Capítulo 27

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Sus ojos no estaban preparados para tan cruel escenario. Uno que monstruosamente se desenvolvía frente a él y le apuñalaba la boca del estómago. Jason sintió como el infierno se alzaba a su alrededor y lo envolvía quemando su temple y todo lo bueno que había en él. Pues lo que él creyó que era una pelea asistida, era en realidad un intento para abrir las piernas de Tim, ¡su Tim!

-¡¿Qué demonios significa esto?! –El renegado murmuró apretando su quijada hasta doler-.

Miró con repudio como uno de aquellos asquerosos y viles guerreros sometía al menor contra el suelo. Éste yacía completamente desnudo, amordazado y maniatado. Sin oportunidad de correr, pues la soga que lo limitaba, lo atoraba a un árbol. El tipo luchaba para entrometerse entre sus extremidades mientras Tim, con heridas y golpes claramente visibles, se defendía con todo su poder. Si es que le quedaba alguno.

Estos eran rodeados por el resto, quienes alentaban a su compañero a conseguir lo que Tim defendía desgarradoramente. Jason sintió su sangre hervir. Miles de impulsos bestiales iban en aumento apoderándose de su razón. El muchacho avanzaba víctima de la rabia, impregnado de un aura aterradoramente encolerizada. Se dirigía calmadamente, como si ya estuviera planeando con quien empezar su masacre. Ninguno de ellos se imaginaba que dentro de sus filas, la devastación había penetrado. Continuaban gritando, riendo, aplaudiendo. Absolutamente ninguno podía predecir que su final se asomaba a escasos minutos a la distancia. Proseguían con sus "juegos" maliciosos, decidiendo en qué otras formas podrían torturar al menor. No hubo que decidirlo mucho, el aberrante infame que sometía a Tim levantó una botella, bebió un sorbo del contenido. Burlonamente, le quitó la mordaza.

-¡SUÉLTEMEEEEE! ¡NOOOOOOOOO! –Tim suplicó luchando, peleando-.

Lo que le valió un golpe en el rostro y que otro sujeto sostuviera su cabeza. Asistiéndose entre ambos, obligaron a su prisionero a beber el contenido. Tim tosía ahogándose, pero eso no le impidió tragar el líquido obscuro. El reflejo de otras botellas vacías, le indicó a Jason el posible estado del tercer petirrojo.

La botella fue vaciada entre carcajadas y más aplausos.

-¡NOOOO! ¡Suéltemeeee! ¡¡¡JAS...!!! –Tim alcanzó a gritar antes de ser empapado con, aparentemente, más licor-.

Su boca volvió a ser sellada. Ya no hubo más pausas, aquel hombre se acomodó reclamando su territorio. En cada rincón del campamento se escucharon los gritos silenciosos y llorosos de Timothy. Esas demandas de auxilio se clavaban en su corazón. Fueron tan hirientes que Jason liberó un par de lágrimas. Y así como se perdió en la angustia de salvarlo, también dejó de reconocerse a sí mismo. Su visión se nubló en un color escarlata. No quiso pensar más. No quiso controlar más tiempo la locura que sentía. Incluso, dejó de respirar.

Su visión dejó de ser periférica. Sus ojos se concentraron en lo más valioso que tenía en su vida en esos momentos y no disimuló su marcha cuando salió completamente de la tienda aquella. Dio un paso, luego otro. Sus movimientos y filamentos eran consumidos por una fuerza invisible. Apretó los puños enterrándose las uñas. Se acercó fantasmalmente a aquel grupo de desgraciados. Poseído, atravesó el campamento hasta una de las carretas. Sujetó una de las lanzas y se devolvió a la luz de la fogata. Uno de ellos tocó su hombro hablando su lenguaje incomprensible. Jason le dio la cara observando su rostro alegre y despreocupado. Recibió un par de palmadas en el hombro y lo que parecía ser una invitación al espectáculo principal. El renegado exhaló aire caliente por la boca en el instante de encajarle un puñetazo certero en medio de las cejas. El infeliz cayó sobre unas cajas, destruyéndolas al contacto. El ruido alertó a algunos del contingente, quienes enfocaron la raíz del pequeño alboroto. Y al mirar a uno de los suyos en el suelo, mientras intentaba levantarse, reventaron en carcajadas. Ninguno de los presentes comprendía lo que se desarrollaba frente a ellos. Sólo veían a uno de los suyos comportarse fuera de la disciplina, seguramente a causa del alcohol.

Por Favor, ¡No! Me Olvides [DamiJon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora