Ese ruido sordo cuando algo se rompe, ya sea un jarro de cristal o un corazón, ninguno de esos es reparable.
Y entonces te das cuenta que siempre estuviste sola, y que tu vida como la conocías todos estos meses, fue un engaño.
Ahora mis mejores amigos eran unos desconocidos con máscaras de porcelana, pretendiendo tener las mejores intenciones conmigo cuando no es así, simplemente no querían sentirse solos.
Vuelve ese sonido de rompimiento, ese ruido imperceptible pero que recorre todo tu cuerpo como un flash, todas las piezas se arman por si solas en la mente, juntando cada detalle que podía culparlos y entonces todo empieza a tener sentido.
Golpeé la silla de cobre con todas mis fuerzas haciendo que mi mano tuviera una herida grave pero mi furia lo era más, golpeé una y otra vez, lamentando cada segundo a su lado, cada gota de confianza que les brindé, dejé que vieran mis defectos, mis momentos de debilidad, los llamé cuando los necesitaba y ellos fueron sin ningún sentimiento de culpa o intención de querer aclararme las cosas, nunca intentaron contarme la verdad, ni una sola vez.
Las palabras de Adelina resonaban en mi cabeza, ella tenía toda la razón desde un principio y yo fui incapaz de escucharla.
¿Crees que la gente es buena a la primera?
Solo buscan destruirte, tu no puedes confiar en ellos.
¿De cuando aquí llegan unos jóvenes a rogar tu amistad?
Las cosas no son así.
Fueron tan buenos y amables conmigo porque sentían la culpa de haberme separado de Joseph.
Jugaron contigo.
Jugaron contigo.
Jugaron contigo.
Se burlaron de ti.
Se burlaron de ti.
Se burlaron de ti.Mordí mi mano para evitar seguir golpeando porque ya se encontraba super deteriorada, acaricié la latente piel adolorida y comencé a reír a carcajadas mientras algunas gotas caían desde mis dedos hasta el brazo, manchando mi blusa blanca del Notre Dame.
Les creí, cada palabra que ellos me dijeron yo les creí, en el fondo de mi corazón pensé que por fin encontré a personas que no me lastimarían jamás porque me querían.
Seguí carcajeando cual desquiciada mirando el cielo, estaba empezando a nublarse, paré de reírme cuando recordé que aquí ellos me hallaron el día de mi cumpleaños, llorando al igual que este momento.
-¿Por qué? -murmuré con la voz rota, las lágrimas volvieron a caer como cantaros, quejidos agudos que acompañaban mis lamentos, mi dolor, el duro golpe de la realidad inevitable.
¿Por qué ellos?
Podía soportar cualquier traición pero no el de ellos, los que me permitieron sentir la libertad por primera vez.
Apoyé mi cabeza sobre el frío del metal oxidado y seguí sollozando por un largo rato, no quise pensar en las consecuencias de mi abrupto escape, solo no quería sentir nada por un momento ya que tuve suficiente agonía cuando presenciaba como mi mundo decaía.
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Me quedé tirada en el suelo de aquel parque mirando a la nada hasta el mediodía, el sol no volvió a escabullirse entre las nubes, se mantuvo oculto porque seguramente no deseaba presenciar la batalla que enfrentaría en los siguientes minutos.
Escucho los pesados pasos de los tres mosqueteros viniendo hacia mi, temerosos de encontrarse con la Fiorella que sabe toda la verdad, no me digné en mirarlos y me dediqué a examinar el húmedo suelo que estaba con una pocas plantas a su alrededor, pasé mis dedos sobre el asfalto, traté de sonreír pero mi rostro era algo inexpresivo.
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A world without them. #1 (Un Mundo Sin Ellos)
Teen FictionLa amistad puede ser más fuerte y dolorosa que el amor. Descubrir la infidelidad de tu pareja el mismo día de tu cumpleaños puede resultar como uno de los acontecimientos más traumáticos para una adolescente. Al encontrar a su novio besando a otra...