Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]

Capítulo 13

Damian ocupaba todo su entrenamiento en no doblegarse a causa del dolor. Se dedicó a inhalar y aguantar la respiración. Se levantó luego de un par de minutos. Jon yacía tirado en el suelo viendo la reacción de Damian. Éste lo miró todo lloroso intentando recuperar el aliento. Ambos restaron callados decenas de segundos. El suspenso estaba acumulándose en aquel claro del bosque. Al Sol sólo le quedaban unos minutos de vida. Jon se sentó, aún sintiéndose pésimo. Lo único que pudo hacer fue lanzarle una mirada retadora a Damian. Y en consecuencia, el mayor se echó reír como si no hubiera un mañana. Jon se extrañó muchísimo. Mejor optó por ignorarlo y girarse para darle la espalda.

-También me gusta esta faceta tuya, Jon. –Damian dijo, todavía riendo un poco-.

Jon se molestó. El ojiverde lo siguió hasta su posición, se sentó y lo miró sonriendo.

-Jon... -Damian comenzó a hablar-. Juro que haré que me recuerdes. Si no lo logro a través de tu memoria, lo haré a través de tu corazón...

Dicho esto, Jon se pasmó al ver como Damian acercaba la mano a su cara. Éste cerró los ojos esperando un golpe, pero se sorprendió al sentir como sus lágrimas eran limpiadas y su mentón tomado.

-Por favor, no huyas. Yo te protegeré... -Damian declaró con la voz más suave y tranquila que pudo expresar jamás-.

Jon se asombró por su nueva actitud calmada e inofensiva, pues creyó que Damian retomaría la locura de hace unos instantes. Sin embargo, y de algún modo, al mirarlo ser tan amable y nada brusco, el corazón de Jon comenzó a relajarse y se sintió tranquilo por primera vez desde que despertó en compañía de aquel chico. Comenzó a notar cierta calidez en su pecho. Esa sensación amena le agradaba, lo hacía sentirse seguro. Mientras pensaba en eso, Jon no se movió cuando Damian se aproximó lentamente para besarlo. Y a diferencia de los otros acercamientos, ese beso no le causó el más mínimo temor. Al contrario, esa suave impresión en su pecho se extendía. Y todo iba a continuar así de no ser por ese mareo recurrente. Jon no tuvo más opción que quitarse primero.

-Jon... –Damian musitó-.

-Por... favor... Ya no te acerques... -Jon dijo bastante fatigado-.

Se sintió un poco afligido por abandonar aquella sensación, pero el mareo era más fuerte.

-Ni lo pienses... -Damian respondió sonriendo-. No me separaré de ti hasta que me recuerdes. Así que acostúmbrate porque aún no sé cuánto tiempo vamos a estar en este lugar.

Jon bajó la mirada. Decidió mejor recostarse y tratar de calmar el malestar. Atado y sintiéndose tan mal no iba a llegar a ningún lado. Optó por mejor ya no luchar y esperar por ayuda. Mejor tranquilizó sus pensamientos tratando de recordar quién era y lo que hacía en ese lugar. Se preguntaba sobre la persona a la que buscaba. No podía ponerle un nombre o un rostro, sólo sabía que buscaba a alguien, que debía encontrarlo y que quería quedarse junto a él. Suspiró cerrando sus ojos.

-Necesito encontrar a los estúpidos de mis hermanos y debemos buscar un medio para regresar a casa. –Damian completó-.

Jon lo oía y no le importaban en lo más mínimo sus palabras.

-No te desesperes y no temas, juro que no dejaré que nada te pase... Y...

Un crujido entre la yerba alertó a ambos. Jon se sentó y Damian se puso de pie.

-Algo... algo se acerca... -Jon susurró-.

-No... -Damian respondió-. Ya están aquí.

Damian sacó unos batarangs explosivos de su cinturón, se puso en guardia. Los crujidos se convirtieron en gruñidos y los gruñidos se convirtieron en aullidos...