto el embestir al menor, quien gimió de dolor y se paralizó de miedo. Damian sudaba mientras se movía y no prestaba atención a las súplicas de Jon. Continuó en su afán de mancharlo y torturarlo con sus agresiones. Damian sonreía mientras miraba a Jon llorar. Su sonrisa pronto se transformó en risa y luego en carcajadas. La sangre fue inevitable, fue tanta que no se distinguía si salía de las otras heridas o de la inocencia de Jon.

Damian no tenía ni la más mínima intención de detenerse.

-Jon... Jon... -Lo llamaba-. Por eso te dije que no quería estar así contigo. Yo no me puedo detener... Ya no puedo...

Damian decía mientras los lamentos de Jon inundaban la carpa.

-¡Damian! –El ahora Robin escuchó su nombre en la lejanía-. ¡Damian! ¡Damian!

Alguien lo llamaba. La voz se hacía más fuerte. Sintió un pequeño golpe en su cabeza.

-¡Damian, despierta! Ya amaneció. Debemos irnos. –Esa voz dijo-.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora