Capítulo 36

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-Es tu turno, mi vida. -habló Mateo levantándose del mueble, Jordan ya había terminado su tatuaje y ahora estaba cambiando de aguja para empezar el grabado de mi amiga, ella se acercó temblorosa a la silla acolchada que estaba cerca del tatuador.

-¿Lista mi niña? -preguntó Jordan mientras desinfectaba la zona donde le haría el dibujo, ella asintió con la cabeza torpemente y cerró los ojos con fuerza, acaricié mi nueva marca con la yema de los dedos, la piel me ardía de manera intensa y me picaba la zona perforada pero el solo al mirar la frase, todo el dolor se iba, le sonreí a mi novio y él besó mi frente, llevábamos más de una hora aquí, la única que faltaba era Natalia, Jordan empezó a pasar la aguja por la muñeca de mi amiga, la tinta azul se marcaba de manera borrosa pero el tatuador limpiaba los rastros. 

Alejandra se acercó a nuestro grupo con un vaso de agua, le temblaban las manos luego del tatuaje, aún no superaba su belenofobia pero hacía este esfuerzo por nosotros, el cabello le tapaba la mitad del rostro para ocultar su miedo, Pablo pasó una mano por su hombro y la abrazó.

-Si que eres valiente. -le dijo a mi amiga y ella le sonrió, ambos se llevaban muy bien y eso me alegraba, tal vez estemos logrando algo lindo con todo esto.

-Se va a desmayar. -anunció Mateo cuando vio la piel de Natalia palidecerse, estaba con una expresión divertida mientras veía como su novia sufría por el dolor de la aguja.

-No. -murmuró ella en respuesta.

-Definitivamente se va a desmayar. -seguía al borde de la risa.

-Cállense, que estoy concentrada. -pidió Natalia en un hilo de voz.

-Solo tienes que hacerte la muerta, no analizar una ecuación. -habló Alejandra rodando los ojos, Natalia frunció el ceño enojada e infló sus cachetes como globos, destacando sus hermosas pecas.

-Voy a comprar una soda, necesito un poco de aire, ¿quieres algo de comer mi vida? -preguntó mi novio arqueando una ceja hacia mi.

-Unas oreos por favor. -respondió Mateo.

-Y yo unos doritos. -sugirió la rubia.

-Hamburguesa. -tartamudeó la víctima de abuso contra su voluntad, Pablo los miró de manera confundida pero luego se encogió de hombros y asintió con la cabeza, haría lo que sea para ganarse a los cuñados.

-Lo que desees traer. -contesté y él me sonrió, yo era complicada para escoger las cosas, por eso los demás respondían por mi al momento de pedir algo porque si fuera por mi, nos quedabamos media hora eligiendo el sabor del helado.

-Ya vuelvo. -comunicó mi novio, me dió un beso en los labios, salió apresurado del estudio, dejándonos a los tres contemplando el sufrimiento de Natalia, yo ya estaba acostumbrada a que Pablo me besara, no me sentía tan incómoda como al principio porque sé que lo hace porque me quiere y yo lo quiero a él, pero no de la misma manera, sin embargo trato de mezclar mis sentimientos para ser capaz de corresponderle algún día, aunque a veces me veo en la necesidad de acudir a él cuando necesito cariño porque sé que no me lo va a negar, y si estoy siendo injusta con él, pues estoy consiente de ello, pero prefiero que la situación siga así antes que perderlo para siempre y se convierta en parte de la lista negra de las personas que me odian.

-¿Qué te parece el tatuaje? -cuestionó Alejandra distrayéndome de mis pensamientos, volteé a verla y me acerqué un paso a su lado.

-Está precioso, más de lo que imagine, te dije que esta frase sería increíble. -admití emocionada, rodeé mi muñeca con mis dedos y miré con ternura el nuevo tesoro que guardaría en mi piel.

-Aún estoy en desacuerdo de que tu novio haya venido a tatuarse con nosotros. -opinó Mateo cruzado de brazos, era raro y chistoso verlo sin su yeso.

A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora